✧Único✧

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      Nervios, un sentimiento que no había tenido desde sus veinte años, cuando inició el semestre de Universidad y su felicidad comenzó. Si bien es un sentimiento del que ya estaba acostumbrado luego de dos años, aquel que sentía estaba provocándole náuseas.

       En vez de llamar para pedir que lo recogieran como habitualmente hacia aquél día en especial se le ocurrió no hacerlo. Llamo a una agencia y solicito un taxi para que lo buscase y lo llevará a su destino, la casa a la que apodo Serendipity. Una que era de tonos amarillos y blancos, aquella inundada de amor y felicidad. Una que lo acogió de diversos problemas.

        Hace cuestión de minutos recibió un llamado que avisaba que Serendipity estaba desolada y solo aguardaba su enamorado y a pronto prometido.

        Oh~ el, cuantos suspiros en el día soltaba cuando él se venía en su mente. Era como un tsunami que pasaba por sus pensamientos y los dejaba inundado de recuerdos tan felices y solo lo confundía más.

        El chófer aviso que ya habían llegado y pagando bajo del vehículo sacando sus pocas pertenencias que tenian rociado neutralizadores de aroma al igual que si mismo. Si bien era un Beta y como tal sin olor, de alguna manera el podía oler y ser olido por poquísimas personas que se reducen en dos y, si deseaba que su sorpresa fuera bien recibida, era necesario el uso de tales supresores.

        Otra vez floreció el sentimiento de nerviosismo en su sistema e instantáneamente aparecieron sus orejas afelpadas negras junto su cola esponjosa de cambiaformas. Era aquella acción un posible mal hábito el de volverse un híbrido pero nunca nadie tuvo problema, o nunca se quejaron.

        Respiro lentamente contando hasta diez miro la casa en frente, tan amarilla y atrayente. Abrió con la copia de llave la puerta blanca y sintió el aroma más seductor desde el interior, aquel que percibió desde el marco de la puerta ya cerrada.

        Inhaló más hondo, se sentía más potente aquel aroma dulzón pero tal vez y era una equivocación suya. Apartó aquel pensar y dejó encima de la mesa circular sus cosas, sosteniendo solamente un objeto. Era una vincha que hacía el mismo.

        Se dirigió y empezó a subir la escalera para llegar al tercer piso. En cada escalón el mismo aroma se hacía más y más potente, excitante. Lo estaba atrayendo de alguna forma. Al llegar al tercer piso del hogar, sus piernas apenas se podían quedar paradas por el temblor de las mismas. Su esponjosa cola se movía frenéticamente y las orejas se flexionaban con insistencia a tapar sus ojos.

«Me pregunto si reaccionarias así, de esta forma, cuando te haga mío»

       Aquél recuerdo, uno de muchos, sólo lo puso más confuso, ¿Será que...?.
       Sacude su cabeza, no era posible, el lo sabría. Más decidido tomo el picaporte y lo giró por fin abriendo la puerta.

        Sus ojos rápidamente se posaron en la cama encontrando las sábanas revueltas y luego fueron al escritorio. Ahí estaba, Jeon JungKook, su pareja dormida con la cabeza inclinada hacia un costado, abultado sus labios en un pronunciado puchero y con sus claros cabellos tapando un ojo, con los brazo cruzados en su pecho. Deja Vu. Se dijo mientras ponía la vincha con un par de orejitas de conejo negras al igual que su pelaje que destacaban por los claros cabellos del contrario.

        Aquello trajo recuerdos mientras sacaba su celular y tomaba una fotografía.

        Risueño se dio la vuelta y empezó a realizar copias de la foto tomada, ¿Cómo llegaron a esto?, Aquél lobezno que ahora le profesaba un amor eterno anteriormente lo odiaba, ¿Donde quedó aquellas guerrillas en el patio por cualquier cosa?, Esas discusiones que daban de niños. Aquellas que siempre ganaba y que antes no recordaba sinó fuera por JungKook.

        Inmerso se encontraba TaeHyung en su pensar que se asustó cuando brazos posesivos rodearon su fina cintura. Brinco en su lugar por feromonas potentes que percibió, lo que fue cómico porque los conejos brincaban. Se giró encontrando con hermosos ojos miel que con desdén lo veían.

— Ah, hola JungKookie. —dijo dubitativo observando el techo, que era gris. Recién se dió cuenta de ello.

— Hola, TaeHyung. —intento aclarar su voz, pero esta igualmente sonó ronca y con tres niveles más grave, intimidante digna de un Alfa lider. A esas alturas Tae supo ya que ocurría e intento salir de sus brazos fuertes, obviamente siendo en vano— ¿A donde intentas ir? —gruño y frunció el entrecejo. Dando una ternura en Kim por la imagen.

— Awww, que cute. Un conejito. —dijo. Jeon miro sobre su cabeza, notando aquellas orejas que siempre le fastidiaban pero que le agradaban por tener aquel olor impregnado tan delicioso de su amado. Una idea surcó y nació una pícara sonrisa con falsa inocencia en su mirada.

— No puedes irte TaeTae, ¿No lo sabías?

— ¿Que cosa?

— Los conejos se aparean por un año. —y sonrió, porque había logrado lo que quería. Por fin habia ganado.

        TaeHyung lo miro espabilado, con falso terror intento escapar siendo cargado en el hombro por su pareja que lo quería depositar en su nido de cama que tenía. Frustrado Kim se dejó hacer, viendo como el ceño fruncido de su pareja seguía.

— Mira que tenemos, un conejito malhumorador. —burló.

— Pero un conejito que te reclamará. —ronroneo a gusto JungKook con su Lobo Alfa mientras levantaba la camisa floreada del Beta que ya se había rendido tapando sus ojos con sus orejas más grandes. No tenía caso intentar escapar como las otras veces.

「✿」Rabbit Lover →  ||KookV/국태||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora