Jimin estaba cansado, a veces se sentía capas de comerse al mundo y otras se sentía como un bebé después de una rabieta. Su madre tenía razón, era hora de dormir, pero no lo haría en el nido.
Antes de que su madre diera la señal de "No salida del niño" escapó a la plataforma. Un viento helado golpeaba la montaña, dos de sus hermanos mayores vigilaban con arcos y flechas en mano, les regaló una sonrisa de niño dulce antes de desplegar las alas y entregarse al vacío.
No era tan estúpido para aterrizar en la montaña que había encontrado a un escaso kilómetro del rió de la desesperación sin antes asegurarse de no ser seguido. Ni siquiera a su hermano favorito, Taehyung, le había confiado su secreto. Desde hacia unos siglos ya no se sentía cómodo en el nido, amaba a sus hermanos y adoraba a su madre, daría la vida por ella, pero se sentía como un intruso, cada día estaba mas solo.
Dando unas cuantas vueltas en circulo comenzó a perder altitud. Nadie lo seguía, el aire lo comenzó a enfriar y se sentía muy cansado, sin perder tiempo aterrizo en la saliente donde estaba oculta la pequeña entrada de la cueva que usaba de vez en cuando para dormir.
Fue una suerte el descubrir que desde allí podía conectarse con Jungkook, lo había descubierto por accidente, se quedo dormido abrazando a si mismo y en su sueño se encontró con un apuesto hombre que era atacado por terribles pesadillas, fue fácil alejarlas, a cambio el humano le dio su primer beso y una cosa llevo a la otra. De eso hacia solo unos cuantos meses en los que habia sido más feliz que sumando todos sus diez mil años juntos.
Agachando su pequeño metro sesenta de altura pego las alas a su cuerpo para poder pasar por la boca de la cueva. dentro se abria en una bobeda de cuatro metros de alto por diez metros de diámetro. Poco a poco había pasado algunas de sus cosas, la cama estaba hecha con algunas pieles suaves que sus hermanos les habían obsequiado cuando cumplió nueve mil años, en las paredes había colocado algunas antorchas mágicas y esta se prendió con un movimiento de su mano, haciendo girar la roca aplanada que le servia para asegurar la entrada, quedo enclaustrado en su pequeño santuario.
Recostando su cuerpo en las pieles y cubriéndose con ellas se dejo llevar por el sueño
-Jimin!!- escucho la voz de Jungkook. Él humano lo convocaba desde su propio mundo de sueños -¡Amor!!!.... ven!-
Era la primera vez que su humano lo llamaba. Sintió el jalón de su alma que buscaba la del otro hombre. Con una sonrisa se dejo llevar. Regresaba a casa.
Al abrir los ojos, Jimin se encontró en un extraño lugar. Una cama para dos personas con las sabanas sin arreglar, fundas para los pies tirados en una esquina, varios pares, que incomodo usar esas cosas, a él le gustaba ir con los pies descubiertos
Las paredes del lugar eran de un color blanco hueso y el techo no estaba muy alto, si extendiera las alas podria tocarlo con las puntas. Una luz redonda en el techo plano que no emitía fuego llamo su atención, Jimin estaba por saltar para tocarlo cuando sintió la tibieza de una mano abierta en medio de sus omóplatos
-¡Kook!- chillo dando la vuelta cayendo en medio de unos brazos abiertos -¡hola!-
-Hola pequeño- devolvió el saludo plantando un beso rápido en los labios que se le ofrecían
-¿Donde estamos?- pregunto el demonio observando la ropa tirada sobre una silla -este lugar parece como si hubiera habido una batalla-
Jungkook tuvo la decencia de sonrojarse -Creo que este es mi sueño, este parece ser mi dormitorio-
-mmm... - fue lo mejor que pudo decir Jimin. El humano era un desastre -¿Estas son tus cosas?-
-Deja de hacer preguntas pequeño curioso- susurro junto al oido del hombre más pequeño. Su metro noventa de alto era notorio contra el metro sesenta del demonio alado -Te deseo- susurro con voz ronca
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El Demonio Amante de mis Sueños
ParanormalUn demonio alado y un humano se encuentran en sueños... Jeon Jungkook, un agente del Gobierno especializado en crímenes violentos cree que se esta volviendo loco ya que sueña recurrentemente con un ser hermoso con colmillos y alas para aumentar su...