Davy Jones - ⚓La cita a ciegas⚓

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Pov (T/N)

Estaba caminando junto con Gabi, mi mejor amigo. Acabábamos de salir de clase, hoy el chico no tenía entrenamiento.

--- Bueno, ¿tienes planes para hoy? --- Le pregunté, sabiendo de sobra cuál era la respuesta.

--- L-La verdad es que sí. Quedé con mi novio. --- Respondió el chico, con las mejillas levemente sonrojadas. Suspiré.

--- Desde que sales con ese tío a mi no me haces ni caso. Estoy solita por la vida. --- Desvié mi mirada hasta el suelo mientras me quejaba de mí soltería, causando que Gabi me mirase con culpabilidad. De pronto, el chico de las coletas dejó de caminar, con cara de determinación.

--- ¡Yo, Gabriel García, juro por mi masculinidad que te encontraré novio! --- Exclamó, con la mano derecha sobre su pecho.

--- Perfecto, me quedaré soltera entonces. --- Dije, causando que él me dirigiese una mirada asesina.

--- ¡Qué no! ¡Que de verdad voy a encontrarte novio, ya verás!

Al día siguiente

Estaba esperando a Gabi a las puertas del Raimon, pues el timbre que indicaba el final de las clases acababa de sonar y el chico me había pedido que le esperase.

--- ¿Dónde se habrá metido este tío? --- Exclamé observando mi reloj, habían pasado ya veinte minutos desde que todo el mundo se había ido.

De pronto, vi a cierto chico de coletas y pelo rosa asomarse por la entrada principal del Instituto, mirando a ambos lados, comprobando que ya no quedaba nadie. Después me miró, y me hizo un gesto para que entrase. Suspiré, sólo Dios sabía con que historia me saldría ahora este hombre.

Desconcertada y sin saber bien que ocurría, le seguí por todo el edificio hasta un pequeño armario, que tenía toda la pinta de pertenecer al conserje. Le dio un par de golpecitos a la puerta antes de abrirla, apartándose para que yo pudiese pasar primero.

Estaba todo a oscuras, hasta que el de las coletas presionó el interruptor que encendía la luz. Lo que vi después, fue algo bastante... "Sorprendente".

Era el capitán del Raimon, Riccardo, vestido con una túnica morada que tenía un estampado de estrellitas amarillas. Aunque lo que más sorprendía era la especie de cono de tráfico mal pintado (pues se le veían trocitos de pintura naranja por debajo) del mismo color que la túnica, que más bien era una sábana enrollada alrededor del cuerpo del de cabellos rizados. Para completar la escena, el chico estaba ante un plato con una linterna, tapada con una pecera en forma de bola, la cual había sido cubierta de pintura blanca.

--- ¿Qué demonios es est- --- No pude acabar de hablar.

--- ¡OH GRAN MAESTRO RICCARDO, ESCUCHA NUESTRAS PLEGARIAS Y AYUDA A ESTA JOVEN A ENCONTRAR A SU ALMA GEMELA! --- Gabi se arrodilló ante el "Gran Maestro Riccardo", haciendo que este sonriera y continuase con su numerito.

--- ¿Estáis seguros? Una vez que lea el futuro de la dama... ¡YA NADA SERÁ IGUAL PARA ELLA! --- A cada palabra que salía de su boca, ambos me daban más vergüenza ajena.

--- ¡OH GRAN MAESTRO RICCARDO, ALÚMBRANOS CON TU SABER DEL MAÑANA Y DE LO QUE ESTÁ POR VENIR!

--- ¡BIEN! Jovencita, acércate al ojo que todo lo ve, para que capte tu alma y vislumbre el final de tu hilo rojo del destino. --- O sea, que me acercase a la pecera cutre. Cuando estuve lo suficientemente cerca, Riccardo se levantó de la caja en la que había permanecido sentado hasta ahora, dejando ver sus piernas desnudas.

--- EEEEEEEEEM, RICCARDO DIME QUE LLEVAS ALGO POR DEBAJO DE ESA TÚNICA POR FAVOR. --- Para mi desgracia, el chico negó con la cabeza. Pude ver como Gabi se golpeaba la frente con la palma de su mano.

--- Te dije que TENÍAS que llevar pantalones, ¿recuerdas? --- Exclamó el pelirrosa, remarcando el primer verbo.

--- Es que tenía calor. Así puedo sentir mejor la magia del destino. --- Le respondió el de cabello rizado, sobreactuando notoriamente. --- En fin, prosigamos. Ojo que todo lo ve, ilumina nuestro destino mostrándonos el final del hilo rojo que une a esta hermosa joven con su alma gemela. --- Gabi apagó la luz, logrando así que la leve iluminación de la linterna se intensificase. --- ¡Oooooh, puedo verlo, puedo verlo! ¡El apuesto caballero que necesitas conocer estará esperándote mañana a las 5.30 pm en el parque!

--- Qué concreto es el destino, ¿no? --- contesté con notoria ironía. --- Si hasta me dice a qué hora y dónde me espera este hombre que ni conozco.

--- Corrección: Que aún no conoces. --- Me contestó el chico de las dos coletas. --- Mañana más te vale estar en el parque a las cinco y media.

Asentí bastante asustada, ya que la expresión de Gabi no era para menos. Tal cual parecía que si me ausentaba me cortaría el cuello.

Al día siguiente, ahí estaba yo, a las 5 y veinte, esperando por el supuesto amor de mi vida, sentada en un banco del parque.

Suspiré, pues estaba empezando a aburrirme, pero tampoco tenía el valor de marcharme, pues estaba segura de que mi amigo de cabello rosa me observaba tras algún arbusto, atento por si hacía algo que le causase la necesidad de partirme las piernas.

- ¿Eres (T/N), no? - Me preguntó un joven de orbes rojizos, que tenía una cicatriz que le recorría uno de sus ojos. Yo sólo asentí, pues me supuse que este era "el apuesto caballero" que el destino tenía preparado para mí. - Me llamo Davy Jones, un gusto en conocerte. - Me tendió su mano, la cual no rechacé, y ahí fue cuando nuestra "cita del destino" comenzó.

Este tal Davy me llevó hasta el parque de diversiones, donde montamos en un sinfín de atracciones. También tomamos helado juntos, cuando nos bajamos de la noria.

Resultó ser que este chico tenía la forma de hablar característica de un pirata, lo cual lo hacía bastante interesante a mis ojos.

Me contó como había acabado con aquella cicatriz en su rostro, pero es una historia demasiado larga como para contarla yo, así que le tendréis que preguntar.

Finalmente, tras toda una tarde conversando y riendo en la compañía del otro, llegó el momento de despedirnos, pues el atardecer comenzaba a hacerse visible.

Intercambiamos números, para poder quedar otro día sin tener que contactar antes con Riccardo y Gabi, y antes de dirigirme a mi hogar, le despedí con un beso en la mejilla.

Cuando llegué a mi casa, recibí tres mensajes, uno de Gabi, otro de Riccardo y otro de Davy.

Gabi:

Que tal con nuestro apuesto pirata? 😏? Por cómo le mirabas me da que bien

Riccardo:

Ni te creas que no te vi darle ese besito antes de irte...

PA LA PRÓXIMA EN LOS MORROS HONEY, QUIERO LAS BENDICIONES RÁPIDO

Davy:

Me lo he pasado muy bien hoy, espero que podamos repetir otro día, mi sirenita ❤️⚓

Me tomé la libertad de ignorar los mensajes de los dos tontos del Raimon, mientras que a Davy le contesté casi al instante.

Sonreí. Quizás el Gran Maestro Riccardo sí pudiese leer el futuro o algo así.

Porque sin duda el final de mi hilo rojo era el chico de la Academia Cala Pirata.

⚽❤⚽❤⚽❤⚽❤⚽

Para MegumiTsurugi6

Disculpa la tardanza y espero que te guste, yo amé como quedó 😔❤️

[PEDIDOS CERRADOS] ONE-SHOTS INAZUMA ELEVENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora