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Hoy Lucas si había ido a casa.

Luego de algunos días.

Jungwoo se encontraba viendo caricaturas después de una larga clase de matemáticas (las cuales odiaba) y el de cabellos castaños estaba sentado a su lado, aunque un poco lejos de él para que no saliera corriendo o algo así.

El pequeño pelinegro estaba bastante cansado, así que no tardó en cerrar los ojos y quedarse dormido.

Lucas se dió cuenta de ello, así que puso de pie y apagó la televisión.

Pensó en ir a avisarle a la señora Kim que Jungwoo estaba dormido, pero sus piecitos lo dirigieron al sillón otra vez.

A Lucas le caía muy bien Jungwoo, así que pensó que no habría problema si él se quedaba dormido a su lado, porque el sueño le estaba ganando la carrera.

Cuando Jungwoo abrió los ojos, luego de algunas horas, se encontró envuelto en los brazos de Lucas.

Quizo gritar, o incluso escapar lo más lejos que pudiera.

—¡MAMÁ!

Lucas despertó algo confundido.

Jungwoo se alejó corriendo a la puerta de su habitación, gritó y lloró desde adentro.

—¡No quiero verte nunca más en la vida!

Luego de que el mayor le explicara a los padres de Jungwoo lo que había sucedido, esté le pidió que por favor le dejaran quedarse en su casa por aquella noche.

Hizo una cama improvisada en el piso a las afueras de la habitación de Jungwoo, y se quedo allí, mirando fijamente la puerta.

Tenía la esperanza de que esta se abriera y pudiera pedirlo disculpas a Jungwoo.

Su corazoncito aún no sabía que había hecho mal. Y dolía.

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ñam, su actualización

𝐏𝐀𝐒𝐈𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐈𝐍𝐆Ü𝐈𝐍𝐎⌦「luwoo❀」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora