Pociones Y Encantamientos

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A la mañana siguiente Peter despertó en enfermería. Durante la madrugada había despertado con temperatura alta y se las había arreglado para arrastrarse en busca de ayuda.

Su fiebre aún no cesaba, a pesar de que habían pasado suficientes horas para entonces, se sentía débil y confuso, después de que terminaron las clases - a las que no asistió- pudo sentir cómo un ente escarlata se acercaba a él y posaba su protectora mano sobre su mejilla.

—Bebe esto— susurró con voz cálida, como la de la leña fundiendose en el fuego acercandole el brebaje a los labios- Me tengo que ir, nos vemos en unos días.

La frase se quedó impregnada en su cerebro, no estaba seguro de haber escuchado bien, pero cuando fue casi obligado a beber aquél líquido de sabor desagradable pudo divisar con mayor exactitud los ojos obscuros de Anthony, y cómo momentáneamente el color oscilaba con el rojo sangre.

Derrotado por su propio cuerpo descansó un poco y calló dormido una vez más.

Sueños obscuros; gritos invadiendo su ahora atormentado cerebro, sangre y tierra sobre su cuerpo. Soñaba encontrarse a la mitad de un bosque, escuchaba las ramas quebrarse ante las pisadas de un extraño oculto entre las plantas. Intentaba correr, pero no podía, sus pies eran detenidos por enrededareas que crecían salvajes del piso, lo detenían y de pronto se encontraba sobre el fango, su cuerpo sucio, lleno de tierra, un olor peculiar a hierro le llenaba el olfato ¿sangre? Estaba lleno de una mezcolanza de sangre con tierra y un par de ojos rojos lo atormentaban. Entonces lo vió; Anthony se encontraba de rodillas en medio de los árboles, y un lobo negro se acercaba a él y se preparaba para atacarlo.

—"Ayúdame Peter" —murmuraba con vista fija antes de ser atacado.

El menor despertó envuelto en sudor, asustado hasta el tuétano, su cuerpo temblaba lleno de angustia. Una opresión desgarradora se había alojado en su pecho y sin pensarlo más se levantó de donde se encontraba. Todo en él le decía que fuera en búsqueda de Anthony.

Apenas puso un pie sobre los pasillos notó que la noche estaba callendo haciéndose presente como un fantasma. Sigiloso como un ratón se escabulló hasta la salida. El frío golpeaba su rostro y penetraba sus huesos. Siguió su instinto por unos momentos, pero rápido descubrió que realmente no tenía motivo válido para estar ahí, ni siquiera sabía qué estaba buscando con certeza.

Su corta travesía lo había llevado cerca del sauce boxeador que se balanceaba al ritmo del viento. Y como si fuera parte de la pesadilla que había tenido, vió un par de ojos rojos cual granada escabullirse de entre las hendiduras de sus raíces. Impulsado por su instinto curioso y temerario - y su valentía que lo hacía digno de su casa en Hogwarts- siguió a aquello que le intrigaba, siendo detenido con violencia por una de las ramas del sauce que lo golpeó y lo mandó directamente a comer tierra.

El segundo intento había sido igual de infructuoso, sin embargo presa de la curiosidad y de su obstinada personalidad lo intentó una vez más, siendo golpeado esta vez con brutalidad, volando por los aires unos instantes antes de caer sobre una roca.

Un audible alarido de dolor se escapó de sus labios, había sentido algo quebrarse en su caída, estaba inmóvil, y le costaba respirar. No podía siquiera murmurar por ayuda. El dolor lo paralizaba, y cuándo algo tomó su tobillo y lo arrastró hacia él sauce no puso resistencia, se abrazó a sí mismo en búsqueda de protección, sabía que algo se había clavado en su torso, lo sentía clavarse cada vez más en su piel y la sangre comenzaba a fluir.

Cuando Ingresó todo estaba obscuro, y era demasiado estrecho, así que fue arrastrado por algunos metros más. Cuando distinguió un piso de madera y fue consciente de que ya no estaba en el pasadizo en el que había sido arrastrado, sino en una casa pudo ver que había sido arrastrado por un hombre de rojas vestiduras, lo reconocía y lo paralizaba de miedo. Era el profesor Anthony.

Criatura (STARKER) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora