ꜰʟᴏᴡᴇʀ ɢᴀʀᴅᴇɴ || ɴɪɴᴊᴀɢᴏ ᴏᴄ

↳ᴘʀᴏʟᴏɢᴏ↲

Eran alrededor de las 20:50 AM y una muchacha azabache, de cabellos ondulados, ojos azules y de no muy alta estatura se encontraba paseando por la ciudad de Ninjago.

Ella vestía con unos pantalones negros, una camisilla negra sin mangas y de cuello alto, sobre ella un sueter rojo y un par de botas del mismo color.

Aún que no venía de paseó precisamente, para ser exactos vino en busca del siguiente volumen de su cómic favorito; "Delta Freya" el cual había salido el miercoles pasado.

Ella siempre compraba este comic en la tienda Doomsday Comix, según ella, aqui cobraban mucho más barato por el cómic que en una de las tiendas de su ciudad.

Al llegar a su destino la pelinegra entró a la tienda y saludó al encargado, Rufus MacAllister, o como otros lo conocen; Madre Perdición.

—Eh, cuanto tiempo sin vernos—La saludo alegremente el encargado de la tienda.

—Buenas tardes a tí también, Rufus—Saludo la muchacha con una calida sonrisa y cierto entusiasmo.

—¿Pero que trae a una chica tan ocupada como tu a la ciudad?—le pregunto curioso el hombre.

Era extraño ver a Hana por la ciudad, siendo que vivía bastante lejos, casi no la visitaba, solo lo hacia en casos de extrema importancia.

—He venido por el ultimo tomo de Delta Freya, volumen ocho ¿Lo tienes?—Pregunto emocionada la ojiazul, pues Hana estuvo esperando la siguiente parte durante semanas.

—Claro que si, tienes suerte que aun no cerré mi tienda—Respondió Rufus, pues el solia cerrar a las 21:00.

El castaño procedió a buscar en su escritorio el pedido de la chica.

En la portada del cómic se podía ver la ilustración de una androide vestida con una capucha sosteniendo una lanza cibernética y el paisaje tenía una estética futurista, sin duda era un cómic del género Cyberpunk.

El hombre le entrego el cómic a la chica, ella pagó el respectivo precio y lo guardo en su bolsa.

Junto con su bolsa, la chica traía sus sables, enfundados a los costados de su cadera.

Pero solo eran para emergencias.

—Muchas gracias, Ruf...—Hana fue interrumpida por los gritos que provenían fuera de la tienda.

Ambos se miraron confusos, y salieron inmediatamente de la tienda.

La ciudad de Ninjago estaba sumida en caos, había cientos de personas gritando y corriendo por todos lados, la pelinegra se detuvo a mirar a su amigo por un momento.

Un chillido llamó su atencion.

Una criatura se acercaba a toda velocidad hacia su dirección, la chica logro reconocer a esta criatura, se trataba nada mas y nada menos que de un Sonámbulo.

La chica reacciono rápido, desenvainó sus Sais y apuñalo a la criatura. Esta se desvaneció.

Los Sonámbulos, son espíritus hechos de sombras, poseen una forma semi-humana, ojos morados y garras largas.

Los sonámbulos son manifestaciones de los malos sueños y el miedo, mensajeros del caos enviados por la emperatriz de las sombras Akumu, quién tambien es su diosa y ama.

Pero las lecciones de historia las dejamos para otro dia.

<<¡Demonios! ¿Aqui también?>>

Se preguntó ella.

Ella estaba confundida y comenzaba a estresarse, debido a que esta clase de emboscadas y ataques ocurren solo hacia su región, afectando su ciudad y las aldeas de alrededor.

No obstante esto nunca pasaba en las capitales de Ninjago y tampoco solían ser grupos grandes, por lo cual la pelinegra no pudo identificar la razón o la lógica a estos sucesos.

Otro chillido la saco de sus pensamientos, otra criatura corría hacia su dirección, clavo sus armas en la cabeza de la sombra, luego de medio segundo esta se desvaneció en un humo negro.

—Rufus necesito que te marches. Ahora—Ordenó la pelinegra.

Hana sabia que su amigo no aguantaría en una pelea. Pero este solo la miro, agobiado y confundido.

—Mira, las cosas se van a poner muy feas, te alcanzare luego ¿Okay?

El castaño asintió antes de hecharse a correr.

La pelinegra suspiro con pesadez, como si no fuese suficiente lidiar con estos monstruos en su ciudad y a los alrededores.

Para ella eran fáciles de eliminar, no eran muy "fuertes" que digamos, tenían muchos puntos de presión, si los golpeabas con fuerza los podrías eliminar en un santiamén.

El verdadero problema era la cantidad, mientras más de estos espíritus había, más difícil sería deshacerse de ellos sin que causen algún destrozó.

<<¡¿Donde están mis hermanos en estos momentos!?>>

Se pregunto a si, misma bastante molesta.

Sus hermanos siempre se presentaban en las situaciones más inconvenientes. Dispuestos y listos para ayudarla con lo que necesitase.

Pero hoy la conveniancia no estaba de su lado.

Seguirle el ritmo a los sonámbulos se tornó difícil, puesto que poco a poco la iban superando en número.

Hasta que fueronran demasiados.

La muchacha optó por huir de la zona, ayudando a las personas que se cruzaban por su camino, pero la idea de salir de la ciudad se ponía borrosa en su mente.

Le esperaba una larga y alborotada noche.