Lo efímero de la felicidad (YoonJin-JinSu)

EL CUMPLEAÑOS DE YOONGI

Después de aquella primera cita en Daegu, los días pasaron como siempre. Ambos conversaban de como iban sus días, Yoongi contandole lo que hacía en sus estudios y Seokjin lo que pasaba en su trabajo día a día. Tal vez, en algunas ocasiones hablaban de cosas sin sentido, como la afición del mayor por los videos juegos y el gusto del menor por el ánime.

De algunas manera, ambos se complementaban lo bastante bien, aunque no se veían tan seguido, pero si, cada vez descubrian algo nuevo del contrario. Seokjin se emocionó mucho cuando Yoongi le comento que le gustaba dibujar y le enviaba fotos de algunos de sus dibujos, alabando el talento que este tenía.

Sin darse cuenta, Seokjin a medida que pasaba el tiempo, comenzo a alojar sentimientos por el menor, los cuales disimulaba muy bien.

En alguna de aquellas conversaciones por chat, Yoongi le comentó que quisiera tener una tableta digital para dibujar y en ese momento algo en él hizo click. Tenía el regalo perfecto para el cumpleaños del menor, pero de igual manera tenía miedo, alguién podría regalarle lo mismo, pero en el fondo sabía que eso no podría ser.

Sabiendo ya la fecha de cumoleaños de su menor, Yoongi le invitó por aquel fin de semana a Daegu, a lo que Seokjin acepto feliz, aunque estaba el pequeño detalle de que estaría el novio de Yoongi con ellos, pero no le importo. Pasar tiempo con el menor era algo que deseaba, después de ese mes y medio sin verlo.

Había comprado la tableta digital de dibujo, días antes del viaje, para no tenerla guardada por tanto tiempo. Alisto un bolso de mano y el regalo lo llevo en la mano. Llegaría por la tarde, después de su trabajo, a tiempo para la cena por el cumpleaños del pequeño.

Yoongi cumpliría 17 tierno años y Seokjin estaba feliz por compartir este día tan maravilloso con el menor.

Tomó sus cosas y salió rumbo a la estación de trenes. Compró su boleto en el momento y se preparó para abordar el tren. Se sentía feliz y nervioso a la vez. Sabía que Yoongi provocaba cosas en él, pero no lo quería aceptar.

Una de las razones era su diferencia de edad, once años los separaban, podría ser perfectamente su hermano o incluso su hijo, si gustara de las chicas, pero no era así. Además sabía de los gustos de Yoongi y que tiene un novio, era aún más tentación.

Quitó aquellos pensamientos de su cabeza y se dedicó a escuchar música, mirando el paisaje que el viaje le otorgaba. Cerró sus ojos por algunos minutos. Se encontraba ansioso, sólo quería llegar y abrazar a su querido Yoongi, sentir aquel olor particular que tanto le gustaba. Suspiró silenciosamente y volvió a abrir sus ojos.

Llevaba la mitad del camino andado. Decidió leer aquel libro que siempre llevaba consigo " Un regalo de mi gran amor", el cuál contenía varios cuentos de invierno, relacionados al amor.

Era un amante de la lectura y las novelas románticas, así que ese fue su pasatiempo, mientras el camino hacia su destino se terminaba. Una vez llegó le aviso a Yoongi.
Le pidió que no se preocupara, qué el llegaría a su casa solo.

Tomó un colectivo, el que le indicaron, y empezó el corto recorrido a casa de su amiguito. Una vez llegó, toco el timbre de la casa, avisando igualmente a Yoongi que ya estaba fuera.

Al ver salir al muchacho, bien vestido y guapo, le sonrió abiertamente, sintiendo su mundo sucumbir ante él. Beso su mejilla y lo abrazo, sintiendo como tímidamente Yoongi correspondía su abrazo.

Estaban pasando aquella barrera que el menor tenía con los abrazos. Lo apretó aún más a su cuerpo, sintiendo las finas curvas del menor y su delgadez. Estaba coladísimo por aquel chico. Dió un suave su suspiro y se alejo de él, sin dejar de sonreirle.