En el verano de 2019, en una camioneta gastada, verde y pequeña que les habia regalado un amigo de sus papás, sonaban Los Redonditos de Ricota, la camioneta tambaleaba de lo felices que estaban aquellos dos amigos.
El olor de la camioneta era infumable, aun así habia olor a perfumes en las paredes, todos diferentes.
-Júpiter, ¿de nuevo trajiste wachas a la camioneta?- dice el pibe flacucho y rubion, con tierra en la cara. Habian pasado la noche en el rio de Tigre, y etuvieron rondando sin rumbo toda la noche, por eso estaban re mugrientos.
-Y qué se le va a hacer, ni a palos les muestro la casa, además no quiero que todos conozcan la isla, la isla es nuestra. Mira si a alguno le pinta robarla.
-¿cómo carajos se roba una isla?
-uuuuu Marcus que se yo, solo quiero que quede en secreto, ¿si?Estaban pasando por la isla, para poder llegar a sus casas, pero en la isla no se permiten autos, asique fueron a pie, como siempre. Se podia ver toda la ciudad, y del otro lado, todo el campo y el río, los varcos y las flores.
Los pelos de los pibes flacuchos se tocaban entre si, ya que estaban larguísimos. Hace cuatro años que no se cortan el pelo. Les daba el sol en los ojos, los hacia ver transparentes, y los arboles saludaban tranquilos, el sol estaba tenue ya qur eran las 6 de la tarde. Marcus se prende un cigarro y dice:-Ya tenemos 19, no se qué significa pero siento que tengo que hacer algo o me voy a morir sin ser nadie
-Siempre es así igual, ¿no sentiste siempre que algo estaba en tus venas?
-no sé, igual ahora me morfaria como 300 mil zanahorias, asique seguro deliro. Tomá, ya me da asquete.
-tu vieja da asuquete, que te pasa? Son de menta man.
-llamá a los chicos, hagamos un plan.
-¿un plan para qué? Un pan
-una competencia de globos de chicle o likuado de fideos no sé TENGO 19 Y ME ESTOY POR MORIR