—Así que has llegado hasta acá, no creí que tuvieras las agallas para atravesar todo el bosque. —comento uno de esos seres, este específicamente tenía un adorno en su cabeza que asemejaba una boina en color oro ocre, adornada con algunas piedras preciosas, en diferentes colores y en su mano portaba un bastón de metal con piedras incrustadas en los mismos colores que la boina. —Soy Laín el jefe mayor de los Ghillie Dhu.
Ghillie Dhu, por supuesto él había escuchado hablar sobre el duende que protegía a los bosques; una leyenda más por supuesto, pero jamás imagino que no fuese solo uno, sino todo un clan que vive bajo tierra, dando vida al bosque a través de las raíces y nutriéndose ellos mismos de esta manera
—Soy Neal y sí, he atravesado todo el bosque, para reencontrarme con una hermosa mujer que pertenece a los vuestros y he de decirte que no me iré sin ella a mi lado. —La voz del highlander resonó en ese ambiente tan cálido y colorido, pero nadie se inmuto, solo seguían observándole. —Necesito verla, ¿Dónde está ella?
—Vaya, parece que mi hija eligió a un hombre valiente, pero dime ¿Realmente sabes lo que haces? ¿Qué sabes de ella? Candice cometió una falta grave al presentarse ante ti, nosotros debemos permanecer en anonimato y dedicarnos a cuidar nuestro bosque y su entorno; no podemos tener contacto con gente del pueblo y mucho menos dejarlos conocer nuestro mundo. Tu debiste olvidarla y pensar que todo era un sueño o tu imaginación haciéndote ver cosas, pero eres demasiado testarudo y no pudiste dejar las cosas como están.
—¿Candice?...-así que así se llama mi bella hada, -pensó y saboreó ese nombre en sus labios, tan dulce...tan divino. —Necesito verla, ¿Por qué no está aquí?
—Sé que sabes lo que le paso, sé que te visitó y te guio hasta aquí, de no haberlo hecho jamás nos hubieses encontrado, —Laín se quedó pensativo durante un rato, parecía luchar contra sí mismo entre hacer lo correcto y hacer lo que su intuición le decía. Después de todo Candice era su única hija y era una muy buena chica, un poco rebelde pero de nobles sentimientos; sabía que el highlander que tenía frente a él, no era alguien elegido al azar, sabía que Candince se había enamorado de él cuando paseaba por la zona donde Neal solía ir a pescar diariamente y aunque hubiera preferido que su hija se enamorara de alguien de su clan, sabía que en el corazón no se mandaba.
Por otro lado, ahí estaba «el elegido», un hombre fuerte, valeroso y aunque algo arrogante y testarudo, reconocía la gran determinación que este tenía, la perseverancia de seguir en la búsqueda de Candice a pesar de no saber nada de ella, y el hecho de que estuviera ahí y al parecer dispuesto a todo por obtener a «su hada» como él la llamaba, le hacía pensar que no había errado su juicio cuando permitió que Candy «como le decía de cariño» le guiará hacia ellos.
Y ahora él debía decidir qué hacer.
—Traigan a Candice.
Laín dio la orden mientras caminaba y le hacía señas a Neal para que le siguiera. Neal en ese momento se percató del gran espacio en el que estaban; cuando bajaba no pudo saber la distancia recorrida, pero ahora observando el lugar se daba cuenta que estaban en superficie y que el árbol era solo la puerta a un túnel que le llevaba hacia una pequeña "isla" rodeada por grandes montañas y cubierta por copas frondosas de árboles que les mantenían ocultos a la perfección; que, al igual que las ropas que vestían les ayudaban a mimetizarse con el ambiente que les rodeaba, no pudo más que reconocer que esos seres eran muy inteligentes y que de no haber sido por la ayuda de su hada, tal vez jamás los habría encontrado.
Entraron a una choza de forma redondeada y algo baja, por fuera estaba cubierta con hojas secas, ramas de árboles y pétalos de flores, por dentro el ambiente era cálido y se respiraba un perfume de jazmines en el aire; aunque, de hecho, el pensamiento de Neal fue que estaba dentro de una madriguera de algún animalito, pero siendo honesto consigo mismo debía aceptar que no le disgustaba del todo ese ambiente "hogareño".
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El Hada y el Highlander
FanfictionAuto exiliado de su clan por no compartir los ideales de este, Neal se aísla en las altas tierras de Escocia, donde pasa sus días en completa calma y aparente tranquilidad. Aunque muy en su interior sabe que hay algo que le falta, pero se resiste a...