「¡No soy Tsundere!」~Akashi Seijūrō~

[20]

Entré a mi casa quitándome los zapatos, puse mi mano en mi cuello el cual lo moví de lado a lado, estaba exhausta por el día de hoy aunque vivir en una mansión era una ventaja. Como de costumbre las mucamas me atendieron de forma servicial.

Tenía hambre y sueño, pero primero debía bañarme, fuí a mi habitación y me quité la ropa y entre al baño, abrí la llave y empezó a caer el agua por mi cuerpo, me relajo mucho, al terminar mi aseo personal me vestí y bajé a cenar.

Mi madre estaba en la mesa con su computadora mirando unos negocios, era una mujer muy ocupada, pero se levantó de su asiento y me beso la frente, por más trabajo que tuviera me prestaba toda su atención y eso lo valoraba mucho.

-¿Cómo te fue hoy, mi cielo?.
-de volvió a sentar.-

-Bien mamá, pronto serán los exámenes y debo estar preparada.
-empecé a comer.-

-Tengo por entendido que no eres buena en matemáticas, ¿Qué has estado haciendo para mejorar?.
-me miraba y yo comía más rápido.- ¿Asaki?

-Tomaba clases con el hijo de Akashi Masaomi.
-ví como mi madre se alegro por lo que dije.-

-Me parece muy bien, así pueden relacionarse mejor.
-ella termino de cenar y se levantó, me dió un beso en la frente.-
Me iré en 3 días, espero que disfrutes el viaje con el joven Akashi.

-¡Espera ma-...!. -si, ya se había ido en un parpadeo estaba en su despacho.-

Aquella habitación donde cargaba a mi madre con muchísimo trabajo hacía que yo careciera de su compañía, pero sabía que todo lo que ella hacía era para que pudiera tener lujos, comodidad, todo lo que tengo ahora es por ella.

Por su arduo esfuerzo, las veces que no duerme es velando mi sueños, para ser sincera estás cosas no me interesan, es decir; no me importan los lujos, el dinero, vestidos caros, sé que ella quiere que yo tenga lo mejor pero lo mejor ya lo tengo y es ella.

Quiero decirle todas esas cosas desde el fondo de mi corazón, que la amo. Demasiado, tanto que la razón por la que quiero ser alguien en la vida es porque ella me motiva, si ella me da tantos privilegios como su única hija, yo le devolveré todo su esfuerzo, al graduarme y tener mi diploma, trabajaré para ella.

Supongo que es mi manera de agradecerle, subí a mi habitación para entrar al baño y cepillarme los dientes, noté mi celular vibrar cuando salía del baño, mientras me secaba lo tomé en mis manos y lo revisé para encontrarme con un mensaje de Hitori.

"Mañana me iré con aquel chico moreno que te conté"-.

No tardé en responder.

"Por mí está bien, solo ten cuidado es mejor que no intenté nada en la pre-cita"-.

Me reí por lo que le dije, ella me contestó negando que sucedería algo así, por mi parte sólo le dije que ya me iba a dormir y me despedí, deje mi celular y entré a mi cama.

Al día siguiente, me desperté por una de las mujeres del servicio.

-Señorita... señorita Kaikyo, se le hará tarde... -me despertaba poco a poco.-

-¿Mmh... qué?, ¿Tarde?
-luego abrí los ojos alterada.-
¡Llegaré tarde!

Salte de mi cama y me arreglé velozmente, ni siquiera desayuné y entré con desesperación al auto, cuando llegamos salí arreglándome la camisa, sin mirar hacia delante choque con alguien.

-Buenos días, Kaikyo.
-reconocí esos ojos color rojo y como si fuera un hechizo él me paralizó el tiempo.-