Delirios de amor

capítulo 4

Ya habían pasado dos o tres meses, era de mañana la chica de cabello azabache despertó con los mensajes de Luka, hablaron un rato, cómo les era costumbre, y luego de después de arreglarse con un vestido negro simple, unas medias altas y un chaleco simple, además de unos zapatos con plataforma de unas 5 centímetros.

Al llegar a su escuela fue lo de siempre, cuando llegó la maestra empezó a decir unas cosas.

–Chicos el día de hoy se integrarán cuatro estudiantes de Latinoamérica, ellos hablan nuestro idioma perfectamente pero aún así espero que les ayuden a integrarse–cuando acabó de hablar dejó pasar a cuatro chicas, una de ellas la akumatizada y junto a ella su novia, además de una rubia de lentes más bajita y una morena de rulos y también lentes.–por favor, presentense.

Todas susurraron unas cosas en español y la sin lentes dió un bufido.

–Malditas, buen día, soy Leonor Valdés y soy de Chile, tal como dijo la maestra, un país de Latinoamérica y no sé qué más decir–dijo mientras las de atrás reían.

–Bueno... Yo soy Sophia González y, al igual que Leo, soy chilena–dijo la de cabellos castaños claros.

–Yo soy Diana Muñoz, mis amigos me llaman Didi soy de Chile como estas dos–dijo con una sonrisa la rubia.

–Bueno, me llamo Joy Cerpa y debo decir que todas nosotras somos de Chile–dijo la de rulos mientras levantaba sus hombros.

–Bien...–la maestra las vió con cuidado–Diana, tú te sentirás junto a... Nathaniel–dijo apuntado a un chico pelirrojo al fondo del salón–Joy, irás con... Chloe y Sabina–apuntó a una rubia y una peli-naranja–Leonor y Sophia... se sentarán con Alya y Marinette–dijo apuntado a una morena de lentes y una azabache, la cual la de cabello corto reconoció al momento, pero no dijo nada.

Las cuatro se fueron a sentar a sus lugares asignados para posteriormente sacar sus cuaderno y empezar a prestar atención a la maestra.

Al final de aquellas clases empezó el receso, las cuatro chilenas fueron hacia el patio, siendo seguidas a lo lejos por Marinette, Alya, Nino y Adrien.

–¿Como van pasando su primer día?–dijo la de cabellos castaños claros mientras hablaba en español y tomaba la mano de su pareja.

–El par de chicas con las que me sentaron me quieren quemar en una hoguera, no saben que yo las mandaré a una por brujería primero–les dijo la de rulos recibiendo una risa de las demás.

–Al menos estoy con mi alemana favorita–dijo la de cabellos cortos.

–Mi compañero de puesto es la cosa más malditamente tierna del mundo mundial–dijo la rubia con un leve sonrojo.

Todas hablaban animadamente mientras que el grupo de cuatro personas se les acercaba.

–Hola–saludó el rubio mientras les sonreía.

–Buen día–respondieron las cuatro chicas a coro.

–Soy Adrien, un gusto–dijo dedicándole una sonrisa a las chicas.

–Ya nos presentamos–dijo la de cabellos cortos.

–Bueno... Emmmmm...–no sabía que decir.

–Tranquilo, no te mataremos ni nada a menos que no nos dejes opción–dijo la castaña clara mientras sonreía de manera falsa.

–Sophia, amor no digas eso–dijo dándole la mano a su pareja, quien desvió la mirada–Tranquilo, no creo que te mate a menos que le des razones.

–Ok... ¿Que les gusta hacer?–preguntaba mientras sonreía.

–Me gusta tocar el piano, guitarra, violín, batería y cantar–respondía la de cabellos cortos y ojos avellana.