Capítulo 5

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AMANDA

Hoy trabajo desde casa, o lo intento. Patricia no para de mandarme mensajes preguntándome sobre lo del otro día.

Se ve que Marcos le ha debido contar que nos encontramos en la sastrería y que Saúl iba con ellos.

Los mensajes dicen que vaya con ella a ver a los chicos entrenar, que invite a Saúl a un café, que no se que.

Terminó cediendo y decido acompañarla. Si no puedes con el enemigo únete a él. Se que si digo que no va a estar molestándome todo el rato y ni voy a poder adelantar nada.

Quedamos en que ella me pasa a recoger en 20 minutos.

Cuando llaman al timbre de abajo cojo la sudadera de Saúl y la pongo dentro del bolso junto a mi portátil.

Salgo del edifico y subo en el coche de Paddy donde ella está esperando.

-Hola- digo.

-Hola, al final has aceptado- dice emocionada.

-Tampoco tenía más opciones si quería acabar lo que tengo que entregar.

-Como me conoces- se ríe.

Paddy conduce hasta las instalaciones donde entrena el Atlético.

Nunca en mi vida pensé que llegaría a entrar aquí siendo del Madrid.

Uno de seguridad le pide una identificación y ella enseña una tarjeta donde pone que tiene el acceso permitido. El guardia nos deja pasar y se despide con un tengan buenos días.

Aparca el coche al lado del de Marcos. Hasta las plazas tiene el número de los jugadores.

Bajamos del coche y entramos en el edifico. Nos dirigimos hasta la cafetería. Hay algunos chicos jóvenes y en una mesa hay dos chicas que cuando ven a Paddy se levanta para saludarla.

Una tiene al lado un cochecito con mellizos y la otra tiene una abultada barriga.

La que está embarazada me mira después de saludar a Paddy. Yo espero a que me presente.

-Chicas, ella es Amanda, Amanda ella es Bea, la mujer de Koke- le doy dos besos-. Y ella es Alice, la mujer de Álvaro y sus hijos- hago lo mismo que con Bea.

-Enhorabuena- le digo a Bea en referencia a su barriga.

-Gracias- se la acaricia en un gesto materna.

-Bueno, Particia, yo me pongo en una mesa que tengo que adelantar algunas cosa.

Ella asiente y se queda con Bea, Alice y los pequeños.

Yo me pongo en una mesa un poco apartada y saco el ordenado para trabajar.

Un rato después una sobra me tapa, levanto la vista y veo a Saúl. Cierro el ordenado y lo saludo.

Se sienta en frente mío.

Le comento que tengo su sudadera pero insiste en que me la quede yo como disculpa.

-Me gustan tus tatuajes- comento.

-Gracias- dice él frotándose el brazo tatuado.

-¿Quieres un café?- le pregunto.

Él asiente y yo voy a la barra a pedir dos cafés.

Paddy me observa junto a Bea, Alice, Álvaro, Koke y Marcos.

Cuando el chico los tiene le pago y los llevo a la mesa.

Dejo uno delante de Saúl quien levanta la vista del móvil, me sonríe y lo para.

-¿Qué tal el entreno?

-Cansado, hoy no hemos tocado mucha pelota. Casi todo físico.

-Dicen que vuestro preparador físico es duro.

-Duro se queda corto. Ese hombre está como una Cabra- Lo dice de una forma que parece que está indignado y me hace reír.

-Tienes manchado aquí- dice Saúl señalándome encima del labio.

Me interno limpiar.

-Aun no.

Se acerca para limpiarme el labio pero cuando se levanta para hacerlo hace un mal gesto que provoca que su café caiga encima de mí ordenador.

Yo me levanto de la silla de inmediato como la otra vez pero esta vez yo no estoy manchada sino que el ordenado parece una piscina.

-Me cago en- grito.

Lo que digo hace que todos los presentes se giren a mirar que pasa.

-Yo... de verdad que lo siento- se disculpa Saúl.

-Tranquilo, no es tu culpa.

-Que si, dime cuanto te costó y te lo doy para que compres uno nuevo y termines de pagar el préstamo.

-Que no de verdad.

-Yo lo siento muchísimo.

Marcos se acerca con Koke para ver que ha pasado.

-Yo... mejor me voy. Nos vemos otro día- agarro el portátil y salgo de la cafetería y las instalaciones.

Me subo a un taxi libre y le doy mi dirección.

We are lost~ SAÚL ÑÍGUEZWhere stories live. Discover now