Capítulo 1

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Gómez

Los ojos me arden y la cabeza me duele al punto de sentir que me puede explotar. Me están llevando al penal de San Onofre, un penal solo de hombres, no se porque me llevan ahí, capaz es un castigo, capaz el echo de que Antin sea amigo de mi vieja tiene algo que ver, no se, no pienso mucho, no después de que me cagaran a palos mis ex's compañeras. A veces me quedo pensando en alguna boludez, o recordando momentos, cuando era libre por ejemplo. Mi condena era perpetua, con buen comportamiento podía llegar a pedir libertad condicional después de 35 años. Pero para que, cuando saliera iba a ser vieja, tan vieja que me iba a olvidar de mi nombre, del nombre de mis hermanos y de mi vieja. Mis sobrinos ya iban a estar grandes y nadie iba a querer cuidar de una vieja que tendría que estar presa. Nadie iba a querer cuidarme si es que llegaba a salir. Nadie me esperaba afuera. Nadie.

-Nena, nena move el orto, ¡bájate! - me gritaba el guardia

-Ya va - con la mirada baja salgo del camión donde iba, me dieron mi bolso y empezaron a llevarme al lugar donde iba a pasar toda mi vida

-Che, la piba va con Antin primero - señaló un pelado que nos encontró metros antes de llegar a una reja que daba a un patio, que parecía más una villa que otra cosa. Antes de yo darme cuenta ya me estaban llevando a la oficina de Antin, no tenía ganas de escucharlo, ni a el ni a nadie.

-Pero mira a quien tenemos acá, estas re grande nena, hace cuánto no te veía- me saludo el canoso cuando entre a su oficina

-Casi 8 años, vos seguís igual - salude sin querer acercarme a el

-Veni sentate sentate, ¿como estas? ¿Como te ha ido nena? -me señalo la silla frente a el, me senté y lo mire seria

-Estoy presa hace 4 años Antin, y ahora estoy en un penal de hombres, vos solo pensa un momento en como me puede estar yendo - conteste con una falsa sonrisa

-Bueno bueno, pero tenes que agradecer que despues de todo el quilombo que le hiciste a Meza caiste acá y no en algún lugar peor, aparte tu mamá me pidió que te metiera acá -

Lo observé fijamente, si el no quisiera algo no hubiera dejado que entrara acá, no era boluda y el lo sabía.

-¿Que querés Antin?, vos no sos tan buena gente como para dejar que una piba entre a tu penal solo porque su mamá te lo pidió, ¿que querés de mi? -

Antin largo una carcajada, la más falsa que escuche en mi puta vida

-Que inteligente que sos eh, siempre fuiste así de inteligente, pero bueno, no tanto como yo pensé ya que ahora estás acá, presa - frunci los labios al escucharlo -Necesito que me ayudes a mantener a salvo a un pibe - hablo después de un largo rato en silencio

-¿Me ves cara de babysitter? - arquee una ceja esperando que fuera una joda

-Te veo más cara de pelotuda pero bueno, el pibe entra hoy, en - miro su reloj -4 horas entra, vos te vas a instalar en un pabellón y lo vas a tener vigilado, si a ese pibe le pasa algo cagamos vos, yo, tu vieja, mi vieja, todo el mundo -

-¿Y que gano yo? Que tiene de especial ese pibe como para que necesite seguridad -

-Es el hijo de un empresario, Eduardo Pardo, se llama el padre, y si el pibe sale igual que como entro de acá podes arreglar con el padre a ver que querés - aclaro mientras se servía un poco de whisky

Hija Del Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora