Nena
Borges había agarrado la mala manía de decirme nena y mandarme a hacer cada cosa que a él le daba paja. Como ahora que me había puesto a contar plata, encima eran unos billetes más echos bosta que tenía que andar pegando con cinta como tarada. Había pasado 1 semana desde que entré, me tenían cuidando a Moco 24/7 y de vez en cuando me mandaban con un señor al que le decian Tubito que también vendía droga, al principio intente negarme pero Mario no reacciono de la mejor forma.
★ Flash back ★
-Prefiero que me mandes a hacer otra cosa Mario, yo no tengo mano para eso - mentí como de costumbre
-Mira nena, a mi no me vas a venir con ese cuento de que sos la carmelita descalza, yo se bien lo que sos, así que deja de hacerte la víctima y anda - lo mire fijamente a los ojos y salí aguantandome la bronca
★ Fin del Flash back ★
-Che nena, ¿terminaste? Tubito te busca - el grandote de tatuajes me llamo, por lo que sabía le decían Barney.
-No, todavía no termino, y se me termino la cinta, ¿Donde puedo conseguir acá? - le pregunte haciendo un fajo con billetes de 50 pesos
-Anda y pregúntale a Molinari - me dijo Diosito entrando y yendo a buscar algo a la heladera.
Acomode un poco la mesa y fui hasta el salón donde había dos escritorios pero solo 1 estaba ocupado, vi a una mujer con las ojeras hasta la mitad de la cara, con una colita de pelo mal echa y temblando, pero hacían casi 36 grados así que supuse que frío no era lo que tenia.
-Hola - salude cuando entre al salón, la mujer me miró entre asustada y desconfiada -Soy Daiana, te vengo a preguntar si no tenes un poco de cintec que me regales -
-Si si tengo, pero sentate, tengo que hacerte la ficha - dijo sacando un par de hojas y tirado un par más el proceso. Me acerque a ella y la ayude a juntar las cosas. Después de terminar me sente y vi como me miraba fijamente -¿De donde sos Daiana? - me pregunto
-Naci en Mendoza y me vine a vivir acá a los 8 -
-¿Se puede saber por qué? -
-A mi viejo lo querían matar haya y unos amigos de el nos dejaron quedarnos acá un tiempo - en su mirada vi algo de pena, pero supongo que era la misma mirada con la que miraba a todos los presos acá.
-Bien, ¿Tenes hermanos? ¿Alguien con quien yo pueda contactar en caso de una emergencia? -
-Si, Antin tiene el número de mi mamá, se lo podes pedir a el - contesté con ganas de ya irme
Ella siguió anotando un par de cosas más que miraba en la computadora y antes de irme me dio el cintec y me dijo su nombre.
-Si necesitas cualquier cosa podes decirme, soy Emma - se presento y volvió a mirarme con pena. Asentí antes de irme y desear no tener que llamarla para nada, no la necesitaba ni a ella ni a su lastima.
De nuevo en el pabellón lo primero que vi fue como Cristian tenía la cabeza decolorada. No dije nada y me quedé calladita, volví a la mesa y seguí pegando los billetes.