Y de nuevo, la misma historia para el menor de los Jeon, su padre, llega hasta las venas en alcohol.
6 años.
¡NO PAPÁ!, ¡TE JURO NO HE HECHO NADA! - Exclamaba un pobre niñato apunto de recibir otra de las grandes palizas de su vida -
El frío se colaba a sus sistema, un vaho helado se pegó a su cuerpo, él sabía lo que vendría, sus entrañas se lo decían y estaba apunto de confirmarlo, lo supo desde el momento en el que su hermano, Jeon
Jiwoo, se atrevió a romper el jarrón favorito de su madre. Y es que, ¡Joder! , el apenas era un crío de 6 años que no sabía ni de coña lo que pasaba, lo que pasaba cuando su Hyung lo convenció de mentir a cambio de un juguete que anhelaba desde hace meses.- Te compraré el estúpido balón, con la condición de que le dirás a mamá y papá que fuiste tú quien destrozó su jarrón.
El pequeño Jungkook asintió entusiasmado, la mente del chiquillo no asumió lo que vendría.
¡NO PAPÁ! ¡TE JURO QUE NO HE HECHO NADA! - Vaya que rompió su trato, pero.... ¿Quién en este mundo no lo habría hecho?. Su padre, se encontraba destrozando su piel, con la hebilla de su correa, lo azotaba una y otra vez, desgarrando su carne y dejando como muestra cicatrices que se verán luego.
Su madre y hermano, sonreían al ver esa escena desde el rabillo de la puerta.
9 años.
Su tío le acababa de regalar un balón nuevo, el lo disfrutaba como si fuera la primera vez con uno. Claro que su alegría duraría poco.
Al caer la noche, un fuerte olor a alcohol y drogas se posó en sus fosas nasales, el infierno del menor se los Jeon se aproximaba.
Jiwoo acusandolo de haberle roto un brazo, observaba dichoso los azotes proporcionados de su progenitor a su hermano menor, le encantaba verlo sufrir, llorar y desgarrarse el alma implorando ayuda. El odio y reencor hacia su menor eran indescriptibles, y al observar un programa en el cual enseñaban como romper un brazo aplicandolo a una técnica defensiva, no dudó en hacerlo consigo mismo, y así culpar a Jungkook, de nuevo.