Lo bueno no regresa [Snarry Y Tomarry]

CAPÍTULO SIETE

[MARATÓN 5/5]

  Cuando Harry despertó, todavía estaba en el sofá, encima de Lucius. La posición era incómoda, pero ninguno de los dos lo sentía de esa manera. Potter necesitó solo dos segundos para recordar el arrebato que tuvo la noche anterior. Hace bastante tiempo no los tenía, y era la primera vez de muchas otras que estuvo acompañado. Siempre fue Lucius. El rubio había intentado que se recuperara, pero no tuvo demasiado éxito. Harry sabía que era un caso perdido, como una taza de té rota en mil pedazos. Era mejor comprar otra que arreglar la vieja. Aún si se intentaba reparar, quedarían huecos por donde el líquido escaparía.

- Conozco esa mirada...- la voz adormecida de Malfoy sorprendieron al pelinegro, que estaba sumido en sus pensamientos.- Y no es buena. Detén lo que sea que estés pensando.- el de ojos verdes hizo un puchero.

- ¿Utilizaste legremancia?- preguntó ofendido. El rubio sonrió y negó con la cabeza.

- Te conozco demasiado bien, no es necesario que lo haga para saber que tipo de cosas estás pensando.- rió mirándolo con ternura. Hace mucho tiempo no veía aquella faceta en Harry, no pensaba desaprovechar esos momentos. Después de todo, era mucho mejor ver al Harry hufflepuff que al slytherin. La mirada de Potter se tornó tímida.

- ¿Es verdad que... Tom saldrá en cinco meses?- Lucius asintió con la cabeza, disfrutando la radiante sonrisa que se formaba en el rostro del chico.- Espero que se encuentre bien.- el rubio asintió nuevamente, estando realmente de acuerdo con el pelinegro. A pesar de todo lo sucedido, Riddle fue uno de sus profesores favoritos, pues impartía muy bien la materia que le correspondía. Aunque en su tercer año lo miraba como un depredador y bajaba puntos cada vez que respiraba.

- ¿Sabes, Harry? Cuando estaba en Hogwarts me gustabas.- soltó de repente. No sabía lo que quería lograr con esa confesión, pues ya había superado al lindo hufflepuff, pero sentía que debía decirlo. Contrario a lo que esperaba, Potter no se sorprendió.

- Lo sé.- una sonrisa traviesa apareció en sus labios.- No me percaté de eso cuando estaba allí, pero cuando empecé a vivir en tu casa...- un sonrojo apareció en su rostro.- Escapaba todas las noches para ir a tu oficina, ponía unos cuantos recuerdos en el pensadero y...- una risita nerviosa se escapó de los rosados labios.- cuando veía los recuerdos, no podía evitar percatarme del brillo en tus ojos... Lo siento.- se disculpó rápidamente.

- No.- negó con la cabeza.- Solo lo dedujiste, bien hecho, Sherlock.- bromeó.

- No me recuerdes a ese hombre. Benedict es demasiado sensual.- Lucius lo miró con un deje divertido.- Lo que no haría por acostarme con él.- carcajeó.

- Anoche estabas llorando por Tom y ahora quieres acostarte con un famoso.- ironizó. De cierta forma aquel chiste le amargó un poco el momento, pues sabía que Harry había levantado sus muros de frialdad. Demosle la bienvenida al falso Harry slytherin.

- Digamos que tengo una debilidad por ellos.- la sonrisa divertida de Potter pudo con Lucius. A lo mejor aquella faceta de su amigo no le desagradaba tanto.

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  Harry estaba con su novio siempre que podía. Se encontraba ta encantado con él que no podía evitarlo. A Severus no parecía molestarle, aunque en realidad sí lo hacía.
  Potter incluso lo convenció varias veces de dormir con él en la sala de menesteres, sin llegar a nada más que unos castos besos.
  Snape apreciaba a Harry, mentiría si dijera que no, pero le incomodaban todas las atenciones puestas sobre su persona.

- Hoy el profesor Riddle me felicitó por crear un patronus.- comentó radiante el de ojos esmeralda, se encontraban en el Gran Comedor almorzando. Si bien al principio les pareció extraño ver a un hufflepuff en la mesa de slytherin, luego se les hizo común ver al lindo pelinegro con mejillas rosadas hablando animadamente con su amigo y su novio. Severus se atragantó con su jugo de calabaza en cuanto escuchó eso. Estaban en segundo año, demonios, el mocoso realmente era un prodigio.- Y luego hablamos sobre tomar clases adelantadas de su materia.- Snape escuchaba estupefacto aquel relato, mientras su "pareja" observaba con curiosidad aquellos bombones de menta que se encontraban en la mesa.

- Espera, espera.- interrumpió.- ¿Pudiste hacer un patronus? ¿Uno corpóreo?- el pelinegro asintió enérgicamente mientras tomaba uno de aquellos dulces y lo examinaba de cerca.- ¿Qué forma tiene?- preguntó con curiosidad y emoción. Harry se sonrojó hasta las orejas y se le cayó el bombón. Avergonzado se tapó el rostro y habló con voz ahogada.

- No es importante, Sev. Mejor comamos ¿Si?- el niño observó con diversión las reacciones de su novio y siguió insistiendo.

- ¡Vamos, dímelo!- tomó las muñecas de Harry, obligándolo a mostrar su cara. En cuanto lo hizo, apretó sus mejillas burlándose del tono rojizo que tenían. Luego de unos segundos de insistencia, el chico por fin habló.

- Es un murciélago.- confesó avergonzado. Severus lo miró confundido.

- ¿Qué tiene de vergonzoso eso? Es sólo un murciélago.- ante la mirad esquiva de Harry, el chico lo comprendió.- ¿Es por mí?- asintió tímidamente.- ¿Por qué un murciélago?- preguntó cohibido.

- No lo sé, siempre te vi como uno... Es algo raro... Y cuando dije el hechizo simplemente salió con esa forma.- el slytherin lo miró por unos segundos antes de suspirar.

- ¿Y? ¿Aceptaste?- volvió al tema principal.

- ¿Aceptar qué?- Snape lo miró son expresión alguna en su rostro.

- Dijiste que te ofreció tomar clases adelantadas ¿Aceptaste?- la sonrisa radiante del hufflepuff volvió y asintió vehementemente. Por alguna razón, Severus sintió un malestar en el estómago al verlo.

- ¡Claro que sí! ¡Adelantaré mis T.I.M.O.S!- soltó eufórico. En ese momento, Lucius se unió a la conversación.

- ¡Ey, ey, ey! ¡Más despacio, cerebrito! ¿Cómo es eso de que adelantarás tus timos?- preguntó con una sonrisa amable el rubio.

- El profesor Riddle me lo sugirió.- respondió.- Sólo el de Defensa Contra las Artes Oscuras.

- ¡Abandonarás a tu esposo!- gimoteó con drama el Malfoy.

- Nuestro amor superará las adversidades, amor mío.- los demás de la mesa miraban extrañados esa interacción. No todos los días veías actuar de esa forma a un Malfoy.