V

22 2 10
                                    

Querido extrañó:

Que sorpresa más grata me he llevado cuando ví que respondiste a una de mis cartas, no nos conocemos y aún así, creí sentir tu aliento a mi lado congelando mi alma, mientras con tus dagas besas mi corazón y atraviesas mi garganta.

Sabes, hoy me he enterado que otra vez tu amigo te ha decepcionado, me ha parecido tan solitaria la mirada que dedicabas con aquella fingida sonrisa que se rompía a cada segundo.

Ha llegado a mis oídos, que otra vez te ha mentido, con disculpas falsas a teñido tu sentir, mientras te hace creer que eres un pesado por solo querer hablar. Por favor, no vuelvas a poner esa mirada, aquella tan vacía que delata las noches sin sueño, los pensamientos que llegan como puñales y se clavan en tu garganta impidiendo la salida de la sinfonía de lamentos que otros han compuesto.

Debe ser solitario, ¿Cierto? Para mí lo es. ¿Por qué te dejas pisotear por quién no merece una amistad?

Un amigo de verdad no es aquel que te ignora y desprecia, quien te juzga y te usa, un amigo no te deja plantada ni tampoco te hace sentir solo o olvidado, Lo sabes, ¿Cierto?

A veces me sorprendí tu nivel de masoquismo, amas lo que te daña y dañas lo que te ama. Supongo que en parte es que prefieres arder en el infierno sintiendo tu piel quemarse con el falso aprecio que los demonios proclaman a simplemente fundirte en el verdadero amor de los angeles que con sus cantos curan tu roto corazón.

Pero lo entiendo, es más fácil amar las sombras, por qué estás te dan siempre la bienvenida, y la luz te ilusiona y quema al punto de hacerte sentir que no eres merecedor de lo que recibes.

¿Como lo que daña te hace sentir tan vivo? Y ¿Como lo que te debería hacer sentir vivo va alejándose cada vez más?

¿Por qué el reflejo al final del día se distorsiona al compás de mentiras que nuestro cerebro crea para atarnos a la emoción que sentimos?

Tantas preguntas, tanto que hacer y tan poco tiempo para salir de este lugar.

Cuando finalice esta historia, Me intriga leer el final, pero, ¿Un escritor, puede leer sin sentirse mal al recordar el pasado de lo que fue?

Creo que es como una maldición, escribimos, poniendo todo de nosotros, y al final, los desgraciados como nosotros terminamos igual, en el mismo maldito lugar; sin avanzar.

Así se siente para mí una amistad, das todo, te mienten, se cansan, los cansas...Lloras y acabas en el mismo lugar, atrapado en este círculo sin final, quizás por eso mi único amigo eres tú, por qué pese a todo, ambos nos conocimos en este lugar.

Cartas anónimas para un extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora