He estado aquí el tiempo suficiente para saber que estoy harto de la manera en que comienzan los dramas e historias.
Esta es mi historia y la voy a comenzar como me dé la gana:
Mi vida no era perfecta, ninguna lo es, acéptenlo.
Era insufrible, malditamente egoísta y descarado. Continúo siendo así. Y no, nadie cambia por amor porque las personas no cambian, siempre somos el mismo pedazo de basura del principio, a veces mejorado. A veces mucho peor.
Pero siempre lo mismo.
Más de lo mismo, era mi mantra cada mañana cuando mi madre gritaba que el desayuno estaba listo y que debía apresurarme para ir a clase.
La amaba, pero esos infinitos minutos en los que su voz chillona se colaba por la rendija de mi puerta y el eco ensordecedor hacía mi cabeza palpitar, la odiaba.
Las mañanas no son lo mío.
Cuando mi cabeza latía lo suficiente para ser molesta suspiraba y gritaba de regreso para se callara. De mala gana me levantaba del montón de mantas que solía ser mi cama y arrastraba mis pies hasta el baño para, ya saben, la rutina matutina. No creó que deba explicarles, no son unos niños si leen esto.
Solía salir del baño y ponerme lo primero que veía por ahí, ahora al menos me tomo la molestia de buscar en el armario. Como sea, salía de mi habitación, besaba la frente de mi madre y tomaba mi desayuno mientras caminaba a la salida.
El instituto estaba extremadamente cerca así que me iba caminando. Siempre solo hasta que cruzaba el umbral de la institución más explotadora con la mejor justificación del mundo.
"Hey, Lou" saludaba Jake en cuanto me veía entrar, y poco importándole mi apariencia de muerto viviente, comenzaba a contarme cualquier estupidez que haya sucedido el día anterior luego de clase.
Yo me recostaba sobre el pupitre y dormitaba en nubes y pensamientos homicidas a veces. Sí, suena enfermo, pero ustedes no tuvieron mis maestros.
La rutina era esa.
Nada cambió. No hubo nuevos compañeros, no hubo nadie de intercambio y no, no me enamoré de mi mejor amigo. No hubo una apuesta, no tenía nada que probar ni tenía un enamoramiento platónico.
Simplemente un día se acercó el niño de siempre, rizos alborotados y rostro adormilado. Lo conocía desde primer año, había crecido con él, siempre en el mismo salón. Nada nuevo.
Diecisiete años, sonrisa coqueta y ansias por la graduación simplemente.
Harry Styles, siempre me había parecido tímido hasta que entró en el baile de fin de curso vistiendo un traje de encaje bastante encantador. Lucía bien en él, para ser sincero. Se lo dije a Jake y estuvo de acuerdo.
Eso fue todo. No hubo acercamiento, roce ni mierdas románticas de fin de curso adolescente.
El peso de la universidad sobre mis hombros. No había pensado estudiar algo hasta que mi padre se sentó frente a mí con su semblante serio y no me dio más opción que escoger una carrera. Sin presiones.
Opté por arte. Me gustaba dibujar y no sería tan malo, pensé.
Claro, porque todas las carreras siempre son acerca de lo que piensas que se tratan. Pero esos cuatro, cinco o más años, no son simples paseos por el parque y bocetos bonitos. Miles de horas desperdiciadas en una biblioteca leyendo fragmentos de libros que pudiste haber buscado en google o algo así, pero no lo haces porque tus profesores necesitan el reporte de biblioteca para "asegurarse" del trabajo investigativo.

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Someone you loved (l.s.)
FanfictionHarry siempre miró a Louis de lejos. Estudiaron juntos pero el chico bonito nunca lo miró siquiera. Fue cuando un día, una hermosa coincidencia ocurrió que pudo acercarse finalmente, y no fue su intención que eso sucediera de nuevo. La coincidencia...