Adrián Akumatizado

capitulo 5

Advertencias: Lenguaje soez. Maltrato psicológico, físico y verbal. Gore, temática oscura y humor negro.

N/A: Llámenme Jigsaw. Porque de este juego del horror nadie saldrá vivo. Bienvenidos al verdadero fic.

Le Homme Mort

…

―La defensa alega en conformidad con la Ley de Protección del Niño Niña y Adolescente: Trato Cruel y Maltrato en los ámbitos psíquicos y físicos. Bajo el articulado numeral 254 de la presente ley. Y Trabajo Forzoso bajo el articulado numeral 255. Estamos certificando el sometimiento de mi cliente, bajo la responsabilidad, crianza y o vigilancia de su progenitor en trato cruel y maltrato bajo vejaciones psíquicas y físicas bajo amenaza plenamente psicológica y recientemente agresión física. Sostengo en mi argumento trabajo forzoso bajo amenaza, ya que mi cliente a estado siendo representado por el Sr. Agreste a trabajar en el ámbito del modelaje desde los doce años de edad bajo intimidación infantil. Agrego a mi suficiencia probatoria testimonios de mi cliente. La pericia psicológica revelo un potencial grave de estrés, ansiedad, manía neurosis y depresión clínica. Adjunto a una serie de actividades anexadas a un itinerario irresoluble, esclavizante y privativo de los derechos inherentes a mi cliente otorgados por la ley tomando en cuenta que aún no cumple la mayoría de edad. Como podrá observar Su Señoría y personas del jurado en las pruebas escritas que tienen en sus manos, el nivel de estrés al cual está siendo sometido mi protegido haciéndole caer en el consumo de: Bebidas alcohólicas, drogas de potencia prescrita y otros ámbitos peligrosos para la integridad física y mental de mi cliente. Su Señoría, sostengo que el Sr. Gabriel Agreste a estado sometiendo a su unigénito a un castigo con premeditación y alevosía por su propio desequilibrio psicológico a raíz de la pérdida de su conyugue cuando mi cliente contaba con cuatro años de edad. También atañe a la reciente declaración hablada y corroborada por una prueba poligráfica en donde claramente MI cliente fue testigo de oído de la confesión del Sr. Agreste de culparlo directamente por el fallecimiento de su señora esposa a consecuencia de un embarazo de alto riesgo. Yo Arthur Magné, abogado del joven Adrien Stephen Agreste: Pido la pena de prisión de 5 a 10 años para Gabriel Benjamín Agreste. Estamos dispuestos a aceptar un trato concerniente a una indemnización de quinientos millones de francos y la emancipación del menor con respecto a su actual trabajo de modelo de pasarelas y sujeto de revistas de moda. Exigimos también, se le quite por completo la tutela legal y o patria potestad a Gabriel Benjamín Agreste sobre su unigénito Adrien Stephen Agreste.

Termino su argumentación legal al abogado procedente de los tribunales de menores. Este hombre había sido contratado por Adrien desde hace un par de meses atrás, el dinero no fue problema alguno, Adrien logro pagarle por adelantado una jugosa parte de sus honorarios como abogado defensor. Arthur Magné era un hombre serio, forrado en un traje negro de corbata roja, cabello negro, caucásico y de ojos grises quien tenía la mejor fama en cuanto a la defensoría de los derechos de los menores de edad en Paris, era el favorito para el cargo de presidente del El Consejo Nacional de Derechos y los Consejos Municipales de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.

En el tribunal de menores se hallaba Adrien sentado al lado de su abogado sin dirigir la mirada a ningún punto que no fuera el piso, luciendo como herida de guerra un hematoma de sangre coagulada en la mejilla y un labio violentamente partido. En cuanto a su padre por más abogados que tuviera como cancerberos no estaba por encima de la ley.

Gabriel Agreste estaba haciendo sangrar sus puños en su asiento al lado de su propio abogado quien tenía un semblante impasible, obviamente iba a apelar por la opción de que su cliente no fuera a prisión y que la imagen pública de Gabriel no se viera lesionada de tal manera que luego el estuviera siendo demandado por un colega suyo. Eso si había un escándalo mediático fuera de tribunales que podía equipararse al aquelarre desquiciado del Juicio de Al Capone. Adrien Agreste, el modelo más famoso de Paris estaba demandando a su propio padre por crímenes que nadie en su sano juicio hubiese llegado a imaginar.