El sonar de la campana anunciaba el inicio de un nuevo día para los estudiantes de "Valitud", el principal instituto formado para aquellos jóvenes de la "Generación del Quiebre", aunque más que principal de momento era el único ya que aún no estaban del todo sentadas las leyes para esta nueva generación, debido a lo problemático que podían ser las habilidades de estos, por lo tanto aquel lugar a pesar de ser un espacio alegre donde los jóvenes con "dones" se reunían y podían convivir entre ellos teniendo vidas "Normales", en realidad era una excusa para tener a la mayoría de estos chicos en un solo lugar, logrando así mantener un registro de ellos de manera más sencilla y efectiva.
Aunque si bien ese era el caso los estudiantes no estaban al tanto de tal cosa, siendo esta una historia para otro momento ya que esta historia inicia con la alegre vida diaria de un grupo especial incluso entre la "Generación Milagrosa", aunque no de la buena forma. Uno de los miembros de este grupo, Lyon Midori, se encontraba ya acomodado en su asiento designado, observando con una expresión adormilada por la ventana e incluso bostezando con descaro en medio del bullicio que era el salón de clases antes de que el maestro se presentara, aquel joven de cabellos castaño oscuros no parecía inquietarse por el ruido, las risas y charlas de su compañeros de alrededor, casi parecía que se iba a dormir en cualquier momento ya que incluso cabeceaba levemente mientras sus ojos se cerraban, lo único que lo mantenía despierto era el simple hecho de que pronto el maestro llegaría y tenía que recibirlo con los ojos abiertos ya que ya había sido regañado en una ocasión por estar dormido en esa ocasión, sin embargo pronto tendría una segunda razón para estar despierto ya que una suave y leve voz que reflejaba timidez sonaba a sus espaldas.
-Este... B-buenos días Lyo...
Casi como si despertara de repente, o quizás en verdad siendo despertado de estar apunto de dormirse, el joven abrió los ojos de golpe y volteó a ver a la dueña de esa voz, encontrándose con una chica que conocía muy bien desde hace tiempo e incluso solían caminar juntos para llegar a clases en ciertas ocasiones, una leve sonrisa se formó en los labios del muchacho mientras se acomodaba en la silla pasando su brazo por el espaldar de esta, todo para poder tener una charla más cómoda con ella, Cecile Castro, una pequeña chica que incluso de pie no sobrepasaba por mucho al chico sentado, siendo bastante pequeña con sus 1,63 de alto, lo que más destacaba de ella eran sus cabellos rojizos que caían por sus hombros, era un hermoso color, eso agregado a más facciones redondas pero "Pequeñas" del rostro de la chica la hacían bastante linda, sin duda sería popular entre los chicos si cuidara más de su apariencia, ya que vestía de manera algo desaliñada y su cabello parecía algo revoloteado, seguramente por el hecho de que o se había saltado el peinarse en la mañana, o lo había hecho mínimamente, aun con todo eso la tímida sonrisa que irradiaba alegría en su rostro le daba bastante puntos y algún que otro fan entre los chicos.
-Buenos días Cecile -Respondio al saludo el joven castaño para luego comenzar a hablar con un sarcasmo leve- ¿Hoy también te peleaste con tu peine?
-N-no fue así, de verdad intenté arreglarme el cabello esta vez -La chica jugueteaba con sus dedos y no podía evitar desviar la mirada, era muy mala mintiendo.- Más importante ¿Sabias que dicen que el maestro no vendrá a la primera clase?
-Oh, ¿Es así? De haberlo sabido hubiera estado durmiendo desde que llegué...
El muchacho suspiro volteandose hacia el frente y dejándose caer en su escritorio con los brazos caídos a ambos lados, como si hubiera "Muerto", sinceramente si quería dormir pero ya no podía hacerlo porque estaba charlando con ella, no sentía correcto ignorar a un amigo solo por su pereza. Aún con aquella actitud perezosa que demostraba, este tenía un tono de voz suave que aunque era muy "Neutral" sabía usar el sarcasmo bastante bien, viéndolo bien parecía un chico normal tanto en apariencia como en actitud, dejando de lado por supuesto su cansancio continuo, tenía el uniforme de manera correcta y sin ninguna arruga, muy en contraste con la chica parada a su lado la cual incluso tenía las mangas demasiado largas, haciendo que estas oculten parte de sus manos. Esta misma chica llevaba sus manos a sus espaldas mientras se inclinaba levemente hacia adelante sonriendo.
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"Demerit"
Science FictionEsta es la historia de no una persona, si no de una ciudad, ciudad que así como el resto del mundo tenía que acostumbrarse a la nueva vida que tenían luego del "Punto de Quiebre", momento en el que por alguna razón desconocida, todos los niños que n...