Siempre pensé en como se sentiría el amor, a que sabría, a que olería. Pero sobre todo de que color era.
Por que yo nunca supe que era el amor, a parte de mis padres, y pensar en él me hacía sentir ansioso por sentirlo.
Ansiaba sentir la mano de alguien más sobre la mía, pero él me hizo cambiar de opinión.
Era egoísta, manipulador y violento.
Y yo nunca supe por que caí por él, pero era la primera persona a la que amaba y mi cerebro idiota me pedía que soportara todo por que él iba a cambiar un día de éstos.
Tengo los peores traumas por él, mi preparatoria fue un asco por él. Por que caí y nadie supo ayudarme. Nadie supo salvarme por que nunca pedí ayuda.
Él me hizo pensar que el amor se sentía doloroso y agresivo, que sabía a licor bebido a la fuerza y sexo forzado, que olía a sangre y llanto por horas.
Me hizo pensar que el amor tenía color morado como mis moretones, rojo como la sangre que caía de mi labio y a veces rosa como me hacía ver la vida por ratitos cuando me besaba tiernamente y no era él realmente.
Y yo no quería saber del amor después de que mis padres llamaran a la policía por que al novio de su hijo se le ocurrió darle una cachetada en su propia casa. Cuando se dieron cuenta de el desastre que estaba guardándose su hijo por querer sentir tantito amor.
Pero él me hizo cambiar mis definiciones de el amor, por que el amor no tenía que doler.
El amor no lastima y nunca lo va a hacer, si duele no es amor.