"Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día...". 1 Corintios 15: 1-4
¿Sería justo que tuvieras que ser ejecutado por un delito que no cometiste? ¿Acaso estaría bien tener que ser apedreado porque tu vecino robó algo, cuando no tienes nada que ver? No, no lo es. No es justo. Y precisamente por una injusticia hoy estoy aquí. Es Darielys quien habla, en este caso no se trata de una historia inventada; se trata de una realidad. Jesús hace muchos años atrás murió en una cruz, haciéndome a mí una pecadora con perdón y oportunidad de ir al cielo. Si no fuera por eso, si Jesucristo el Señor no hubiese fallecido por mí no estuviera escribiendo esto y tú no lo estuvieras leyendo. La realidad es que lo hizo, murió. Por lo tanto ambos, tú y yo podemos ser salvos. Cada persona tiene libre albedrío, eso es la capacidad de decidir en qué creer. Es una libertad individual. En mi caso decidí creerle a Dios. A pesar de que no lo puedo ver, creo en él. Vivo por fe, no por vista. Criada en la iglesia y con conocimiento sobre él decido convertirme en una Cristiana. Soy una seguidora de Cristo y por favor, te pido no me juzgues. Me tocó vivir en un nuevo mundo, uno diferente al de mis abuelos y antepasados. Vivo entre medios, figuras públicas y personas que luchan por algo llamado igualdad. Estoy siendo testigo de las señales de los últimos tiempos, aquellas que indican que la venida de Cristo está cerca. Soy parte de la generación que Dios decidió que observara como se cumplen aquellas profecías que están escritas en la Biblia. Soy parte de una generación que como las demás, la mayoría de las personas, están perdidas.
