Parte 1

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El sonido del archivador cayendo a sus pies lo hizo despertar. Abrió los ojos confuso y vio a su jefe frente a él.
— Otra vez durmiendo en el trabajo —protestó el mayor.
— Aclaro mis ideas —añadió el moreno, rascándose la cabeza — ¿Hay un nuevo caso?
— Algo así — caminó alrededor de la pequeña estancia y abrió un poco la ventana para después encender un cigarrillo. — No me gusta entrometerme en estas cosas porque siempre son una molestia en el trasero, pero ya sabes, los de arriba me pidieron al mejor detective — expulsó el humo del tabaco por la ventana, y le echó una mirada al subordinado, viendo como una sonrisa arrogante se formaba en su rostro al decir la frase "mejor detective" y antes de que el moreno dijera algo, añadió — claro que Hamada no estaba disponible y me dio pereza buscar a alguien más.
— ¿Debo considerarlo como un honor?
— Eso o que te odio lo suficiente para dejarte este trabajo.
Daiki se rascó la barbilla y se acomodó recto en la silla, agarró el archivo que estaba sobre la mesa y comenzó a leer. Una fotografía apareció y un expediente de la misma persona, se le hacía bastante familiar y mucha curiosidad llegó a su cerebro de inmediato.
— Pero esta víctima está viva — alegó sintiéndose algo confuso que uno de sus trabajos no incluyera un cadáver.
— Correcto, por eso digo que es una molestia. En resumen; esta chica que ves aquí está siendo acosada hace bastante tiempo, nos pidieron que investigáramos y que encontráramos al acosador para ya sabes, ponerlo en su lugar.
El detective arrojó los papeles de vuelta a su lugar, muy molesto ante lo que parecía ser un caso menor que podría hacer hasta un recién llegado, creía que su jefe le estaba tomando el pelo pero antes de que pudiese protestar, el mayor se adelantó.
— Lo sé, no es algo para ti, pero mis superiores me están hostigando en resolverlo de inmediato, ¿Viste la fotografía de la chica, no? — apagó el cigarrillo y se acercó — esta chica es una modelo bastante famosa, y que casualmente es la sobrina del jefe del departamento regional, mis bolas están en riesgo si no resuelvo esto ya, podría darle el trabajo a cualquiera pero tardarían más del tiempo que tengo, por eso te lo dejo a ti, confío en que esto es pan comido.
— ¿Al menos tendré un bono por esto? — preguntó Aomine, entendiendo un poco la situación.
— Agradece seguir con tu trabajo después de esto.
La frente del joven se arrugó, pero no tenía elección, era aceptar la investigación o añadirse solo a la lista de posibles despidos, odiaba que los superiores se aprovecharán de ellos para sus cuestiones personales, sin embargo era algo que ocurría ahí y en miles de partes del mundo. Se metió las manos a los bolsillo y terminó aceptando el caso.
— Gracias — le dió un gran apretón de manos y sonrió aliviado — Confío en ti.

Kise Ryoko; actriz, modelo, animadora y deportista, vaya ¿Hay algo que no haga esta mujer?, pensó Daiki mientras leía el expediente. Tenía la misma edad que el moreno y era bastante conocida en el país, además de ser jodidamente atractiva, más de un idiota loco podría obsesionarse con ella y espiarla lo suficiente para ser considerado un acosador. A medida que leía se percató que los sucesos eran bastante comunes para un acosador; hurgar en su basura, seguirla en los callejones, fotografías de lejos, llamadas sin hablar, comentarios masivos en redes sociales con perfiles falsos, y lo más común, cartas. ¿Tenía que interrogar a la chica por estas cosas tan simples? Era famosa, debía estar acostumbrada a tanta atención, pero algo del caso lo dejaba intranquilo, si todo era tan simple ¿Por qué llegar hasta los detectives del gobierno? Cualquier tipo que jugará a ser detective podría encontrar al acusado pero ninguno de los que habían contratado antes tuvo algún avance. Lo primero que tenía en su lista era averiguar por qué nadie antes logró avanzar.

Había agendado una visita con el mánager de la rubia, al parecer tenía una agenda bastante ocupada así que hacer un espacio entre su día a día era limitado. Condujo hasta los estudios de un canal de televisión y caminó hasta el tráiler de la chica, afuera estaba un hombre concentrado en su teléfono, tecleaba a una velocidad increíble para un humano, Daiki titubeó al molestarlo y se puso frente a él con una postura amenazante. El sujeto notó de inmediato su presencia, un moreno alto, cuerpo bien formado, chaqueta de cuero oscura y jeans azules, levantó la vista de su teléfono hasta él y sonrió tímidamente.
— ¿Es usted el detective que enviaron?
— Aomine Daiki — se presentó alargando su mano hasta el sujeto.
— Un gusto, soy Kentaro el mánager de Ryoko — soltó con un toque de coqueteo en su voz — ¿Puedo ayudarle?
— Tengo unas preguntas en relación a los antiguos detectives que contrató, ¿Eran de alguna agencia en particular?
— En total fueron 5 personas en lo que va del año — respondió el sujeto quien comenzó a jugar con el móvil entre sus dedos — todos eran de distintas agencias, cobran bastante dinero y pensé que eran buenos pero todos nos decepcionaron a las pocas semanas.
— ¿Algún factor en común que los hiciera retirarse?
— No mucho, todos empezaban igual; haciendo preguntas a mí, a los familiares de Ryoko, a ella, comenzaron a vigilarla 24 horas y recolectar información pero nunca encontraron ninguna pista que los llevará a alguien. No sé por qué pero todos se fueron de un día para otro, sin dar razones ni detalles, incluso algunos nos devolvieron el depósito.

¿Devolver el pago? Eso era bastante extraño, pensó Daiki, ningún detective dejaría un trabajo a medias si ya le han pagado, y más aún si es de una compañía prestigiosa.

— Necesitaré una lista de todas las personas con las que Ryoko ha tenido alguna interacción en este último tiempo — pidió el moreno al mánager.
— ¡Diablos! Eso es bastante, Ryoko ve a miles de personas todos los días, su trabajo es… —
— Se lo que hace esta muchacha — interrumpió Aomine — y supongo que tú como buen mánager los conoces a todos, así que te lo encargo. — le dio un ligero golpe en el hombro y caminó hasta la puerta del tráiler.

Tocó tres veces y una voz dulce se escuchó del otro lado, dándole la autorización a entrar mientras que se escuchaban las cosas caer de un lado y otro.
— Permiso, soy Aomine Daiki, el detective que ha enviado el departamento de investigación.

Ryoko estaba de espaldas al moreno, buscaba un arete en uno de sus cofres, llevaba puesto un pantalón ajustado color blanco que llegaba hasta sus pantorrillas, zapatos de tacón alto blancos con plataformas de color café claro, una blusa colorida y también ajustada que resaltaba su busto perfecto y cintura curvilínea, se giró al hombre mientras se ponía el arete faltante y su voz lo saludo con un agradable saludo.
— Muchas gracias por venir detective, soy Ryoko, la damisela que necesita ayuda — bromeó. Extendió su mano y Daiki le correspondió, era suave y cálida, sus dedos largos y finos eran llamativos y su piel blanca traslúcida dejaba ver las venas de sus muñecas. Un escalofrío recorrió la espalda de él. — ¿Pudo hablar con Kentaro?
— Si claro, me ha sido de ayuda, pero tengo unas preguntas para usted señorita.
— Las que necesites, siéntese por favor — Ryoko se acomodó en uno de los sillones que adornaban la estancia y señalando el asiento de al lado lo invitó a descansar — y por favor, solo dime Ryoko.
La sonrisa radiante de la rubia acogió la fortaleza de Daiki y este se sintió cómodo a su lado, aunque claro que no iba a dejar su papel de chico fuerte e impenetrable.
— ¿Se ha sentido invadida en su casa? Por ejemplo que sintiera que alguien estuvo allí mientras usted no estaba.
— Si, por la misma razón me he mudado más de tres veces en este tiempo, no me siento segura ni en mí propio hogar — respondió con tristeza.
— ¿Hay algún horario en particular que crea que la siguen?
— Cuando regreso a casa, generalmente en la noche, hay días que mí trabajo es poco y llego temprano, en esas ocasiones no me siento vigilada.
— ¿Las cartas llegan en algún día especial?
— Me ha enviado una todos los meses, no recuerdo la fecha exacta pero eso podría resolverlo mí mánager, él es quien las recibe.
— Gracias por su tiempo — finalizó — le dejo mí tarjeta, si ocurre algo por favor no dude en llamar.
La rubia tomó con delicadeza el papel y sonrió tranquila hacía el moreno, sus ojos dorados eran dulces y sexy a la vez, como una fruta deliciosa y jugosa. A la vez que se despedía de la joven, pensaba que algo no andaba bien, su siguiente parada quizá le ayudaría a aclarar un poco más las cosas.

Llego hasta un edificio de cinco pisos, refinado y fuerte, dos guardias dispuestos a cada costado de la entrada le dieron la bienvenida con un saludo frío, al entrar al centro se encontró con una recepción, atendida por un hombre mayor pero de gesto amable. Estaba buscando una de las agencias de detectives que el mánager de Ryoko había contratado, pero la respuesta que obtuvo no fue la que realmente esperaba.
— Lo siento, él ya no trabaja con nosotros y por lo que sé también dejó el país.

Y aunque fuese una coincidencia imposible, los otros investigadores también habían desaparecido sin aviso. Dejando solo más dudas en relación al caso, ¿habrán descubierto algo tan siniestro que debieron dejar la investigación? ¿O quizá el acosador los había amenazado a tal punto de alejarse por completo? Estaba seguro que algo de eso era cierto, pero, cómo llegó a ese punto y lo más importante, ¿Quién podría ser?

Acosada [Aomine Daiki x Kise Ryota Fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora