Reencuentro

4.6K 189 18
                                    

23_ Reencuentro

Lugar: un barco

Horas despues del atraco

-Les ayudo –indica Helsinki acercándose al vernos llegar. Le sonrió al osito, estaba disfrazado con una peluca y una remera de rocero que le daba una apariencia ruda con su tamaño y músculos, pero aun así, solo era (literalmente) un osito disfrazado; con una sonrisa amable toma a Lin entre sus brazos como si no le pesará nada, él estando ya encima del barco, y la mete dentro. Berlín salta, ingresando al transporte y girándose para extenderme su mano

-Gracias –le susurro, tomando su mano para usarla como apoyo antes de saltar hacia el barco. Realmente no entendía porque no podían poner el barco más cerca del muelle, una persona literalmente podría caer entre el muelle y el inicio del barco

-¿Por qué cojones se demoraron tanto en llegar? –Nos regaña Nairobi una vez que nos encontrábamos en el barco- fueron los primeros en salir ¡Los primeros! Pero los últimos en llegar ¿Qué cojones paso? –pregunta, un poco molesta, pero siempre con verdadera preocupación

-Nada serio, solo que Ven no tiene orientación e iba justo hacia el lado contrario –dijo Berlín encogiéndose de hombros- y se alejó tanto que nos demoramos el doble de tiempo en llegar

-Joder –susurra Denver con un poco de diversión- cuando llego Palermo y ustedes todavía no, casi entramos en crisis –explica él con un bufido, cruzándose de brazos

-Perdón –murmuro, inflando mis mejillas ante sus regaños. Mónica me acaricia el hombro con dulzura, consolándome

-Tranquila, tampoco tengo sentido de la orientación –intenta hacerme sentir mejor. Una risa escapa de los labios de Rio mientras niega con la cabeza, Lin solo se ríe, imitando el gesto de su tío

-Pequeña –le llama Matías fijándose en mi hija- ¿Quieres jugar? Descubrí que en el piso de abajo está el juego del jenga ¿Quieres ir? –le pregunta tan emocionado como un niño pequeño. Curiosamente, Matías se llevaba muy bien con mi niña, como si se conociesen de toda la vida

-¡Sí! –grita con emoción mi pequeña, corriendo hacía el para tomar su mano- ¡Mami, voy a jugar!

Un cambio radical es que ella ya no le tenía miedo a esas personas que consideraba "tíos", antes siempre me preguntaba y me avisaba antes de irse con ellos, ahora solo desaparece y despues alguien me informa que está con ellos. Aunque por suerte, con personas desconocidas sigue siendo bastante fría y lejana.

-¡Yo quiero ir! –Dice Tokio, levantándose de la banca exterior- además, aquí me congelo hasta los cojones ¡Vamos, Rio! –le exige, tomando al chico de brazo para llevarlo por las escaleras hacia la zona interior del barco

-Yo iré a jugar con bebé Lin –dice Helsinki con una sonrisa amable, alejándose. Un suspiro escapa de mis labios mientras tomo asiento, Berlín se sienta a mi lado, Nairobi, Denver y Mónica se encuentran enfrente de nosotros

-¿Estamos todos? –consulto

-Bogotá, Moscú, Palermo y ahora los demás chicos están dentro del barco –me explica Nairobi- Bogotá y Palermo fueron para empezar a calentar los motores y verificar que todo esté en orden –me comenta

-¿Y nosotros que esperamos? –dice Berlín con el ceño fruncido

-Marsella llegará en algún momento con Raquel, sabes que la tuvo oculta por el tema de los policías –explica Denver, encogiéndose de hombros- se supone que los estamos esperando para salir, pero también tenemos ordenes de que si no llegan en media hora más debemos partir aunque sea sin ellos

Venecia | La casa de papel |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora