CAPÍTULO 6

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            Me desperté con el sol entrando por la ventana; siempre dejaba las cortinas abiertas en caso de que levantara en medio de la noche para poder ver el cielo, claro que eso no sucedía. Como había dicho mi mamá tenía un "sueño pesado". Jamás me despertaba en medio de un sueño y estos no se terminaban hasta que era momento de levantarme.

Parpadee intentando acostumbrarme a la luz, me senté estirando los brazos y me detuve a mitad del acto, abrí los ojos e intente recordar. Nada. No recordaba nada, ni una pequeña luz, alguna pista, no había nada en mi mente.

No había soñado nada la noche anterior.

Me levante pensando que tal vez el sueño acababa de empezar, pero no era lo que pasaba. En mis sueños nunca estaba tan consciente de mis sentimientos o pensamientos solo de las acciones que realizaba.

Mire rápidamente todo mi cuarto sin saber exactamente que buscaba. Mi vista se detuvo automáticamente en mi reloj. Ocho quince. Maldije en mi mente. Normalmente no tenía alarma, siempre despertaba a la hora correcta.

Comencé a correr para vestirme, no sabía que usar y agarré lo primero que vi. Al final tenía puesto un saco negro con cuello tortuga y un pantalón azul claro, no me importaba si combinaba o no. Tome mi mochila, mi madre la había dejado en mi escritorio el día anterior, no me moleste en sacar los libros que había dentro, salí de mi habitación como un rayo.

— ¡Valonin! - Mis tímpanos dolieron unos segundos y no pude evitar dar un salto hacia atrás.

— Pero que cara...Por Dios Jack casi me matas de un susto - Jack estaba a mi lado y se veía alegre con sus ojos brillantes y las mejillas coloradas, sus hoyuelos asomándose debido a su sonrisa.

— ¡Lo logre Valonin! Ya no soy tierno, soy aterrador. - Dijo con una sonrisa de clara complacencia consigo mismo.

— Tienes razón, casi causas un infarto en tu hermana mayor, bien hecho. - Su sonrisa no desapareció ante mi comentario sarcástico.

Recordé la hora, intente acompasar mi respiración, le di un rápido beso en la mejilla a Jack, algo que de seguro le molestaría, y continúe mi carrera. Tome un pan de la mesa.

— ¿Valonin a dónde vas tan deprisa? Debes desayunar, conoces las reglas.

— Lo siento mamá voy muy tarde, lo recompensare. - Con eso salí corriendo por la puerta antes de escuchar la respuesta.

Llegue muy rápido, esquivando personas, intentando no tropezar con mis propios pies. La sorpresa qué me llevé cuando me detuve frente a las puertas cerradas es inexplicable. Comencé a hacer cuentas en mi mente, la respuesta llego sin ningún esfuerzo. Era sábado.

Me senté en el piso agotada, jamás había tenido buen estado físico. Miraba la puerta maldiciendo para mis adentros cuando sentí un toque sobre mi hombro. Gire la cabeza, tal vez algún habitante de la isla para preguntar si me sentía bien.

No era ningún habitante, solo era Tiharm. Tenía su rostro muy cerca del mío, tendría una charla con el sobre espacio personal.

En su rostro había una gran sonrisa, un ligero sonrojo en sus mejillas, como si llevara algún tiempo bajo el sol, aunque no veía una sola gota de sudor.

— Vaya, me preguntaba a donde corrías tan rápido. Sí hubiera sabido qué venias aquí no te habría seguido. - Ahora sabia la causa del sonrojo

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