Capítulo 11: Y la bestia reclama lo suyo

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Advertencia
Se viene lo chido kdldldk

'Y la bestia reclama lo suyo'


《Veremos cuanto te dura esa sonrisa Santiago...》

Emily sonrió una vez mas y guardó el pedazo de hoja en el único lugar que lo cubriría; su escote. Luego se acomodó el vestido y volvió sus pasos hasta el lugar donde estaba sentada.

Momentos despues de enviarle unos mensajes mas a Camila, la figura del castaño se hizo presente, con dos vasos de ponche luciendo más que encantador. Emily le sonrió y Nicolas sentándose a su lado le extendió el vaso con la bebida, la rubia no dudo en tomarlo, dejándolo reposar un rato en la mesita mientras ella se movía levemente al ritmo de la canción que sonaba.

Mientras tanto Nicolas se deleito en observar atentamente cada fino y minusculo detalle de la pequeña, sin duda Emily era hermosa; con sus grandes pomulos rosas y su cara de porcelana, acompañada de unos labios abultados y para experiencia de Nicolas demasiado adictivos, sus ojos tenían ese característico brillo de inocencia cubierto de un color esmeralda, el cual mientras la luz de la luna la iluminaba, los hacia ver como si realmente fueran piedras preciosas.

《Te amo Emily, pero no puedo permitir que alguien mas lo haga, eres mía pequeña, mía y de nadie mas》Dictó el castaño en su mente, sonriendo más amplio por la mueca que hizo la chica al beber el liquido del vaso...

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Luces encandiladoras, sonidos ensordecedores, y ella estando dopada hasta la médula en definitiva no eran una buena mezcla. Apenas sabía lo que hacía, si estaba estática o realmente se movia, y el fiero dolor de cabeza que le hacía retumbar hasta las orejas, no ayudaba en nada a decifrar en donde jodidas pudo dejar su consciencia.

Estaba segura de que no se encontraba en la fiesta de su instituto, si fuera así ya habría recibido un sermón de Emily por su etílico estado, la rubia no sabia el alcance de desastre que realmente era su mejor amiga, y Camila tampoco quería que se enterase, por ello decidió hacer todo su ritual de drogadiccion en la privacidad de su casa; donde no habían padres que reclamaran, ni amigas que se preocuparan, y mucho menos novios de sus amigas que la amenazaran.

Obligandose a pensar, recordó darse la ducha más larga de su vida, con algunas copas que le encajaban a la medida, para después a regañadientes ponerse el vestido y tacones que había elegido Emily para ella y luego de maquillarse y conseguir elevarse un poco- solo un poco por los viejos tiempos- todo se le nublo.

Eso había sucedido hace horas… Entonces en su nivel alto de falta de consciencia se preguntó que si no se encontraba ahora en su cómoda cama, ni en el instituto, entonces ¿donde carajos estaba?.

Camila sabía cual eran las consecuencias de la droga que a veces inhalaba, entendia el hecho de estar en el aire y sentirse mareada, pero no se supone que debía darle jaquecas o lagunas mentales sino hasta la mañana.

Entonces... ¿que sucedía?.

Intentando ponerse de pie se saco los tacos para poder caminar mejor, debería estar en su casa esperando por Josh, el chico se volvería aún más loco si lo dejase plantado. Caminó tres pasos sosteniendose con quien sabe que, pero fue inútil, cayó de rodillas al que, al parecer era un pavimento, bufando enojada por encontrarse tan mareada al punto de no poder divisar absolutamente nada.

Pero antes de poder seguir analizando, antes de poder seguir pensando, un metal punzante impactó fuertemente contra sus costillas, tumabandola lejos y dejándola aún más a la deriva...

Y luego las cosas dejaron de darle vueltas, los sonidos agonizantes se detuvieron, el dolor se esfumó, junto con su ultimo aliento...

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Obsesión//Amando Al PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora