Apenas recuperó la consciencia sintió el filo de una lengua recorriendo su cuello, provocando en ella sensaciones que no conocía. Se encontraba tan aturdida que dejó escapar un suave gemido sin reservas, incitando a su hambriento depredador, quien le clavó los colmillos en la piel y la trajo de golpe a la realidad.
—¡Aaaaah, me duele! —reclamó la chica en un grito desaforado—. ¡Quítate, quítate, quítateeeeeeeeeeee!
Los manotazos que recibió Subaru en su cabeza fueron suficientes para apartarse violentamente con la sangre ajena en la comisura de los labios.
—¡Cállate ya! ¡Qué escandalosa! —bramó furioso, intentando en el acto morderla de nuevo.
La castaña llevó la misma mano que antes golpeó al albino a su rostro, evitando que volviera a ponerle un colmillo encima.
—¡Alguien... ayúdemeeeeeeeee! —gritó, intentando escalar fuera del ataúd donde se encontraba.
—¡¿Así es como me pagas después de que decidí salvarte la vida?! —reclamó Subaru, forzándola a permanecer dentro.
—¿Eh? ¿Salvarme la vida? —Solo en ese momento la joven observó de frente al extraño muchacho. Los recuerdos del encuentro entre ambos volvieron como si acabaran de verter sobre ella un balde de agua fría—. ¡Ah, eres ese chico! ¡¿Por qué me estás haciendo daño?! —protestó inmediatamente después de reconocerlo, llevándose una mano hacia el cuello ensangrentado.
Subaru gruñó.
—Tonta, soy un vampiro y necesito alimentarme —le explicó de mala gana, manteniéndose sobre ella con esos rubíes que tenía por ojos penetrándola con suma frialdad—. Llevo tres días encargándome de tus heridas, el pago mínimo por ese servicio es darme tu sangre para saciar mi sed.
—Va-va-vampiro... —tartamudeó la muchacha, sin poder creerlo—. ¿Te refieres a esos monstruos chupasangre? ¿Tú eres uno de esos?
Las preguntas escaparon de sus labios de manera espontánea mientras le observaba de cerca: ahora que lo pensaba, su apariencia era muy extraña. Su palidez anormal, las hebras de sus cabellos y esos filosos colmillos que sobresalían de sus labios. Si lo analizaba, resultaba hasta ridículo creer que una persona así de misteriosa, bella y sedienta de sangre fuera un ser humano común y corriente.
Al levantar la mirada a su alrededor reconoció el techo de una habitación lujosa, por lo que rápidamente dedujo que se encontraban en el interior de la mansión que vio momentos antes de desmayarse.
En ese momento, Subaru volvió a acercarse hacia ella.
—¡Un momento! —lo detuvo la chica, cubriéndose el cuello con ambas manos—. ¡No te he dado permiso de beber mi sangre!
—La tomaré te guste o no —advirtió él, con un tono amenazador—. ¿O acaso quieres morir?
Esta pregunta paralizó sus nervios, haciéndola sentir acorralada. Por un momento creyó que el sujeto que le salvó la vida era una buena persona y que todo el asunto de la mordida era un simple mal entendido, pero tal y parecía que realmente iba a cobrarle el favor con su sangre.
"¿Y si me mata? ¿Y si no se detiene?", pensó asustada, aunque de todos modos sabía que no tenía otra opción. Solo le quedaba ceder y confiar.
Sus manos aflojaron, permitiéndole al vampiro fácilmente tomarla de las muñecas y morderla otra vez. En esta ocasión, la dolorosa sensación fue muy clara. Intentó contener un nuevo y vergonzoso gemido que se ahogaba en su garganta, una reacción que mezclaba el dolor punzante y el placentero cosquilleo que le producía tener al chico adherido a su cuello.
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Ni tan diabólicos ni tan amantes | | Diabolik Lovers OC
FanfictionEse fanfic con personajes originales que definitivamente no quieres leer. [SubaruxOC] [LaitoxOC] Co-escrito junto a Kim Ookami. Ilustración de portada hecha por Kim Ookami. Se prohíbe su uso no autorizado.