Empezamos con pequeñas tribus y ahora después de varios miles de años volvemos a la misma forma de subsistir, simbólicamente hablando de los gremios.
Porque aunque los zombies fueron exterminados, ahora su mayor lucha será no morir en el gremio.
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5 años atrás.
Confiado, valiente y audaz. Eran las tres cualidades de Alejandro un chico de 17 años que logró llegar al puesto de regente. Ovaciones de varios y gritos de desconformidad de otros, pero eso no le importaba, había sobrevivido y se merecía el estar en esa posición.
3 meses después de que todos los regentes estuvieran asentados de forma decisiva, comenzaron a ver cambios en cada gremio. Los hostiles fueron más exagerados en su forma de celebración, esto incluía a Alejandro, aunque fuera uno de los 3 gremios hostiles a veces era sencillo. Pero está vez no lo sería, estaba con el ego alto, más que de costumbre, tomando varios tarros de cerveza, hasta que el "anciano" le hablo, y sabía para que, pero aún así solo volteo los ojos y no dijo nada, se acerco.
--Bien es momento de que me escuches Alejandro, ella es una vidente, no puedes tratarla como a las demás mujeres del gremio, es la única que puede guiarnos, que puede unirnos, así que si no aprecias esto, la enviaré al sur, con Óscar -- firme, pero con una sonrisa, palmeó su hombro antes de hacer una señal. Escuchaba como varios pasos se acercaban desde atrás, el pensaba aún en como quitarse a aquella mujer. Aún no la conocía y no quería verla, no le gustaba el hecho de que ella le diera consejos, el podía hacerlo desde un principio el mostró las aptitudes necesarias, así que le diría al líder que no era necesario, que la enviara al sur, pero al voltear con su cara sería, no se topó con una desconocida.
-- Tiene que ser una puta broma...
-- ¿Qué pasa, no te da gusto verme?-- le sonrió, mientras sus ojos lo miraban con una genuina luz, siempre sonriente y risueña. Su cabello rizado por los hombros algo esponjado, esos hoyuelos marcados.
-- Ni un poco. -- suspiró cansado, No podía creer que ella sobreviviera y fuera la vidente, después de haberla conocido en secundaria, no le quedaron ganas de volverla a ver, realmente no la odiaba, pero tenía el don de irritarlo y más ahora que había bebido.
-- Bueno yo me voy, tengo que firmar unos papeles, nos vemos. -- El líder carraspeó antes de irse mientras le lanzaba una mirada de reproche a Alejandro.
Miraba a la chica de arriba a bajo, esperando que desapareciera. Se dió una vuelta para comenzar a caminar hacia la dirección de su tienda. La chica comenzó a seguirlo después de todo ese sería su trabajo, estar a las espaldas y susurrarle las visiones así como alguna estrategia favorable.
-- No me sigas. Solo quiero descansar, y el estar viendo tu cara me hace doler la cabeza.
-- Es "El estar viendo tu cara me da dolor de cabeza" un regente también debe saber hablar. De nada. -- aún con su sonrisa caminó, quedando más cerca de el. -- Bien ahora vamos a nuestra tienda.
-- ¿Nuestra?
-- Si, recuerda que soy igual de importante que tú, tal vez no pueda decidir, pero eso será un punto a considerar, ya sabes, el que una mujer tome desiciones, tal vez sea una excelente idea.
Irritado, y ese era un foco de peligro, como un foco rojo parpadeante.
--- Además de que no entiendo porque el comportamiento salvaje, somos...
Respiro, pero aún así sus manos tomaron las muñecas de la chica y la estamparon en el tronco más cercano.
-- Si continúas hablando, voy hacer que te cosan la maldita boca, no soy sensible, soy una persona con poca paciencia y te juro que le hago renombre a mi puesto, sabes que aquí no es como en el sur, donde todos tienen una sonrisa y te soportan todo el día. Si quieres llorar hazlo, pero me vale, no harás que te trate bien, si eso quieres intenta ganártelo, mostrando que eres fuerte y no una mujer más del gremio. -- La soltó justo en una de sus convulsiones, la miro antes de dejarla retorcerse sola en el pasto.
Habían pasado varias horas, y el despertaba de la siesta, bostezó, pensaba un poco en lo que había pasado, y el como solucionar lo que hizo hace unas horas, después de todo si Rose se iba, el viejo podría cambiar de parecer sobre su posición,salió de su tienda, era como si todo fuera paz y tranquilidad, una muy rara, pero lo dejo pasar un poco al ver a las personas llegar del río con la pesca.
--- ¿Ha sido una tarde excelente? - el asentimiento de la chica le saco una sonrisa- espero y la cena sea buena Miriam.
--- Y lo será señor.
La siguió con la mirada, sus ojos se posaban en las piernas contrarias.
--- Aparte de un idiota insensible, depravado.
--- Estaba tan bien hasta que apareciste, espero que sea algo bueno los que tengas que decir.
--- Me iré al sur con Óscar.
Su sonrisa decayó, eso no era lo que tenia planeado
Odiaba que lo manipularan, pero era cierto que se había pasado un poco, debe de aprender a tener paciencia, pero le era tan difícil con esa chica atrás de el.
-- Haber no puedes irte, me perteneces está "escrito"
Bien no era lo que tenía planeado decir, pero tampoco podía disculparse, no va con el.
--- ¿Crees que lo que digas me importa?, Intenté ser una buena persona, pero ahora puedo joderte tanto, ¿que harás cuando le diga al líder?
--- No sabía que eras tan perra
--- tantas cosas que no sabes de mi, y que acabas de perder.