Esa mañana Min YoonGi tocó con insistencia la puerta de la casa de HoSeok, su insistencia hizo que algunos vecinos mirarán por las ventanas, el chico gritaba el nombre del castaño a pulmón.— ¡HoSeok, abre HoSeok!. —golpeo la puerta hasta que está se abrió, y un somnoliento castaño hiciera acto de presencia.
—Eres tú, ¿Qué quieres?. —YoonGi no respondió al principio, se hizo paso hasta entrar a la vivienda de su amigo, quien le miró aturdido por la rara actitud que tomo.
YoonGi miraba a sus lados, jugaba con sus cabellos en puro acto de nerviosismo, sus ojos estaba dilatados por la falta de sueño, y su cara, lucia demacrada.— Háblame de ese demonio de los sueños. —dijo por fin, sin atreverse a ver a HoSeok.
—Así que al fin aceptas que existen cosas del mas allá. —reprocho.
—Solo dime carajo. —espeto, contendido la falta de paciencia que tenía.
HoSeok comprendió que no era hora de reclamos— Ven, sígueme. —le pidió a su compañero. YoonGi le siguió hasta entrar a una habitación donde habían libros y fotografías antiguas. Miro como HoSeok sacaba de alguna caja un álbum de fotografías de su juventud.— Será mejor que tomes asiento. —pidio señalando un sofá individual, YoonGi solo permanecío callado, en espera de las repuestas que buscaba.
—¿Me explicarás bien esto?. —HoSeok asintió, su mano acariciaba el álbum de fotografías, fue cuando empezó a narrar.
—Ya te explique sobre el demonio de los sueños, aquel ente maligno que tortura a aquellos que no rezan antes de dormir. Le muestra pesadillas que los tortura por noches enteras. —el pelinegro asintió, esa parte ya la sabía, y la conocía perfectamente— Lo que no sabes, o bueno lo que no te explique fue que... —se detuvo un momento, apretó sus manos a la vez que su respiración se acortaba— Ese demonio al final se queda con tu alma, o mejor dicho, no dejará de torturarte hasta que estés en su total poder.
—¿En su poder?. —pregunto curioso.
—El demonio de los sueños es un ente que se alimenta de tus peores miedos o sentimientos negativos. Se aprovecha de tu vulnerabilidad para tenerte bajo su poder hasta cuándo crea que es necesario hacer el cambio.
—Espera no estoy entendiendo —YoonGi se mordió los labios intentando procesar todo— ¿A qué te refieres con hacer el cambio?.
—YoonGi, no creo que quieras saber eso.
—¡Habla ya!.
—Tu alma, hará cambio de lugares, si te atrapa o caes en su juego te quedarás atrapado en ese mundo de sueños y el será liberado.
—¿Qué?. —palicedeo más de lo que ya estaba. Negó aturdido.— Estás bromeado. —sus ojos ardían, estaba a punto de llorar.
HoSeok le extendió el álbum de fotografías, lo abrió de golpe y le mostró una foto en especial, cuando la vista de Min cayó sobre la fotografía, sintió su alma salirse de su cuerpo— El era JiMin. —dijo HoSeok, con amargura en su voz. Retuvo un sollozó cuando le mostró la imagen— Era uno de mis mejores amigos de toda la vida, pero murió hace más de seis años. Nadie pudo dar una buena explicación a su muerte, muchos dijeron que se suicidó, pero no fue así. Porque el JiMin que yo conocía era un chico amable y tierno, pero... de la nada empezó a comportarse diferente, era brusco y temeroso con todo. Parecía estar en otro mundo, tenía ojeras y un mal humor siempre. —HoSeok dejo que YoonGi viera la fotografía de JiMin, y en esa misma imágen, solo se mostraba a un lindo chico de sonrisa hermosa, nada que ver con aquel...— Por tu expresión, parece que ya lo has visto. ¿Sabés que ocurrío realmente con el, YoonGi?.
—Dime, ¿Qué le ocurrió?.
—JiMin era igual a ti. —reprocho con rudeza— Un chico que no creía en nada, que no tenía fe en nada y en nadie, siempre fue así, no lo culpo. La vida que llevo no fue la mejor, pero por eso mismo, por no tener fe ni creer en nada, fue víctima de ese demonio. —bajo la mirada, limpio con brusquedad la lágrima que se le escapó— JiMin era mi mejor amigo, lo quería, lo quería tanto. Yo sé, yo sé que él fue torturado en sus sueños por ese ser, y como ocurrió JiMin murió dormido. Y su alma...
—Quedo atrapada en el mundo de los sueños. —termino a decir el pelinegro— Se convirtió en el nuevo demonio de los sueños.
—Y solo otro ser, igual de débil como fue el, lo liberará de su condena. —completo HoSeok. Amargamente guardo de nuevo el álbum de fotografías, el semblante apagado de YoonGi le dio a entender que ya conocía en carne y hueso al demonio de los sueños.— La única manera de no ser una más de sus víctimas es empezar a tener fe y esperanza en algo, por más pequeño que sea. Te liberará.
—Comprendo. —murmuro.
—Y sobre todo, cuando te pida, o mejor dicho, cuando quiera decirte su nombre, no dejes que te lo diga. —YoonGi levanto la mirada, confuso por lo último escuchado.
—¿Qué pasa si dejo que me diga su nombre?.
—Amigo mío, por nada dejes que lo haga.
—Pero, ¿Por qué?. —insistio.
—Porque es el primer paso para que tú tomes su lugar como el demonio de los sueños. Para ser claros, si él te dice su nombre es como si te cediera su lugar.
—Co-Comprendo. —su cuerpo se heló.
—Prometeme que no dejaras vencerte por el, por ese demonio que se apoderó del alma de JiMin. Promete que no lo harás YoonGi, no dejes que te diga su nombre. —HoSeok tomo sus manos.— Por favor prométemelo.
—Te lo prometo HoSeok. —pero YoonGi sabía que era muy tarde para prometer eso. El ya había firmado su sentencia de muerte la noche anterior.
Y aunque no entendía, por alguna razón, no tuvo miedo.
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El Demonio de los Sueños © |YoonMin|
FanfictionLa leyenda dice, que si un niño no reza antes de ir a la cama, el demonio de los sueños lo atormentara hasta el amanecer, torturandolo con pesadillas que lo traumarizaran de por vida. •••YoonGi es el típico joven estudiante de universidad, muy sobre...