30 days of love challenge.

Fiebre de amor

KookV

Jungkook ese día se había enfermado de gripe.
La nariz roja, el dolor de cabeza y su graciosa voz eran prueba de que había desobedecido a sus padres, a él le gustaba mojarse con la lluvia.

Se había quedado en cama bajo el cuidado de su abuela, quien lo hacía ingerir cosas raras con aspectos desagradables y sabores mucho peores.

Giró en su cama hasta quedar boca abajo tratando de dormir un poco, pero tuvo que cambiar de posición pues le era difícil respirar.

Bah, él extrañaba poder respirar bien.

Las vacaciones se acercaban y lo menos que quería era pasar el verano en cama mientras sus amigos salían a divertirse.

Se conocía, y conocía su condición también, él podría pasar hasta 2 meses con malestares debido a una tonta gripe.

Lo que significa nada de besos con su hyung, eso no era justo, se sentía mal y necesitaba mimos, más que cuando estaba sano.

"No Jungkook, primero te recuperas y después te daré todos los besos que quieras."

"Pero, hyung... Con sus besos me recuperaré más rápido."

"Claro que no, lo único que harás es contagiarlo-la voz de su abuela irrumpió en la conversación."

"No lo digo por eso Jungkook..." el mayor pasa su mano por el cabello sedoso de su pequeño bebé, deja un delicado beso sobre la nariz de su menor y sonríe cuando este la arruga como un conejito "Yo también estoy enfermo, lo sabes, lo tuyo no es tran grave, no quiero que pases por más."

"Solo uno y prometo hacer mis tareas hoy mismo."

"¡Jeon Jungkook!, ¡dijiste que las habías terminado!" su abuela se para frente a ellos para tomar la taza de té que el pelinegro tenía en manos.

"Dije que las terminaría, más no dije cuando."

"Suficiente, me iré para que puedas concentrarte en tus deberes" su hyung deja un pequeño beso sobre sus labios iluminando el rostro de el pelinegro.

Sí, la última vez su hyung lo había dejado con ganas de más mimos.

Él extrañaba ser mimado por el mayor, cuando se enferma no puede quitárselo de encima, y él no tiene incoveniente alguno.

El timbre anuncia la llegada de Taehyung, escucha a su abuela abrir la puerta, un par de risas y después pasos rápidos subir por las escaleras.

"¡Ya estoy aquí!"

El castaño corre con entusiasmo a los brazos de su novio.

"Te extrañé mucho hoy en el descanso, Hoseok hyung me dejó por su entrenamiento" deja las bolsas a un lado de su chico y se sienta con las piernas cruzadas mientras el pelinegro se quita las mantas que lo cubren.

"¿Su entrenamiento es pelirrojo y muy ruidoso?"

El castaño medita las palabras de Jungkook hasta que se da cuenta de lo que trata de decir.

"¡Me mintió!"

"No lo sé, él no suele guardar muy bien sus secretos, ya te lo hubiese confesado o..."

"Yo me daría cuenta."

Sí, el de ojos brillantes no es muy bueno con los secretos.

"Pero no importa, ¿cómo estás?" toca el rostro de su bebé notando que todo está bajo control.