Quedé fría, paralizada por inercía, mis lagrimas salian solas, me dolia profundamente aquello que hacian, él sabia perfectamente que odiaba las traiciones, lo creí especial y perdi.
En realidad buscaba algo bien, no quería perder la fé, quería un por siempre, algo que valiera la pena.
No se dio cuenta de lo que habia descubierto, así que esa misma tarde lo cite, cuando observe su rostro descubri que su mirada me pedía tiempo, cada latido se volvia sufrimiento y como siempre empecé a llorar, salí de corriendo de allí, quería que me dijeran que aquello que habían visto mis ojos era mentira, lloraba nuevamente cada vez que recordaba aquella situación, era frustrante para mi sentirme así.
Al siguiente día preparé mi café, encendi mi cigarrillo y empece a llorar, no sabia que hacer, quería algo bien, aveces solo pensaba que mala suerte la mia, me fumé casi tres cajetillas y me tome mas de doce tazas de café, por fortuna me quede dormida, desperte mas tarde casi al medio día, tantas cosas tenía en mente, lo principal era no querer dejarlo pero por otro lado debía de alejarme para estar bien, sabemos que todo llega cuando nos toca y llega sin necesidad de buscarlo.