Parte 9

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Un año había pasado desde que Isa murió, Iván y Gabriel habían plantado unas rosas azules en el jardín en su memoria, que no dejaban de florecer. Iván había ido adquiriendo mayores responsabilidades en su puesto, estaba próximo a ser el jefe de ese departamento debido a la jubilación del hombre que siempre le había tenido fe desde que entró a esa oficina. Iván ahora era un hombre más sonriente, su barba tupida pero bien recortada cubría gran parte de su rostro, ahora necesitaba usar lentes para leer y trabajar frente a la computadora, peinaba su cabello hacía atrás con cera, y vestía ropa ajustada a su cuerpo no solo en el trabajo. Iván se dedicaba solo al trabajo y a conseguir los últimos grados del Muai Thai, también tomaba clases de natación para relajarse un poco, y salía a beber algunas cervezas con sus compañeros del trabajo o de gimnasio buscando mantener su mente ocupada.

Habían remodelado la casa, cada cuarto tenía ahora su propio baño, una gran ventana hacía el pasillo de entrada de Doña Paula permitía más luz en el lugar, mantenían un medio baño en la sala mientras el otro espacio pertenecía a un gran clóset que había mandado a hacer Gabriel en la recamará de Iván, reduciendo bastante el cuarto, además el baño nuevo tenía vista al jardín y había una nueva gran ventana al patio que seguían cuidando. Joel compartía cuarto con Gabriel desde hacía un mes, el pasillo que llevaba a los cuartos estaba lleno de fotos de ellos tres desde que eran niños hasta la actualidad, incluyendo su fotografía favorita en donde conocieron a su grupo de heavy metal gracias a Isa y los autógrafos de cada integrante en el marco de la misma.

La sala ahora tenía una televisión empotrada con un pequeño mueble en donde estaban unas consolas de videojuegos, él cerebro de un equipo de sonido instalado en toda la casa para hacer fiestas. Además de un sofá muy cómodo que podía servir de sofá cama si tenían visitas, la cocina no tuvo grandes modificaciones porque les gustaba justo como era. Gabriel, Joel e Iván cuidaban de Doña Paula al no tener familia, con visitas diarias y la ayuda de una enfermera que iba y venía debido a su salud, pagada por los tres jóvenes. Al frente de la casa habían plantado algunos árboles y arbustos a petición de Doña Paula y la famosa puerta roja seguía estando ahí.

Iván tenía una sola foto de Isa, Gabriel la había tomado sin que ella lo notará, Isa estaba de pie frente a la estufa con una sonrisa en el rostro, su cabello suelto y esponjado viendo lo que hacía en la estufa. Iván la admiraba antes de dormir cada noche junto a la cajita con su anillo de compromiso, su madre guardaba aún las maletas con las cosas de Isa en su casa porque no las quería regalar o tirar al igual que las pertenencias de sus hijos.

En otra parte Maribeth y Lorenzo decidieron solo hablar con mensajes por el celular, los Jhonson habían reprendido a Lorenzo por haber sido visto tan cercano a Maribeth, deseaban que su hijo buscará una chica más apropiada para su edad y costumbres. Mirna era la chica que le gustaba a Lorenzo, lo busco en los días siguientes del festival para platicar, Lorenzo la escuchaba pero ya no le interesaba tener una relación con una chica del pueblo, ni seguir lo esperado por los demás. Mirna al no entender porque Lorenzo era tan frío con ella, se veía atraída por él además le había gustado ver qué era diferente a los demás chicos, lo que le parecía por de más interesante.

Maribeth se reunía cada tarde con sus amigas, en algunas ocasiones decidía irse temprano, ya que aprendió a ver los marcadores, se iba en bicicleta al trabajo y volvía por la playa a casa. Amaba la vista al mar, esa tranquilidad que nunca había tenido, se sentía tan pequeña y tan feliz de estar viva cada día que pasaba, aunque fuera en un lugar como ese, y a veces recordaba aún a ese hombre que alguna vez fue su novio. Los días pasaron convirtiéndose en meses, había cumplido un año en él pueblo, su situación no había cambiado mucho, ahora Mirna también se mensajeaba con ella al igual que Lorenzo.

Mirna y Lorenzo fingían ser pareja, aunque a Mirna si le gustaba Lorenzo, él seguía interesado en salir del pueblo y ver el mundo antes de pensar en chicas. Lucy y Lilith tenían el monto que se habían fijado, Lucy había enviado sus documentos a la empresa en la que deseaba trabajar e incluso en algunas otras más y estaba esperando que la llamarán antes de pensar en moverse fuera del pueblo, Maribeth no tenía aún una fecha para volver a casa, sentía que se quedaría sola en cualquier momento, prefería dejar de pensar en eso y dedicarse a disfrutar cada día pero cada reunión le parecía la última al ver la algarabía de las demás.

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