Capítulo 1

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—¡No puedo! Definitivamente...  —dijo Raphael con un tono de desesperación.

   Se sentía un tonto, un cobarde. Quería irse y olvidar el asunto, sin embargo, no podía. Intentar olvidarla era como si intentara dejar de respirar, o como darse por muerto. Su seguridad desaparecía cada vez que la miraba, cada vez que ella le dedicaba una sonrisa, o cuando cruzaban alguna palabra como "hola" o "adiós".

   Alessandro Boriello, su mejor amigo y con el cual había compartido toda clase de momentos y locuras, alzó la vista de su celular.

—¡Claro que puedes! Todo es cuestión de que te lo propongas, venga háblale, no creo que sea tan malo —mirándolo y dándole ánimos —.

   Él era un joven bastante atractivo, era alto, de tez blanca, delgado, su rostro tenía facciones suaves, y estaba delicadamente adornado con unas hermosas pecas en toda la parte alta de la nariz hasta perderse en algún punto de sus mejillas. Sus ojos eran de un luminoso tono miel con marcas atigradas, estos se encontraban enmarcados por un par de lentes de montura negra, eran cuadrados y simples, pero le daban al joven un aire de interesante intelectualidad. Su cabello era castaño claro. Solía ser sereno. Era observador, sobre todo en los detalles pequeños. En cuanto a su forma de vestir era bastante simple, llevaba puesta una camisa manga corta color azul rey, con diminutos puntos blancos en toda la tela, un pantalón blanco algo ajustado de las piernas, aunque eso no le restaba masculinidad y unos tenis negros con marcas azules.

 En cuanto a su forma de vestir era bastante simple, llevaba puesta una camisa manga corta color azul rey, con diminutos puntos blancos en toda la tela, un pantalón blanco algo ajustado de las piernas, aunque eso no le restaba masculinidad y unos ...

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—¡Anda, ve! —insistía el castaño—

   Siempre era lo mismo, casi las mismas palabras, y aunque ya se las sabía de memoria no lograba ponerlas en práctica, ¿Por qué le resultaba tan difícil hablar con ella?, diariamente hablaba con muchas chicas, ya fuera en el instituto o en la calle, toda su vida había crecido rodeado de mujeres, pero, con esta era diferente.

—Para ti es fácil decirlo, ¡no eres tú el que está enamorado de ella! —demandó— es tan hermosa... —mirándola a unos metros de distancia—

   Sólo eso le quedaba, aunque no le hablase, por lo menos sentía la satisfacción de observarla a distancia, de verla compartir con sus amigos, verla reír. Su sonrisa le parecía hermosa, la mas hermosa del mundo, la mas brillante y auténtica.

   De pronto apareció Marco D' Bianco. Junto a Alessandro y Raphael eran "Los tres mosqueteros" del instituto. Él era el alma del grupo, o como decían los otros dos, era el "pegamento" que los mantenía juntos.

   Él también era un muchacho bastante guapo y viril, era de ese tipo de chicos que siempre estaban socializando en todos lados. Era alto y caucásico. Facciones fuertes y definidas . Su cabello era un poco inusual, ya que la mayoría de chicos solían tener el cabello negro, castaño y hasta rubio, no obstante, Marco era pelirrojo, y solía afeitarlo solo de los lados y apenas cortar un poco de la parte de arriba, a los ojos de las chicas eso era "sexy" por ello era de los mas populares del instituto. Tenía los ojos verdes, y en ellos un toque de picardía que jamas desaparecía (aunque estuviese enfermo) en su pómulo derecho, para complemento de su "belleza" tenía un lunar. Llevaba una camisa manga larga color negra y un jeans mucho mas ajustado que el de Alessandro de color amarillo tostado al igual que el lazo que llevaba en el cuello de la camisa y unos tenis Nike blancos.

Alto contrasteWhere stories live. Discover now