7:30 rayos llego tarde. Me levanté de un salto de la cama, me puse la primera ropa que había encontrado. Me dirigí a la heladera en busca de algo para comer, un huevo, una cebolla y una banana, opte por comer la banana, pues la cebolla me dejaría olor a muerto de hace cincuenta años en la boca y el huevo, no tenia tiempo para cocinarlo. Agarré mis libros y salí corriendo, 7:40, ya eran veinte minutos tarde, el profesor Enrique me regañaría.
Unos días antes, en una fiesta había perdido las llaves de mi auto, por esa razón tuve que comenzar a ir en metro a la universidad. Recuerdo que la primera vez que subí al metro, me había subido al incorrecto y me fui al otro lado de París, termine en el aeropuerto. No entendía nada, pues yo no iba a tomar un avión, sino que iba a tomar una clase de Dibujo en la universidad de Bellas Artes, no en Narnia.
Ese día me había encontrado con un chico que venia de Argentina, pues el avión de donde había salido decía eso. Él hablaba con las personas como si hubiera vivido toda su vida en París. Me acerqué para preguntarle si sabía a que metro debía debía ir para llegar a la universidad. Me indicó que hay un metro especial para esa universidad, el cual pasaba por todas las estaciones y su destino final era la universidad, además me dijo que el último que pasaba era a las 7:45, en cinco minutos.
Antes de que diga más, salí corriendo hacia el metro. Aunque haya corrido lo más rápido que daba mis piernas, no llegué, y me tuve que ir caminando a mi departamento, ese día perdí la clase de dibujo. Al otro día el señor Enrique me regaño y me advirtió que si llegaba a faltar a otra clase más, no me graduaría.
*Siguiente parada Universidad de Bellas Artes*
La chica que anunciaba las paradas, me agrada, gracias a ella siempre sé donde debo bajarme. Salir del metro era lo peor, hay un defecto que lo tiene la mayoría de las personas, empujar, si, empujar sin decir permiso, o por lo menos decir, ¡cuidado ahí paso yo! Pero no, no lo hacían y eso me ponía de los pelos, ¿Acaso su madre no les a enseñado pedir permiso?, estoy indignada, la sociedad cada día es peor.
En la calle, podías encontrar cualquier tipo de defecto en las personas, algunos se comen los mocos, otros eruptan, o roban cuando estas distraída. Aquellas personas si tienen defectos feos, pero quizás si ves su pasado, te das cuenta el porque, hoy son así. No todos desean ser como son, pero tampoco hacen algo para cambiar. Pero bueno no empecemos con la psicología, ya es demasiado cuando tengo que soportar a Melisa con su cosa de que las personas tienen su vida organizada en tres niveles, y no sé que más.
Mis padres me llaman una vez por semana, para preguntar como van mis estudios. De hecho no los veo desde ya hace tres años, y Quizás por más, pues planeo quedarme a vivir en París e ir a visitarlos en vacaciones.
-¿Viste que hay un nuevo compañero? - Melisa, cada vez que llego a la universidad me choca con todos los chismes recientes- Dicen que es varonil, pero a la vez, tierno.
-OK, Melisa tranquila, si es el nuevo "chico lindo" de la universidad, sabemos que las Barbies platinadas lo van a querer y obvio que lo van a conseguir. Ellas se basan en maquillaje y plástico, sin decir su forma patética de hablar, "Hay chichis, hoy tenemos una sesión de pedicura"- hablando como si tuviera una papa en la boca.
Nos reímos un rato, cuando las Barbies entraron, quedamos paralizadas, ellas no daban miedo, todas las miradas se dirigieron a nosotras cuando las Barbies se pararon en frente de nosotras, mirándonos con superioridad. Me tiraron los libros, me empujaron y siguieron su paso- Agg, como me encantaría darles una piña- pensé. Pero no soy lo suficiente valiente como para hacerlo, solo soy una chica temerosa e inexistente para la toda la universidad, de hecho era la primera vez que tenia tantas miradas sobre mi.
El timbre de entrada a clases sonó, bueno de hacho había sonado ya hace cinco minutos, solo que no me había dado cuenta. Salí corriendo al salón del profesor Enrique. Nuevamente todas las miradas sobre mí.
-Señorita, Stevens, llego cinco minutos tarde, ¿Estuvo en el baño?- Todos se rieron el típico chiste del profesor- Tomé asiento.
Mi silla estaba ocupada por Katie, una de las Barbies y líder, al lado de ella estaba el chico que conocí en el aeropuerto, y el único lugar que quedaba estaba al lado del chico que se tiraba pedos, atrás de todo.
-Hoy me sentaré con tigo.
No me contesto, la verdad nunca lo había escuchado hablar, parecía que los ratones le habían comido la lengua. Lo bueno es que todavía no me había cruzado con el nuevo chico lindo de la universidad, pues hoy estoy desarreglada y si me llega a ver la "Primera impresión" sería horrible. Solo tengo que estar dos horas sentada escuchando a Enrique, para Haci luego almorzar. Y tener dos horas de música, para así poder irme a mi casa.
Ya es hora de salír y púes no me cruze on el chico nuevo. Hoy es mi día.
Llegue a mi casa y me tiré en mi cama. Dormí casi cuatro horas, cuando el hambre me despertó. Salí a comprar comida, pues en mi refrigerador seguía la cebolla y el huevo. Compré verduras, carne roja y blanca, frutas, pastas y mucho, mucho helado. Pensé en hacerme un "Chop Suey de Carne y Verduras", es algo rápido y fácil.
Al terminar de hacer mi comida, me dirigí a la mesa con mi plato y la carpeta de "tarea" que me había dado Enrique. Consistía en un trabajo practico investigativo, sobre las pinturas de "Leonardo Da Vinci", es un trabajo en grupo, él siempre armaba los grupos y los daba a conocer cuando entregaba las carpetas. Mi compañero es... Andrew Sixx, no lo recuerdo que este en mi clase de Dibujo. A lo mejor... ¡No!, ¡No!, ¡No puede ser!, ¡Por que a mi! Él es el chico nuevo, pero... no lo vi hoy en clases. Rayos, si lo vi. ¿Quizás es el chico que conocí en el aeropuerto?
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Su Peor Defecto
FanfictionNos conocimos por error. Nos juntaron de casualidad. Tuvimos química. Nos conocimos. Amamos nuestros pros y nuestras contras. Pero lo más importante, es que nos enamoramos hasta de nuestros peores defectos.