Prólogo

51 8 5
                                    


Correr, correr, y correr, mirar en cada dirección, apresurar el paso, sin embargo, seguir siendo cauteloso. Correr, por pasillos oscuros, donde parece no habitar ni un alma, aunque, un buen cruce, en un mal momento podría ser fatal. Como la vida misma, condiciones perfectas en el momento y lugar equivocado. ¿Qué ironía verdad?. Sentir el corazón a prisa, correr más, conocer cada escondite, cada brecha, cada túnel; pero, aún conociendo el laberinto, te pierdes, tus ideas mas claras se nublan por la desesperación, por las ganas de escapar. ¡Detenerte!, respirar, decidir que es mucho mejor la calma, porque de otra manera será imposible lograr lo que se desea. Tus pupilas se dilatan, tus manos tiemblan debido a tu acelerado pulso, una sombra indica que podrías estar en peligro, no obstante, retrocedes y abres la pared secreta que descubriste apenas días antes, pero, que agradeces haberlo hecho, observas el momento preciso para volver a salir. Luego de esperar y sentir el peligro lejos vuelves a partir hacia tu ansiado destino "la libertad".


 Correr, como si fueses perseguido por un montón de fieras hambrientas, como si tu vida dependiera de ello. Detenerte de golpe de nuevo, aunque ya no solo son sombras, son personas, te observan, te analizan y responden a órdenes programadas. De un momento a otro con un simple "click"a un panel, luces rojas, alarmas de seguridad, cierre de puertas, todo se activa a la vez, empiezan a bloquearse las salidas, sientes como poco a poco quedas aprisionado de nuevo, mas no te rindes, dominas a la desesperación encontrando una salida, una de las tantas brechas que descubres por casualidad, y corres, corres fuerte, con decisión , y justo antes de que todo se pierda, logras escapar.

Alto contrasteWhere stories live. Discover now