Lluvia 0

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Creía en los reyes, princesas, príncipes, hadas e incluso en una torre en donde ella estaría llena de grata y belleza, esperando a que su amado llegara y la rescatar de aquella colosal estructura.

De fondo escuchó el sonido de un cristal rompiéndose, marcando que las 00:00 habían llegado y que la magia que su hada madrina le había dado desaparecería.

Que ingenua.

Lo único que recordaba eran los gritos, el sonido sordo de las balas y...

Las lágrimas de Ray cayendo en su rostro.

Despertó y lo único que podía apreciar era un bello campo de flores de distintos colores y de variados aromas. Miro a sus costados, confundida y divagando en lo que tal vez seria su muerte. Se levantó y camino unos cuentos metros, notando que el cielo pintado de azul y nubes esponjosas cambiaba drásticamente a una imagen gris, miro al frente notando que de igual forma el campo había cambiado a una casa de tres plantas, entró y vio la escena mas oscura y gris que se haya imaginado. Todos sus hermanos llorando y diciendo su nombre entre lágrimas e hipos por el reciente llanto. Se sintió de lo peor.

Corrió intentando alejarse de aquella escena, lamentándose el dolor causado a toda su familia de otra sangre. Salio y un apenas audible sollozo se escuchó, giro su vista y se encontró con la persona que amo en vida, que incluso en muerte aun lo hacia, Camino hasta quedar enfrente de el.

Ray—susurro. Con ligero temor intento colocar una de sus manos sobre los cabellos del chico. Pero era imposible.

Aun que intentarán tocarlo y gritarle que dejara de llorar, no podía. Intentar tener contacto alguno era inútil, todo parecía materializarse y perderse en un mundo de espejos y vacío externos.

Suspiro, no podía llorar, por razón alguna en ese momento no podía llorar. Se levanto, alejándose un poco haciendo un lado las emociones que no podía sentir, solo quería decirle a ese chico que estaba bien y que no se lamentara, mucho menos que se culpara.

Pero todo giro, tal y como la última vez. No sabia si era su cuerpo o todo a su alrededor estaba temblando, así que se dejo caer, quedando inconsciente. Despertó, pero esta vez en al parecer patio de una casa. Estaba tumbada en el césped, se levanto sintiendo un ligero dolor en el pecho, pero de igual forma ignorando todo aquello, camino entrando a la casa, atravesando las paredes como si de un espectro se tratara (que no estaba muy lejos de ser eso). Camino por el pasillo hasta escuchar el estruendo de unos platos siendo rotos, corrió, angustiada hasta llegar a la entrada de lo que seria la cocina, encontrándose con Ray en una esquina sentado, apretando la mandíbula y los puños conteniendo enojo y tristeza.

Olvidándose por un segundo el hecho de que no podía tocar algo se acerco al azabache, tomando sus manos.... ¿Las había podido tocar? Despegó su mirada de las lastimadas manos del chico y lo observó, inquieto, sorprendido y al mismo tiempo triste.

—¿Anna?—murmuro. Movió su cabeza ligeramente a los lados, pensando que tal vez la locura ya lo había invadido.

Se quedo estática. La estaba viendo. Su sorpresa se quedó pérdida en un momento, pensando en que tal vez esta si seria una oportunidad, una oportunidad que se le había dado para demostrar que aun lo quería y extrañaba, y para decirle que no se culpara mas por eso. Sonrió, sin darse cuenta sus ojitos cielo habían perdido una minúscula pizca de brillo, que Ray si pudo notar al instante.

Días de Lluvia [TPN. RayAnna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora