CAP 3: Nunca te dejaré

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  Era una mañana de instituto como otras cualquiera, ya había pasado una semana desde que asignaron los grupos y suerte que me tocó con gente que conocía, bueno y también me había tocado con un chico nuevo que se sentó a mi lado y era muy, pero muy guapo. Según entró a clase, lo mire, era imposible no darse cuenta de su belleza. Era un chico alto, moreno y con el pelo algo despeinado. Todas las garrapatas de mi clase se acercaron a el (aunque claro,era normal dada tal belleza) y le hicieron las típicas preguntas de una zorra que se enamora a primera vista.

  -¿Tienes novia?- Saltó una.

  -¿Te gustan las rubias?- Preguntó la mas tonta de ellas.

-¿Rollo o serio?- Dijo la choni guarra masticando chicle como un camello vulgar.

  Él, avergonzado, no respondío y en ese momento, llegó el profesor:

  -Buenos días niños-Dijo el profesor de Matemáticas.

  -Buenos días profesor-Dijo el chico nuevo.

 Yo me acerqué a él y le dije:

  -No le digas nada, no merece la pena, además, no te va a caer bien, como a ninguno de los que estamos aquí en clase.

  Él se rió y yo le dije:

  -Me llamo Lucas

  A lo que el respondió tímidamente:

  -Yo Alan, encantado

  Yo, con mi natural desparpajo le solté un:

  -¡Uy! ¿Que guapo eres no?

  Los dos nos reímos.

  -Tu también eres muy guapo-me dijo él

  -¿Que dices?- Le dije yo con un pequeño empujón en su hombro.

   Nos volvimos nuevamente a reír,entre nosotros se notaba la complicidad y la química. 

(...)

  Pasaban las horas del día y cada vez teníamos más y más química. 

  Al día siguiente, todo iba sobre ruedas, cuando llegamos del descanso, nos pusieron un documental y nos aburríamos tanto que empezamos a juguetear y a molestarnos, él me cogió de la mano y ... En ese momento nos miramos a los ojos, la electricidad que formaban nuestros cuerpos se notaba obviamente y me di cuenta de lo guapo que era y lo cerca que lo tenía. Su mano acaricio la mía y empezó a hacer pequeños círculos en ella, la temperatura subió. Él movía sus dedos con maestría sobre mi piel, haciéndome estremecer, entonces miré su miembro y supe que había tenido una erección.

  -¡Lucas, Alan!, castigados después de clase en la biblioteca.

(...)

  -Esto es por tu culpa- Le recriminé, Alan se encogió de hombros.

  -Tu me vas a querer igual- Me dijo burlón, fruncí el ceño y enterré mi cabeza en un libro- Venga va, no me hagas el vacío príncipe-

  -Yo no soy tu príncipe-

  -¿Ah no?- La bibliotecaria salió a fumar y probablemente a pedirle a su marido por teléfono que no la dejara.

  -¿Con que no eres mi príncipe?- Me dijo salvajemente al oído mientras un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

  -No,no lo soy-

  -Tenemos 15 minutos antes de que vuelvo. Me da tiempo para follarte, como tu quieras

  -¿Sobre que mesa?-Dije sin pensar

  Y en ese momento, él se acercó a mi, me agarro de la cintura y me beso apasionadamente, después nos fuimos quitando la ropa. Primero la camiseta, luego los pantalones, en un abrir y cerrar de ojos me vi tumbado en la mesa salvajemente poseído por su erecto cabalgando hacia el orgasmo. En ese instante, él me susurro al oído:

  -Nunca te dejaré-

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2020 ⏰

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