Encuentros

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Izuku había vuelto en sí y justo a tiempo, ya que Eri había llegado con la ropa que había traído Izuku para ella.

Eri: Como me veo papá?

Eri traía puesta una camisa floreada con un overol rojo  y unos zapatos negros.

Izuku: Te ves muy linda Eri

Eri: Jejeje

Izuku: Oye, que te parece si damos una caminata por el bosque?

Eri: Pero no estabas cansado papi?

Izuku: Ya estoy mejor, entonces que dices?

Eri: Si!

Izuku y Eri salieron con dirección al bosque, estuvieron caminando durante varios minutos hasta que encontraron una cueva.

La cueva no parecía ser muy profunda, pero era demasiado oscura, ha tal punto que no se podía ver nada.

Izuku: (viendo a Eri) Quieres ir a ver qué hay dentro?

Eri: No! Esta muy oscuro, me da miedo.

Izuku: Vamos Eri, yo estoy aquí contigo, no te pasará nada.

Eri lo dudo por unos segundos pero acepto entrar.

Cuando entraron a la cueva, todo se oscureció ante ellos, Eri se asustó mucho y decidió agarrar con fuerza a Izuku.

Ante tal acción, Izuku decidió hacer una pequeña esfera de ki para usar como lámpara, lo cual consiguió y calmó a Eri, pero esta sequía aferrada a Izuku.

Izuku decidió cargarla en sus brazos mientras que seguían caminando por la cueva. Al pasar unos minutos se encontraron en una parte muy hermosa.

Había distintos minerales de colores en el techo y los muros; las paredes parecían ser una noche con un cielo estrellado.

Estuvieron contemplando esos minerales durante varios minutos, pero esto terminó cuando Izuku posó su mirada en una pared que tenía solamente un mineral, pero este era distinto, este tenía un brillo multicolor y parecía estar suelto.

Izuku decidió acercarse a ver lo que era. Cuando este tocó la roca su mente se estremeció, cayó de rodillas mientras que sostenía a Eri, en su mente recorrían distintas imágenes que parecían ser de un mundo medieval.

Estas imágenes eran de una extraña armadura, un pelirrubio juntando sus manos, una especie de perro parlante y finalmente la imagen de un reloj de plata con la figura de un animal.

Cuando recupero la compostura Izuku, noto que su respiración estaba agitada, su cuerpo sudaba y junto a él tenía a su hija viéndolo con unos ojos llorosos y llenos de preocupación.

Eri: Papi, estas bien? (Apunto de llorar)

Izuku: S-si Eri, solo estoy un poco mareado.

Eri: ¿Qué era esa extraña roca?

Izuku: No estoy muy seguro, pero creo que me puedo dar una idea, necesito que vayamos a casa. ¿De acuerdo?

Eri: Si papi

Con la clase 1A

Todoroki: ¿Todos listos?

Clase 1A: Si!

Todoroki: Bien

Todoroki sacó de su bolsillo el sistema de rastreo y empezaron a caminar durante un rato por la ciudad hasta llegar a un denso bosque.

Jirou se fijó que el bosque era el mismo donde Izuku había derrotado a Endeavour, pero decidió olvidarlo y continuar.

Al continuar caminando, todos se encontraban cansados y no habían visto nada de lo que pudiera demostrar que Izuku estaba ahí.

Deku y el corazón de las leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora