Capítulo 2

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   Caminar sin rumbo, no parece ser muy divertido. Una ciudad por la que has transitado muchas veces, y aún así sentirte perdido ¿Tiene alguna lógica?, no, ¿verdad?, pues, eso pasa cuando has vivido la mayor parte de tu vida recluido, con pocas y escasas salidas, única y exclusivamente para trabajar; a pesar de saberte los caminos, no conoces nada, nunca prestaste atención a la tienda de la esquina, o a la heladería que está frente a la parada del bus. Sólo mirabas personas; personas que no estaban al día siguiente, ni al siguiente de ese. Sin embargo, aunque no se conozca nada, se sabe donde se está. 

—Sí tan sólo viera a la chica de la semana pasada... —murmuró para sí—

   El recuerdo de esa chica, se hizo presente en su cabeza, seguido de eso,se le vino a la mente la idea de que jamás la vería de nuevo, así que decidió olvidar eso. 

—No puedo encontrarme con alguien que ya murió... —continuó caminando—

   Mientras seguía a paso lento entre la gente, miraba el suelo, y sus pies al caminar. Contemplaba el pulido suelo de la acera y como cada cuadro que lo adornaba estaba en una posición totalmente contraria   al anterior.

   Llevaba las manos dentro de los bolsillos de su sudadera, la prenda, era de color gris claro, las mangas tenían líneas negras, y eso acentuaba más el color. En la espalda, llevaba a modo de bordado, un par de rosas, en la zona inferior habían también bordados la palabra"Rose" junto algunos pétalos de ellas. Su rostro estaba totalmente cubierto por la capucha de la sudadera. Jeans muy ajustados moldeaban sus portentosas caderas y piernas, eran negros, y unos botines Converse blancos.

   Pensaba en todo, pero a la vez en nada. Su mente en instantes, estaba en cero, y en cuestión de segundos podía estar pensado o reflexionando sobre todo lo que había ocurrido en los últimos segundos, horas,días, semanas, etc. Su paso era calmado, sin embargo, una extraña sensación captó su atención. Volteó la cabeza pausadamente; nada directo, solo un poco, manteniéndola siempre agachada, miró a las personas y allí entre la gente, estaban ellos.

— Hijo de... —murmuró y miró su reloj— ¡bien! si así quiere jugar...

   Eso representaba un problema. No llevaba ni treinta horas fuera del complejo, y ya habían dado con su paradero. ¿Acaso tenía ojos en el cielo?, ¿Podría ser que tuviese cámaras en toda la ciudad?, o tal vez ¿Los androides estaban modificados y ella no estaba enterada?. No sabía, pero, de una forma u otra tenía que salir de ahí.

   Los veía acercarse, con esos ojos fríos y sin vida sobre sí; a cualquiera engañarían haciéndose pasar por personas normales, no obstante, los conocía y sabía que tenían órdenes muy específicas,que eran inescrupulosos y no vacilaban al cumplir su objetivo, por ello no lo pensó dos veces y apresuró el paso. Ellos respondieron a ese cambio y cada vez se acercaban mas.

   Ella, no quería causar un alboroto entre toda la gente que estaba en la calle, porque eso podría llamar la atención de algún policía o algo por el estilo, así que volteó disimuladamente otra vez para cerciorarse de que la seguían y que se acercaban. Bajó un poco mas su capucha, y como ésta era muchísimo mas grande que su cabeza, no dejaba ver nada de su cara, solo oscuridad; entonces empezó a correr.

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   Cuando compras un billete de lotería, ruegas a Dios y a todos los santos que ganes, y la emoción que sientes cuando eso se hace realidad es indescriptible, te sientes feliz, y como si fueses la persona mas afortunada del mundo. Como si, fueses el rey del universo, y es natural. Constantemente estamos deseando muchísimas cosas; obtener la máxima nota en el examen, encontrar el empleo con el que has soñado toda tu vida, que llueva dinero del cielo, etc. Cosas que queremos lograr con esfuerzo y ayuda, o simplemente por un milagro. ¿Cuántas veces deseaste que el chico o chica que te gustaba, notase que estabas ahí? ¿Cuánto no rezaste y pediste que correspondiera tus sentimientos? ¿Muchas no?. Y la alegría que habrías se sentir si de verdad pasó, si de verdad se te concedió el deseo. Pues, esa  alegría y ese sentimiento de felicidad extrema, era lo que sentía Raphael, caminaba como si estuviese soñando despierto, imaginando todo lo que debía hacer para que Katherine se llevara el mejor recuerdo de su cita.

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⏰ Last updated: Sep 10, 2020 ⏰

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