Luego de aquel largo día de clases Charlotte se encontraba en su casa sentada en la gran mesa que tenían en el comedor, toda la habitación y la casa misma tenía un aire lujoso y elegante por la decoración y lo amplia que era, vista desde fuera la casa era la clásica "Mansión" de gente Rica y los cuadros de pinturas, alfombras lujosas y adornos como el candelabro que colgaba del techo solo confirmaban aquello. Incluso la comida del plato de Charlotte era de la misma calidad que la de algún restaurante 4 o 5 estrellas, en ese ambiente la chica de lentes comía con tranquilidad de a pequeños pedacitos que cortaba, no se mostraba mucho por su usual silencio pero era bastante educada mostrando una buena etiqueta al comer. Al otro lado de la larga mesa, dejando un gran espacio vacío entre el y Charlotte, se encontraba un hombre mayor de expresión seria vestido en traje, sus cabellos carnosos oscuros mostraban que ya era de avanzada edad, este señor era nada más que el padre de Charlotte, Evans Rioje, un importante hombre de negocios dueño de no solo varias compañías y accionista de muchas otras si no que también uno de los principales contribuidores a la investigación de las habilidades y fundadores de la Academia a la cual su hija asistía. Era una de las personas más influyentes de la ciudad por lo que tenía esa aura pesada a su alrededor, aunque curiosamente eso no parecía afectar a Charlotte quien solo continuaba comiendo en silencio, esta Cena silenciosa continuó durante varios minutos hasta que al final la voz del Padre se hizo escuchar.
–¿Como te fue en la academia? ¿Alguien te ha estado molestando o te dio problemas? -Como se esperaría de una figura como la de su padre, su voz era gruesa y fuerte aún cuando no alzó la mirada siquiera hacia su hija.
—No, todo está bien nadie me esta molestando. -La respuesta de Charlotte fue simple y corta.
¿Que le pasó a la chica que había contado todo lo que pasó en su día a un "Desconocido"? Había una razón para que ella no quisiera o quizás no pudiera hablar con su padre, podía verlo, incluso cuando el le preguntaba esto el "Color" que envolvía a su padre era pesado, tosco, un color que se negaba a acercarse a ella, solo podía interpretar lo que aquel color significaba pero podía imaginarlo, era un color de "Obligación", solo le preguntaba porque debía hacerlo, era un color que decía que él en realidad no quería interactuar con ella.
–Provecho padre, gracias por la comida. -Habia colocado sus cubiertos bien acomodados sobre su plato ahora vacío mientras se levantaba de su lugar.- Entonces, con tu permiso padre.
Ya había terminado de comer y no podía resistir aquella presión que ejercía el "Color" que su padre tenía al hablarle, un color de desaprobación, decepción, ¿Odio? Después de todo ella lo sabía, el aún la culpaba por "Aquel incidente". Por lo que casi huyendo dejó el lugar sin cruzar otra palabra con su padre y subió las escaleras hacia su habitación, en ese momento la única reacción que él dio fue la de levantar por un momento la mirada en dirección a Charlotte pero luego volvió a bajarla para continuar comiendo. Charlotte por su parte había llegado a su habitación, era la segunda a la derecha una vez subía las escaleras, al abrir la puerta de esta que tenía un pequeño Cartel rosa con bordado de plantas en el cual ponía "Char" en una Bonita letra cursiva, entro a su habitación dirigiéndose directamente hacia su cama, esta al igual que toda la habitación tenía un suave color rosa y la habitación desprendía "Feminismo" al aparte de tener los muebles básicos como ropero, escritorio, librero, etc. Estaba repleta de una gran cantidad de peluches, de todos los tamaños y colores, su cama no era la excepción ya que esta aunque era de dos plazas apenas le dejaba la mitad del espacio libre de tantos peluches que tenía en esta, una vez acostada la mano de ella se dirigió inmediatamente a uno de los peluches que aunque nadie lo sabía era el favorito de la chica, un pequeño peluche de un conejo blanco y regordete, el cual ella había apodado "Sr. Mofletes", una vez tenía el peluche en sus manos se quedó observándolo durante varios segundos antes de soltar un leve bostezo para dejarlo a su lado y prepararse para dormir.
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"Demerit"
Ciencia FicciónEsta es la historia de no una persona, si no de una ciudad, ciudad que así como el resto del mundo tenía que acostumbrarse a la nueva vida que tenían luego del "Punto de Quiebre", momento en el que por alguna razón desconocida, todos los niños que n...