A quien quiera que lea esto, solo quiero decirle que no estoy loco. O puede que sí, que este loco... ¡o endemoniado! A decir verdad, a estas alturas ya no sé quién soy, no sé qué es lo que tengo o porque me está pasando esto a mí o si está pasando si quiera.
Por suerte, ya no tendré que preocuparme más por esto. En un momento habrá terminado mi sufrimiento. Al menos, eso quiero creer. No quiero pensar en la posibilidad de que esta terrible pena me siga hasta el fin de los tiempos, que me siga hasta la tumba y hasta el infierno; entonces no habría manera de librarme, entonces todo sería en vano. ¡Pero qué más da! Ya estoy muerto por dentro, ya estoy loco, ¿o no? Es lo que todos dicen, es lo que yo no quiero creer. Siempre he sido demasiado inteligente para los demás, por eso no entenderían. Tal vez por eso es que ha venido a mí, porque soy el único con el intelecto para entenderlo o algo así. ¡Pero yo no pedí esto!
Al principio era solo un mal sueño; hace tres meses fui a la cama con la mente tranquila, sin preocuparme de ningún horror. Oh, el más terrible de los horrores no estaba en mi cabeza todavía. Esa noche me fui a dormir en paz, pero en mis sueños se apareció él... o eso. Ni siquiera sé bien qué es, y no quiero averiguarlo, porque es un horror; el más shockeante y paralizante de todos, el más horrible de los horrores. No quería escribir esta carta porque no quería pensar en eso, no quería tener que describirlo porque sólo de recordarlo se me eriza la piel y no puedo respirar. Pero ¿qué más da? Ya está en mi cabeza todo el tiempo, estoy siempre paralizado, siempre tengo miedo y nunca puedo respirar.
Esa noche se apareció en mi sueño la peor de las pesadillas para cualquiera: era un hombre, pero echado a dos patas como un perro, en lugar de piernas tenía otro par de brazos y su cabeza estaba dada vuelta, con la boca abierta tanto como la de una serpiente y con los ojos negros, viéndome fijamente si es que era posible. Avanzaba hacia a mí y yo sólo corría interminablemente y el me seguía de la misma manera. Era una criatura tan atemorizante que dejaría loco a cualquiera, pero a mí no. Por lo menos no esa noche. Al día siguiente desperté sintiéndome acongojado, pero sabía que solo había sido un sueño... o eso creía. De repente se me venían imágenes del terrible sueño haciéndome perder la concentración durante el día, yo simplemente apartaba esos recuerdos. Pero se apareció en mis sueños también la noche siguiente, y la siguiente, y la siguiente a esa hasta que ya llevaba dos semanas soñando con su cabeza dada vuelta, con sus ojos como abismos y con su boca abierta de una manera inhumana, ¡por supuesto que una cosa como esa no podía ser humana!
Estaba empezando a dañar mi mente y yo no podía permitirlo, no yo, porque soy demasiado listo como para dejar que una estúpida pesadilla me gane. Así que comencé a tomar café por las noches para no dormir. Y funcionó, hasta que mi cuerpo no podía más con el cansancio; duré 5 días enteros sin dormir ni siquiera un poco. Pero al sexto día caí profundamente dormido, para mi mala suerte. Esa noche fue la peor de todas, fue como si me hubiera extrañado o como si quisiera castigarme. No lo sé en realidad, sólo sé que esa noche tuve el sueño más real y profundo que haya tenido alguna vez. Pensé que nunca lograría despertarme, pero por suerte lo hice.
Y fue ahí cuando me di cuenta; que ese horror sólo aparecía en mis sueños, sólo lo veía en las noches y que podía estar a salvo todo el resto del día, que tal vez nunca me acostumbraría a que esa espantosa criatura me atormentara por las noches, pero por lo menos durante el día podía estar a salvo y era completamente capaz de controlar en qué entorno estaba.
Sin embargo, 3 semanas después de mi brillante revelación, ocurrió algo que jamás podría haber imaginado, algo más horrible que mis sueños, algo mucho más petrificante que una simple pesadilla, porque con ellas de una u otra manera podía vivir. Pero lo que pasó a continuación es simplemente innombrable, es una pena que ni en la peor de mis pesadillas imaginé pasar. Ese día regresé a mi casa, entré a mi cuarto dispuesto a enfrentar el horror que me aguardaba en mis sueños, pero al abrir la puerta ahí estaba él, o eso. Estaba esperándome a la orilla de mi cama con sus dos pares de brazos y manos, con su raro torso y con esa mirada que tanto me atemorizaba. Mi corazón se detuvo casi por completo, la sangre se me puso caliente como un montón de agua hirviendo, quemando por dentro de todo mi cuerpo, mis articulaciones se pusieron todas duras como si las hubieran inmovilizado con cemento y casi sentí mi alma dejar mi cuerpo, si es que me queda alguna en lo absoluto. No reaccioné si no hasta que vi cómo comenzaba a acercarse a mí, simplemente cerré la puerta y salí corriendo de ahí.
Esa noche dormí en mi carro.
Estuvo conmigo en mis sueños y fue terrible, como siempre, pero por lo menos no estaba físicamente conmigo y eso me tranquilizaba... lo poco que se podría tranquilizar alguien en la posición en la que estaba yo.
Inevitablemente, la noche siguiente regresé a mi casa, fui hasta mi cuarto y estaba ahí otra vez, esperándome. Sin embargo, ese día no hui como la noche anterior, ese día me quedé a dormir en la sala y lo dejé encerrado en el cuarto. Pero a la mañana siguiente estaba frente mío, simplemente dando vueltas a mi alrededor con su rara manera de caminar, como acechándome. Cuando vio que había despertado comenzó a avanzar lentamente hacia mí. Salí de mi casa lo más rápido que pude.
Supe que ahora no importaba si estaba dormido o despierto, me seguiría donde quiera dentro de mi casa. Así que renté un cuarto de hotel para pasar la noche. Sin embargo, cuando entré estaba ahí, esperándome. Igual que me esperaba en mi casa.
Muy pronto dejó de esperarme dentro de cuatro paredes y comenzó a seguirme a todos lados que fuera.
Pero esta mañana vi algo que terminó por arrebatarme lo que me quedaba de fuerza para seguir con esta locura. Una fuerza que ni siquiera sabía que tenía, pero que supe que se fue en el momento en que vi al espejo y yo era él, yo era eso. Vi mi reflejo y yo era el horror que tanto ha jugado con mi mente y mi bienestar.
Fue en ese momento que comencé a preguntarme qué era realmente a lo que tanto temía. ¿Acaso era yo mismo la fuente de mis pesadillas? ¿Acaso yo mismo jugaba con mi mente y me atormentaba a mí mismo desde un nivel inconsciente? ¿Por qué lo hacía? ¿Será que quiero esto? ¿Será acaso que lo provoco? No tengo idea de lo que sea, por qué me sigue, si está cobrando más fuerza con el tiempo, cuál sea su objetivo, no sé si se ha metido en mí de alguna manera o si ha formado parte de mí desde siempre, pero sé que es real. Sé que es real porque lo veo, porque puedo sentirlo, porque lo escucho y porque me atormenta cada día a cada segundo del día.
Pero los demás no lo saben, por lo menos, no creo que lo sepan. Ellos sólo dicen que estoy loco porque me ven actuando diferente, pero no he dicho nada nadie, y no seré yo quien les advierta de ello; me tomarían por loco si lo hago y no estoy dispuesto a que esta criatura robe todo el respeto y admiración que me ha costado tantos años conseguir.
En fin, es por eso el motivo de esta carta. Aunque no pueda permanecer en el anonimato, por lo menos puedo decirlo de una vez por todas con la esperanza de que por fin deje de atormentarme. No cabe duda que este horror me seguirá a donde quiera que vaya, sin importar lo que haga o si estoy dormido o despierto. Me atormenta, me sigue y no me deja en paz. Y una persona, por muy inteligente que sea o por muy noble que sea su corazón o por mucho que ore e implora al cielo, jamás podría acostumbrarse a algo como esto. Algo como esta terrible bestia que se apodera de la mente y del cuerpo.
Pero hay tan solo una cosa que no he intentado y es esto. Espero que no pueda seguirme ya, y que si hay algo a lo que no se aferre y no corroa, espero que sea el alma. Así que este es mi último intento. Y si existe un infierno al que pueda seguirme, sólo pido que el bastardo sea capaz de sufrir conmigo. Y de si he sufrido en este último momento, no deben preocuparse. Como dije antes; soy un tipo listo y no estoy loco. Investigué bien como suicidarme sin sufrir.

YOU ARE READING
Cuentos de medianoche
Short StoryHay cosas terribles que nos pueden llegar a pasar. Hay cosas que son peores que la muerte. Hay momentos en que dejas de vivir, sin dejar de existir, por un trauma inexplicable. ¿Estás listo para sumergirte en todo eso?