La rosa a media noche

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Eran ya las 11:30 de la noche y Sara seguía viendo por la ventana de su cuarto la lluvia caer. En su cara se podían ver la tristeza y el enojo q sentía. Ya q no pudo salir porque se demoró ayudando a su abuela, a subir las escaleras para llegar a su cuarto a dormir. Después fregar los platos y un sin número de tareas, q tenía q hacer pues, su abuela estaba enferma. Cuando por fin término, la lluvia empezó a caer justamente cuando habría la puerta para salir.
- Otra semana sin poder verte -
Se lamentaba Sara. Había conocido a un chico hace unas semanas pero a pesar de q se querían, el vivía lejos y ella tenía la escuela. Además parecía q todo estaba en contra de q se vieran. Sara sabía q una de las q andan con ella le gustaba el chico y q intentaría algo esta noche. Y ahora q no podía salir tenía miedo de perderlo. El tiempo siguió pasando. La lluvia nunca paro. En la imagen del cristal de la ventana se podían ver el reflejo de Sara, una lágrima caía por su mejilla, y en sus ojos se podía ver como si la vida ni existiera para ella.
- Ya es suficiente, me canse voy a dormir -
Sara se deja caer en su cama resignándose. Agarra el teléfono en una mano y en la otra su peluche favorito. Un oso panda bastante grande como para ser usado de almuada. Trata de comunicarse con el chico. Una, dos ,tres, miles de llamadas le hace pero ni una ves le contesta. Sara se hecha a llorar, tira el teléfono contra el fondo de cuarto y abraza el peluche tan fuerte q parece q le sacara el relleno en cualquier momento......
Tiempo después cuando las lágrimas y los sonidos de su llanto se calman, el sueño la empieza a agarrar. Ya estaba cansada quería cerrar sus ojos. Pero el sonido de la puerta abriéndose la despertó haciendo q saltara de la cama. Cuando alzó la vista delante de ella .......
- Que haces aquí, como entraste. -
- La puerta estaba abierta así q entre. Quería verte Sara. -
La persona delante de ella era el chico. Sara estaba tan feliz que su cuerpo no le respondió por unos segundos. La persona que tanto quería estaba frente a ella.
El chico estaba empapado de la cabeza a los pies, su ropa estaba rasgada en algunas partes, parecía que se había peleado con un perro. Lo q no sabía Sara era q se debía a que cruzando la cerca se le enredo la ropa causando que se le rompiera.
- Tengo un regalo para ti -
El chico levantó la mano y le ofreció a Sara una rosa casi cerrada. Sara la trató de agarrar pero se asustó cuando vio las manos del chico sangrando de las espinas de la rosa.
- ¿Estas bien? -
- No te preocupes no me duele nada -
- Pero estas sangrando -
Sara tomó su mano para inspeccionarla, la rosa callo al suelo pero a ninguno de los dos le importó. Sólo podían enfocarse en el sentimiento de tocar la mano de la otra persona. Sara por un momento se sonrojo y bajo la cabeza. El chico levantó su cara delicadamente con su mano ensangrentada y con la otra le acaricia el pelo. La sensación de sus dedos mover su cabello parecía hipnótico.
- No tienes nada de q apenarse, .......mirame. -
Sara levantó la vista y lo miró a los ojos. En ese momento hechizante, el chico la besa. Sara pudo sentir sus labios frotarse con los del chico. Compitió con su lengua que se habría paso a través de su boca, enredándose con la suya. Y aunque era asfixiante no podía separarse, su cuerpo no le respondía. Quería seguir probando de su boca aunque se ahogara en ese sentimiento. Desgraciadamente para ella el chico fue el primero q se separó. Cuando Sara sintió a sus labios separarse trato de detenerlo mordiendo la lengua. A lo q el chico respondió mordiéndole el labio inferior y estirándolo. Cuando lo soltó un pequeño hilo trasparente juntaba sus bocas. El chico se le acerco y antes de que reaccionará la cogió por la cintura y la tiro contra la cama. Se abalanzo sobre ella, empezó a besar su cuello y a saborear su piel. Sara estaba sorprendida pero el placer q le daban los labios pasando por su piel la sedujo a dejar q el chico siguiera. Los besos siguieron hasta convertirse en pequeños mordiscos. El chico se detuvo un momento para mirarla y ella lo beso apasionada. El chico término de colocarse sobre ella y se dispuso a quitarse la camisa mojada. La luz tenue de la calle iluminó las gotas q habían en su cuerpo. Sara observaba cada parte de su cuerpo q brillaba como si una estrella hubiera bajado del cielo. Cada parte de su pecho, su abdomen marcado y sudado la llamaba. Sara estiró su mano y acarició desde su pecho, recorriendo su barriga buscando terminar en su parte más baja. Justo antes de llegar el chico le agarra la mano.
- Todavía....... Espera un poco más, no seas impaciente -
Sara asiente con la cabeza y el chico continua, tira a un lado la camisa, para inspeccionar su cuerpo con sus manos. Acarició por encima del pijama, empezando por los hombros. Sara empezó a relajarse, sentía a una parte de su estrés se iba de su cuerpo. El chico siguió explorando con sus manos algún lugar por donde colarse. Tocaba levemente su pecho, mientras la besaba, sus dedos de ves en cuando se resbalaban y caían a su barriga, se iban por su cintura y seguían bajando buscando sin descanso. Tomando un atajo por sus piernas para luego desviarse hacia su destino. Se introdujeron por dentro del pijama después de encontrar una fisura por donde colarse. Su otra mano mantuvo aferrada su cabeza a sus labios. El chico no la dejaba descansar. Hasta que Sara sintió sus dedos temblorosos acercándose a ese tesoro invaluable que ella había guardado por tanto tiempo. El chico soltó sus labios en el momento que alcanzó su objetivo. Con la mano q tenía libre descubrió su pecho y con su boca arranca la tela que le estorba. Sara sólo podía mirar y hacer sólo pocos gemidos. El chico se acerco a su pecho y empezó a chuparlos salvaje mente, mientras la otra mano acariciaba su pecho pasando su dedo índice sobre su tetilla, de ves en cuando la pellizcaba y las agarraba para estirarlas. Cuando esto ocurría Sara soltaba unos gemidos agudos q emocionaban al chico. Quien seguía chupando su seno, pasando su lengua por todos lados asegurándose que no le quedó ninguna parte por degustar. De ves en cuando la miraba y Sara sólo podía volverse loka por las sensaciones q venían de ambos lados, su pecho siendo degustado arriba y su parte baja siendo explorada al mismo tiempo. Los dedos del chico seguían abriéndose paso, el blumer de Sara no eran defensa suficiente para ellos. Se introdujeron poco a poco, Sara ya estaba húmeda desde hace rato pero los dedos del chico hacían q se corriera aún mas. No podía aportar mucho más cerro los ojos para enfocarse en cada uno de las sensaciones. Cada una hacia a su cuerpo temblar. Todo era perfecto, el placer que experimentaba era exquisito. Podía quedarse así para siempre.
Pero sonó una melodía q la despertaría de ese trance. Sara habrio los ojos y se dio cuenta de que era la alarma del reloj. Ya eran las 6:00 de la mañana el sol estaba asomándose por la ventana. Miró a su alrededor pero el chico ya no estaba. La habitación estaba vacía.
- ¿Lo soñé todo? -
Parecía que si, ¿Todo era un sueño? Sara no quería creerlo. A medida que se fue perdiendo en sus pensamientos recordando ese sueño. La luz del sol se fue acercando cada ves más a su cama. Una brisa entró por la ventana y movió su pelo suavemente. Sara se levantó para arreglarse y bajar a hacer el desayuno. Habrio la puerta pero no salió se quedó quieta en el lugar.
- ¿En que momento yo abri la ventana? -
Sara se volteo para mirar. La ventana debería estar cerrada ha que por la noche estaba lloviendo, pero estaba abierta de par en par. En la repisa yacía una Rosa media abierta.
- No puede ser este es el segundó piso. Fue un sueño o ..... No, imposible, tuvo q ser un sueño. O tal ves no...... -

Fin....

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