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"Solo debo decirle al chico mas ricolino del equipo de voleyball que será mi tutor. ¿Qué tan dificil debe ser?"

Llegar a casa y tener que informarle a mi madre de ese cuatro fue una misión imposible, para mi suerte Leyla estaba conmigo y por obvias razones el regaño fue minimo pero al ella irse no hubo nada que hacer y tuve que escuchar su sermón de todas maneras.

A duras penas logré convencerla de que no era necesario decirle a mi padre sobre esta nota, ya que tenía suficiente con sus problemas de su trabajo como para agregarle otro de mis temas y volverme un capricho sin remedio para ambos. Me pidió que le explicara que iba a hacer mas o menos, con mi calificación, mi promedio y mis otras materias. Le dije lo de mi tutor y sin chistar aceptó, también que me recomendaban verlo de dos a tres veces a la semana, lo cual no le pareció suficiente y decidió aumentarlo a cuatro veces a la semana.

Perfecto, tenía que ver a Cold casi todos los días. No me malinterpreten, él es un gran chico, además de lindo. Muy lindo. Okey, demasiado lindo. Pero también quiero hacer otras cosas como salir con Leyla. Eso me gustaba, sobretodo cuando íbamos a comprar ropa y helados.

La campana hizo presencia en el salón de clases y me percaté de que no había copiado lo ultimo del pizarrón, con cuidado y precaución saqué mi celular y tomé una foto de la actividad y la terminaría en casa.

Esta clase no la compartía con Leyla, así que no tuve que buscar a nadie o esperar que su presencia apareciera en mi puesto para guardar las cosas con rapidez.

Ya todos habían salido del salón, terminé de guardar todo y por un reflejo que siempre tenía subí mi falda. Ya que la mayoría de las veces Leyla me lo decía.

Caminé dirigiéndome fuera del aula, me giré para verificar que nada faltara y continué con mis pasos mientras observaba el aula vacía. Choqué contra el cuerpo de alguien, me di cuenta que era un chico por el pecho plano pero firme y lo alto que era, me giré para brindarle una disculpas por mi despiste pero me quedé sin palabras.

-Hola Stef. -pronunció el rubio bien peinado y formado Cold Cambel. No supe como actuar, por una razón desconocida me quedé plantada en mi lugar con una sonrisa de boca cerrada.

-Oh...hola Cold...lamento eso, no me fijé por donde iba. -le expliqué con un pequeño tono de nerviosismo.

A ser sincera no entendía porque estaba así, si, había estado con la presencia de chicos lindos antes. Pero Leyla siempre estaba allí...okey ya entiendo.

Se rascó la nuca en un gesto despreocupado y metió sus manos en su chaqueta del equipo escolar. -Tranquila, tampoco es que estaba prestando atención... ¿cómo estás?

-Pues bien...un poco agobiada con los trabajos pero bien... ¿y tú? Aunque es una pregunta un tanto ridícula es decir...

Me interrumpió con un tono de ironía y una sonrisa socarrona. -¿Qué? ¿Porque soy un buen estudiante es tonto preguntar como estoy? -inquirió gracioso.

Me di cuenta de el error que había cometido y negué tratando de cubrirlo con otra cosa. -No...no es eso, para nada...me refería a... -cero, nada, cualquier posibilidad de brindarle una excusa se borró de mi mente. Cerré mi boca y negué. -Perdón...fui muy descortés...

Cold negó con una sonrisa restándole importancia a mis actos estúpidos cuando en mi mente me daba bofetadas por no pensar en lo que decía.

Respiré profundamente tratando de idear un plan para decirle que sería mi tutor, aunque mi manera tan estúpida de comenzar una conversación con él no me ayudaría despues. Él procedió a sentarse en el escritorio del docente, donde antes habia estado mi profesor de literatura. Cabía destacar que me gustaba la materia a pesar de no ser una estudiante ejemplar, daba mi máximo en todas las materias pero en algunas simplemenhe no se me daba.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2020 ⏰

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Yes, I'm the girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora