Prólogo.

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Todoroki bostezaba mientras escuchaba la explicación de su maestra en turno, miraba con aburrimiento a sus compañeros, todos hacían de todo, menos prestar atención a la rubia que les impartía clases

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Todoroki bostezaba mientras escuchaba la explicación de su maestra en turno, miraba con aburrimiento a sus compañeros, todos hacían de todo, menos prestar atención a la rubia que les impartía clases.

Con pereza recargo su barbilla en su mano, de forma sutil miro la hora en su celular, faltan menos de cinco minutos para que el aburrido día escolar terminara, Shoto quiere que el timbre suene, pero no para ir a su casa, no, él desea que acaben las clases para ir a su club extracurricular.

¿Qué clase de club podría ser?

¿Judo?

¿Teatro?

¿Jardinería?

¿Fútbol americano?

¿Basquetbol?

Nada de eso, Todoroki Shoto pertenecía al club de música, el poco conocido y triste club de música, donde según los burlones alumnos, solo iban unos pocos chicos que tenían la ridícula esperanza de ser reconocidos por su talento.

A Shoto no le interesaba ese tipo de habladurías, por lo que siempre pasaba de ellas, o simplemente hacía de oídos sordos.

La música no es para todos, pensaba, pues él creía firmemente que sus compañeros solo tenían pequeños cerebros llenos de morbosidades y estupideces.

Sumido en aquellos pensamientos es que se le fueron los últimos minutos de la clase, cuando el timbre sonó, la multitud de alumnos salió del salón, cual manada de animales.

Como siempre el de cabellos bicolores espero a que todos se fueran para salir, cuando vio que solo quedaba un rubio y una chica de cortos cabellos negros, se paró de su lugar.

—Debemos apurarnos, si no quieren que Iida nos empiece a reñir —. Musitó el con pereza.

Ambos jóvenes asintieron y lo siguieron sin decir palabra alguna.

Aquellos dos eran Denki Kaminari y Kyoka Jiro, dos de los cinco miembros del club de música, Kaminari era usualmente un chico muy parlanchín, por lo que su silencio en ese momento le parecía raro, aun así lo dejo pasar, pues Todoroki no era muy afecto a meterse en donde no lo llamaban.

Jiro era una chica bastante seria, con una voz excepcional, su naciente carrera se vio truncada por una enfermedad en las cuerdas vocales, misma que le había echo tirar la toalla para seguir cantando, pero no para dejar totalmente la música, pues amaba tocar cualquier clase de instrumento, ella siempre estaba callada, usualmente no hablaba, desde lo que su enfermedad adquirió un mutismo a modo de duelo.

Shoto admiraba y quería mucho a esa chica, pues aunque no podía seguir cantando, no había dejado de lado su amor por la música, antes ella era la vocalista de su pequeño grupo, aunque luego de lo que paso el puesto estaba en estado rotativito, entre los pocos miembros.

Cuando llegaron al salón de música Tenya Iida ya estaba ahí junto a Inasa Yoarashi, él de cabellos azules amaba la música en todas sus versiones, si bien tenía la creencia de que las melodías actuales eran vulgares e incomparables con las clásicas, la intensidad de esa opinión había disminuido por mucho, pues ahora era capaz de tocar diferentes ritmos con su guitarra.

Inasa era un visionario, le gustaba componer toda clase de ritmos, junto a Denki eran los que aportaban la diversión al grupo, él sabía tocar multitud de instrumentos, al igual que todos los demás, pero sin duda su instrumento predilecto era, el teclado, o un piano, amaba crear música, aunque para las letras de canciones era bastante malo.

Pero para eso tenían a Todoroki Shoto, él era quien componía canciones, aunque nunca habían tocado una composición propia, pues el chico siempre se excusaba con que algo le faltaba a sus letras para convencerlo totalmente.

Es por eso que solo tocaban covers que cada uno iba sugiriendo, ese día le tocaba al de ojos heterocromáticos, sugirió Creep de Radiohead, todos asintieron sin decir nada, pues ya estaban acostumbrados a que Shoto escogiera siempre aquella canción.

Kyoka se sentó en una de las sillas para escucharlos tocar, Inasa cogió el bajo, en tanto que Denki se decantó por la batería, los acordes comenzaron a sonar, dando inicio a la canción.

Shoto iba a comenzar a cantar, aunque una agradable voz femenina lo hizo primero, eso descoloco a todos, por lo que dejaron de tocar, buscaron a la dueña de aquella voz, la encontraron parada junto a la puerta.

Ella los miraba con una amplia sonrisa dibujada en sus labios, ninguno de los ahí presentes decía nada, por lo que la chica se dispuso a hablar.

—Siento mucho haberlos interrumpido, pero no lo pude evitar, emm, mi nombre es Izuku, y yo venía a buscar a ese chico rubio—. Musito a modo de disculpa.

Todas las miradas se dirigieron hacia Kaminari, quien se encogió de hombros.

—Lo siento, pensé que llegaba hasta mañana, ella es Izuku Midoriya, es una amiga de infancia ¿Creen que podría irme ahora? hace mucho que no la veo —. Murmuró avergonzado.

—Vale, ve amigo, nos veremos mañana — Respondió Inasa.

Pues todos los demás, están algo confundidos y sorprendidos por lo que acaba de pasar.

El rubio tomo sus cosas e hizo una reverencia, en cosa de nada se marchó tomando la mano de la chica, los otros muchachos solo observaron anonadados la acción.

El primero en salir de su estupor fue Todoroki, quien llamo la atención de los demás, para que comenzaran su ensayo, como Kaminari se había marchado Inasa opto por tocar la batería, mientras que Kyoka tomo el bajo en lugar de chico de cabello negro.

En poco tiempo, el aula se llenó de magia, pues ese día Todoroki toco y canto con más emoción de lo común, todo gracias a la chica que de improvisto interrumpió su ensayo.

Él no lo sabe, pero ese encuentro será el inicio de una increíble melodía sin igual.  

  

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Conquístala con una canción.Where stories live. Discover now