Hacía un día precioso, el cielo despejado era adornado con una que otra esponjosa nube, la refrescante brisa saludaba; todo creaba un ambiente bastante pacífico luego de la noche desenfrenada que había tenido. Después de estar con ella. Tuvo que maquillar cuidadosamente las marcas que yacían desde su pecho subiendo por todo el cuello, agregando algunas prendas de más para evitar que por cualquier motivo se notara el desastre que en realidad era.
Ahora sólo necesitaba tener su clase de siempre, donde Ethan se sentaba enfrente suyo. Sí, los jueves eran especiales porque podía estar cerca de su chico especial.
Aunque la puntualidad nunca había sido una cualidad que poseyera, por él despertaba más temprano que de costumbre, se apresuraba en arreglarse y escoger un atuendo, así podía tener tiempo de sobra para sentarse con tranquilidad y esperarle.
Pero hoy no era un día de esos.
Mientras avanzaba rápidamente recordaba la primera vez que le vio.
No había sido amor a primera vista.
Resultaba intrigante, siempre callado, la mayoría del tiempo con sus audífonos puestos, intentando pasar desapercibido. No intervenía a menos que el maestro pidiese su opinión, conversaba con sus compañeros sólo si era necesario.
No entendía porqué alguien como él estaba en la clase de taller creativo. Era un misterio.
No hablaba con nadie más que no fuesen aquellas tres personas que ella odiaba tanto, jamás se separaban para nada. Esa era una de las pocas clases que no compartía con ellos, incluso si no estudiaban lo mismo, estaban juntos. Era extraño verlo solo, pero parecía mucho más cómodo así.Con el tiempo observarle pasó de ser común a convertirse en algo de total vitalidad.
Quería saber todo de él. Anhelaba conocerlo de verdad, en qué pensaba cuando miraba un punto fijo, o qué le angustiaba cuando comenzaba a pasar sus dedos por su cabello.
Sus amigas cuestionaban constantemente que le gustara. Pero tenía sus motivos. Y lo quería.
Con Lauren era diferente, como una polilla atraída por la luz. Era tan inteligente y amable, siempre sabía qué decir. Brillaba, su presencia era notoria en cualquier lugar. Era preciosa y en algunos casos eso puede atraer a las personas o intimidarlas. Podía sentir ambas cosas cada vez que la veía.
Pronto llegó a la universidad y se dirigió al aula percatándose entonces de la presencia de Ethan quien ya estaba ubicado en su asiento. Le parecía raro ya que desde que comenzó a sentir cosas por él, no había pasado ni un día en el que llegara después de que el joven lo hiciera.
—Creí que no vendrías hoy.— Su voz le hizo detenerse. ¿Se refería a ella o...? Tal vez estaba hablando con alguien más.
Quiso cerciorarse viendo por sobre su hombro y sí, él estaba mirándole expectante. Dio media vuelta hecha un manojo de nervios, quedando frente a las profundas lagunas que no se despegaban de su figura.
—Ah, yo e-estaba...— Carajo, nunca habían tenido una verdadera conversación, cada vez que hablaban era por algún trabajo o quizás porque el chico había olvidado su lápiz y entonces le pedía prestado uno, o aquella vez en la que se atrevió a preguntarle cómo estaba y su respuesta fue un simple "bien". Sólo monosílabos había escuchado de su parte.
Pero ahora estaba allí después de planear un millón de veces las palabras que diría sin saber cómo responderle.
—¿Te has resfriado?— Indagó, señalando la bufanda que tenía puesta.
—Sí.— Su tono había sido más seguro esta vez. El joven asintió para después concentrarse en sacar sus escritos, dejando de prestarle atención a la chica que se moría de ganas por estar con él.
Luego de ese gran intercambio de palabras, caminó hasta su asiento algo frustrada por cómo las cosas estaban tan estancadas.
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« East N' West. »
RandomAllison era una linda chica aparentemente común, llevaba una vida ordinaria junto con su familia y amigos. Tenía secretos, pero... ¿Quién no los tiene? Estaba ligeramente obsesionada con dos personas: Ethan y Lauren. Eran sus deidades. Nunca se a...