La verdad, soy una chica muy atrevida con las personas que me caen bien, Andrew es una de las personas a la cual le confiaría hasta mi vida.
Llegamos a nuestro destino, me sorprendí, nunca me hubiera imaginado que me llevaría a este lugar. De hecho nunca había visto tan de cerca a la Torre Eiffel, la escuela y las investigaciones ocupan mucho tiempo de mi vida, dejándome sin tiempo libre, para disfrutar de ella.
-¿Adónde vamos?- pregunte curiosa.
-Pues, a la cima, donde nadie pueda encontrarte- sonrió.
Subimos pisos y pisos, parecía infinito, pero lo bueno es la compañía. Estuvimos en silencio, ninguno emitió ninguna palabra, oración o lo que fuese. Andrew se movía cada vez más cerca de mí, hasta que me agarro de la mano, mis cachetes tomaron un tono rojizo, y mis piernas se pusieron tan blandas como una gelatina.
-Emm, ¿Ya llegamos?- Me moví, lejos de él.
-No lo sé- rio.
-Es que ya vamos muchos pisos y me desespero- agite las manos.
Se rio y me miro fijamente a los ojos- ¿Qué les paso a tus cachetes?
Sentía como cada vez mis cachetes se ponían más rojos- Psss nada, que podría estar pasando- me gire, dándole la espalda.
-Bueno…- me abrazo en la altura de la cintura, poniendo su cabeza en mi hombro- están rojos.
No pude decir nada, estaba sumamente nerviosa.
-¿Te gusta la vista?-me apretó.
-Es hermosa.
El ascensor paro, sus puertas se abrieron. Pero la vista ahora, estaba cubierta por una gran masa corporal.
-Señorita no puede estar aquí, esta es zona…
-Tranquilo, Stefan, ella viene con migo- me soltó.
-Perdone señor Sixx, no lo había visto. Pues entonces, pase.
Me asome a uno de los lados de la torre, apoyando mis manos en la barandilla. Admirando ese hermoso paisaje, un extenso parque con mucho verde iluminados con brillantes luces, más allá se veían decenas de edificios iluminados dando su toque mágico. Y lo mejor es que me siento libre, con la posibilidad de hacer cualquier locura sin que nadie me mire con cara rara o que hablen cosas malas de mí.
De pronto mi sonrisa desapareció, dejando lagrimas en mis ojos. Mis horribles pensamientos, volvían a invadirme, dejándome encerrada, sin nada que poder hacer.
-¡Sol!- se escucho un grito de Andrew, me di vuelta, pero él no estaba.
-¿Andrew? ¿Dónde estás?- comencé a caminar desorientada, con la esperanza de encontrar a Andy.
-Aquí, sigue caminando
-¿Andy?- seguí caminando como él me había dicho, y me encontré con algo hermoso.
-Toma, esto es para ti- me entrego un ramo de “Crisantemos pompón”, mis flores favoritas- Se que estas flores son tus favoritas.
-¿Cómo sabes eso?- cogí las flores, mientras que mis cachetes volvían a tomar un tono rojizo.
-Solo lo sé- sonrió.
-Gracias, me encantan- respondí.
Se deslizo hacia un lado, extendiendo su brazo a una escena que estuvo de tras de él, durante todo este tiempo. Me cogió de la mano y me llevo hacia la mesa, donde se suponía que debíamos pasar una cena romántica.
-Me tengo que ir- Le solté la mano, y como una estúpida Salí corriendo.
-¡Sol espera! ¡Qué sucede!- no llego al ascensor. Al bajar podía ver sus manos apoyadas en el vidrio de la puerta del ascensor y su cara de desilusión, la verdad soy una tremenda estúpida, pero no podía hacerlo, no podía tener una cena romántica, después de…
NARRA ANDY
Me quede apoyado sobre la puerta del ascensor, sin entender porque Sol se había marchado, Parecía que todo iba bien ¿Pero qué fue lo que la incomodo?
-Stefan, ¿Usted vio si algo le incomodo?
-No señor, pero mientras que usted preparaba la cena, ella se mantuvo apoyada en la barandilla, por un momento pude admirar como su sonrisa desvanecía y como lagrimas comenzaron a surgir de sus ojos.
-¿Lagrimas?- pregunte, no entendía, se veía tan feliz
-Sí señor, hasta que usted la llamó. Mágicamente volvió a aparecer una gran sonrisa blanca en su rostro.
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Su Peor Defecto
FanfictionNos conocimos por error. Nos juntaron de casualidad. Tuvimos química. Nos conocimos. Amamos nuestros pros y nuestras contras. Pero lo más importante, es que nos enamoramos hasta de nuestros peores defectos.