Revelación

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Jin despertó, sintiendo que alguién movía su hombro. Enfocó la mirada y se dió cuenta que era un auxiliar del tren.

-Señor, hemos llegado al destino- informó amablemente el joven al mayor.

-Gracias y disculpa- comentó un poco abochornado.

Tomó su bolso de viaje y bajo del transporte, sintiendo el aire frio de invierno chocar contra él. La noche pasada había nevado, como nunca lo hacía y el solo estaba con una chaqueta delgada que no abrigaba mucho. Mensajeo a JaehWan para que le llevara algún polerón o bufanda para abrigarse un poco más.

Todo estaba frio.

Tal y como Yoongi.

Yoongi y su frialdad lo estaban matando, después de aquella noche en la que se dieron calor juntos. Negó con su cabeza, quitando aquellos pensamientos. Ahora debía tomar un transporte hacia la mansión de Jaehwan.

Su amigo le había invitado a su fiesta de compromiso y sería en su casa, más bien, mansión. Jae siempre se había dado sus lujos, ya que su trabajo se lo permitía y a pesar de ello, seguía siendo el mismo chico humilde de siempre. Su amigo de toda la vida.

Sonrío.

Nada arruinaría su día, ni siquiera Yoongi. No lo permitiría. Sólo quería disfrutar con su familia, la cual llamaba así, ya que siempre los frecuentaba y con Jae más que amigos, eran hermanos.

Decidió tomar un taxi a la lejana mansión de su amigo y llegó luego de una hora a esta. En el transcurso dle viaje, Seokjin arreglo su rostro, trató de tapar sus ojeras y sus ojos algo irritados por el llanto no derramado por el comportamiento de su menor.

Dejó salir un suspiro y ordeno sus cosas, para luego mirar por la ventana, notando que ya estaban llegando. El conductor le avisó la llegada al lugar indicado, Seokjin pagó, agradeció y bajó del auto. Caminó directo a la entrada, notando al guardia, quien ya lo conocía.

-Señor Kim- saludó el hombre mayor.

-Ahjussi- saludó cortésmente-disculpe, siempre olvido su nombre- comentó un tanto avergonzado.

El hombre sonrió y negó con la cabeza- No se preocupe, Joven. El Señor Lee lo está esperando- comento mirando al menor- desea que llame a un auto o caminará- preguntó.

Seokjin lo pensó, la entrada a la mansión era larga y extensa para recorrerla, pero en ese momento no le importaba.

-Caminaré, no se preocupe- comentó agradeciendole y entrando con confianza a aquel grande recinto.

Caminó tranquilamente, observando todo a su alrededor. Sintió ganas de estar en su departamento, hundiendose en su tristeza, pero no podía hacerle eso a su mejor amigo. A quién lo ayudaba siempre que lo necesitaba, quien siempre estaba para él. Quería compartir la felicidad de JaeHwan aunque el estuviera en un pozo sin fondo, donde cada vez caía más y más.

Pasada una media hora de caminata entre pensamientos tortuosos y suspiros, llegó a la puerta de la mansión de su amigo. Entró como si fuera su casa, poniendo atención a su entorno. Escuchó la voz de Jae en la sala y caminó hacia ese lugar. Estaba acompañado, de seguro era su pareja a quien conocería recién este día.

Odiaba sentirse sin ganas de saber de parejas, pero aún así, caminó hacia la sala, entrando y sonriendo al ver a su amigo mimando al chico junto a él.

Puso una mano en su cintura y con la otra carraspeó, mirando fijamente a su amigo.

JaeHwan se separó solo un poco del joven junto a él y sonrió al ver a Seokjin de pie y con cafmra de indignación.

Lo efímero de la felicidad (YoonJin-JinSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora