Capítulo 1

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La fina capa de escarcha sobre las placas de zinc, se volvía frágiles gotas de agua que caía sobre las hortalizas y flores, que rodean las paredes exteriores del orfanato. El color amarillento del amanecer, se hace paso entre las finas cortinas de la cocina. Abrazada a sus rodillas, Sayi se encuentra sobre una silla frente al ventanal. Viste un delgado camisón de dormir, que contrasta con el color moreno de su piel. En el dorado de sus ojos sigue la caída de las gotas de agua, buscando en ellas una respuesta que no encuentra en su propia cabeza.

- ¿No pudiste dormir? – suena una voz tras ella.

Sayi se sonroja al ser descubierta en tal estado de melancolía. Se gira tímidamente, y ve a Carum, sonriendo suavemente, alzando sus tiernas pecas un poco más cerca de sus felinos ojos verdes.

- Sabes que no es la gran cosa... eso de la selección – continua Carum.

- L-lo sé – tartamudea Sayi.

Carum se acerca a la cocina y deposita un par de leños en el fuego casi extinto.

- Si no descansas apropiadamente, tendrás menos posibilidades de ser seleccionada como una Feval de Raíz – dice Carum mientras le da la espalda a la morena.

- ¿En realidad e-existen posibilidades p-para mí? – dice como en un susurro Sayi.

- ¿De verdad le preguntas eso a una niña mitad Capu? – ríe Carum.

La morena esconde su mirada entre sus brazos. Carum prende el fuego, y se levanta con tetera en mano. Vierte agua dentro de ella y la deposita sobre la estufa. Todos sus movimientos seguidos por las doradas orbes de Sayi.

- No tenemos muchas opciones, Sayi, pero debes estar tranquila, ya que Feval necesita carne de cañón, y para eso estamos las huérfanas –

- ¡No hables así de la escuela! ¡N-no tiene porqué ser así! – se levanta exasperada la morena. Carum permanece impávida.

- ¿Ah, no? Entonces, demuéstramelo - le dice con su semblante lleno de desafío.

Sayi se queda estática en su lugar, con los brazos alzados lista para hacerle un berrinche a la otra chica.

- Tú y, tus juegos m-mentales – susurra mientras baja los brazos y, ve la serena sonrisa en los labios de Carum.

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Las risas de niños pequeños se escuchan entre los apurados pasos sobre el piso de madera. Una anciana cojea con una botella de vino vacía en mano, mientras algunos pequeños pasan entre sus piernas.

- ¿Por qué diablos crecen tan lento? - suspira Baba, una anciana demacrada, con un gran lunar sobre su nariz, enfatizando su aspecto de bruja.

Sayi, usando su uniforme de la escuela, tiene sentada sobre sus piernas a Sia, una tierna de niña de 4 años, que usa melena y anteojos que cubren gran parte de su rostro. Sayi le da cucharadas de cereal con leche, mientras mira con disgusto a la anciana que entra al comedor. Frica, un pequeño de 8 años con un semblante serio a su edad, está sentado al lado de Carum, ambos comiendo su desayuno. Mérica, una pequeña de 9 años de gran sonrisa y energía, persigue a Ania, un niño de 5 años de redonda barriga y rosados cachetes.

- Oye ¿Dónde dejaste la otra botella? – gruñe Baba agitando la botella.

- Son recién las 8 de la mañana, vieja – gruñe a su vez Sayi.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2019 ⏰

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