Vulnerable

2 0 0
                                    

Despierto confundida, mi ropa sobre el sillón de un cuarto que no reconozco. Es ahí donde siento un dolor que atraviesa desde mi cuello hasta mis tobillos, por cada extremidad, por cada rincón de mi cuerpo. Es entonces cuando trato de levantarme de la cama y siento un mareo que me hace sentir aún más perdida, tomo mi ropa y trato de vestirme lo más rápido posible... pero con un asco a mi misma, siento repulsión hacia mi cuerpo, y tiemblan en mi cabeza diferentes imágenes de ayer en la noche, siento el cuerpo pesado y ardiente, entonces me golpea a la memoria esta imagen en mi cabeza de lo que pasó y fue ahí cuando lo recordé todo...

Mientras camino por este pasillo no paro de pensar ¿qué hice mal? ¿fue mi ropa? o tal vez ¿mi forma de actuar frente a él?... Pero si yo lo amo, hacía sentirme protegida, me demostraba cariño a través de cada día y cada minuto que pasábamos juntos, cuidaba de que nadie ni nada me lastimara. Aunque pensándolo bien su amor fue enfermizo, empezó con cosas insignificantes como "recomendarme" con quien juntarme y con quien no, luego poco a poco empezaron a ser cosas como mi vestimenta, mi forma de ser con mis amigos, enojos porque no le avisaba donde estaba los fines de semana, gritos por algún tipo con el que me había liado ese fin... nunca pensé que todo eso fueran señales de que debía alejarme, era mi mejor amigo.

Tantas veces me advirtieron que me cuidara, que no saliera sola, que recorriera calles concurridas, que fuera cuidadosa con la ropa que decidiera usar; pero nada de eso hizo que cambiara lo que pasó. Camino sola hasta mi casa sin darle importancia a nada, sintiendo una impotencia sobre lo que me hizo, sintiendo que hasta mi mejor amigo es un desconocido, alguien que sin tocarse el corazón decidió poner algo en mi bebida, "¿Qué más puedo perder ahora?", siento las miradas de la gente que está en la calle sobre mi, sobre mi cuerpo, como si cada mirada me estuviera juzgando, como si supieran lo sucedido... pero la versión en donde me pintan a mi como una puta, como una fácil, como la chica que por salir de fiestas se buscó ser violada. Ya cuando toco el piso de mi cochera para entrar a mi casa siento una electricidad pasar desde mis pies hasta mi cabeza, una electricidad que necesitaba salir; mientras más me acerco a mi puerta esta electricidad se va convirtiendo en una energía más grande, donde mis pies pesan, mis manos y piernas sienten un temblor. Abro la puerta y no puedo evitar caer en llanto y preguntarme otra vez "¿Que he hecho yo para merecer esto?", subo las escaleras lo más rápido posible y entro a mi regadera, sintiendo que no valgo nada, que darme a "respetar" no vale la pena; tallo cada centímetro de mi cuerpo como si fuera impuro, como si hubiera perdido algo de mi.

Salgo del baño y me cambio por un pijama calentito, tratando de que eso me haga sentir paz, pero lo que en verdad me abruma es "¿Qué haré ahora?" "Si lo llego a denunciar ¿alguien va a creerme?" "¿Que dirán los demás sobre mí?" "¿Le importaría a alguien?"... Mi mente no para de imaginar desde el mejor escenario hasta el peor, pero ¿de verdad quiero hacer esto?... al fin de cuentas él era la persona mas especial para mi, lo que yo sentía por él era un amor enorme, era mi compañero de vida, alguien al que yo le entregue mi confianza y me traiciono... Poco a poco entre lágrimas mi cuerpo empieza a pesar más y finalmente dormir.

Siento la luz traspasar mis ojos pero se que no quiero despertar, quisiera poder dormir por años sin tener que volver a esta realidad y a tener estos pensamientos que me culpan por cada una de las cosas que él hizo; las lágrimas vuelven a mis ojos y la electricidad vuelve a mi cuerpo también.

"¡YA NO MÁS VERÓNICA!, Báñate, cámbiate y ve a denunciarlo"- es el primer pensamiento de desesperación y coherencia que mi cabeza tiene, entonces ahí noto que es lo que tengo que hacer.

Entró a las oficinas del ministerio público, tomó un turno para acercarme con un agente y hacer mi denuncia y me quedo parada esperando. Una vez que sigue mi turno, me acerco y digo:

Quisiera hacer una denuncia de violación- siento su mirada de indiferencia hace que me sienta impotente y vulnerable.

-¿Es usted virgen?, porque en el caso de que no lo sea, será más complicado poder creer su declaración.

-Si, aunque no veo porque no lo fuera, sería un problema para que usted confiara y tomará en cuenta mi declaración.

-¿Qué fue lo que sucedio el dia que fue "violada"?

-Fui a una fiesta...- ni siquiera dejó que terminara de hablar...

-Ah, o sea que usted estaba alcoholizada... ¿Sabe qué?, yo creo que debe de pensar en porque sus acciones causaron esa "violación", no dudo que lo haya aceptado y no recuerde. Así que por favor le pido que se retire porque hay gente que tiene problemas de verdad.

No hubo quien se preocupara por mí, salí de esas oficinas sin esperanza de nada, tratando de contener mis lágrimas. Llegando a mi casa lo único que pude hacer fue lanzarme a mi cama y llorar... Sola viendo como no hay ni una sola persona en la que pueda confiar ahora... Ni las autoridades, ni nadie a quien pueda gritarle este nudo que siento cada vez que recuerdo cada uno de los roces que sentí sobre mi piel, desearía poder volver a esa noche y cambiar la historia; ahora solo estoy acostada en mi cama, ahogada de un sentimiento que nadie ni nada pudiera salvarme de... Cierro mis ojos, pero ahora al despertar hay una pesadilla de la que no podré salir, ahí está él, parado en mi puerta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 21, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora