Querido diario:
Hoy he ido a pasear por la playa. Eran las siete de la tarde y soplaba un viento frío que me revolvía el cabello. Los últimos rayos de sol se reflejaban en el mar, creando un paisaje digno de fotografiar. La playa estaba casi desierta. A parte de mi sólo había otra persona, un chico que aparentaba mi edad, acompañado de un precioso labrador. Estaba sentado en una duna y miraba al horizonte. Me quedé mirándole y una sensación extraña me invadió, pero seguí caminando.
Siento curiosidad, ¿quién será?
Se despide, Andrea.